Los terroristas no hablan de política ni de nada
El actual ataque terrorista de Hamas contra la población civil de Israel tiene obviamente varias aristas, y todas ellas, complejas. En Gaza se acumulan los armamentos que llegan desde Irán y se alojan en los enormes túneles, el más importante debajo del hospital más grande de la ciudad. Ashkelon, Sderot, Jerusalem, Tel Aviv, reciben los misiles cada vez con más largo alcance y letalidad. Hay que llegar a los refugios, y no toda persona a cualquier edad puede hacerlo. Una tercer arista son los medios de difusión y lo que emiten, y por otro lado el campo político que se instala en los sillones o el zoom del Consejo de Seguridad. Y esta semana se agregó una arista imprevisible para muchos: enfrentamientos entre israelíes judíos y árabes israelíes que conviven desde hace más de 70 años en Lod, Acre, Haifa, Tiberias, etc.
Hamas, apoyado verbalmente por la Autoridad Palestina, quiere asentar la narrativa de que el estallido presente en el cual Hamas ha lanzado mucho más de mil quinientos misiles y asesinado judíos israelíes, una familia árabe israelí, una trabajadora hindú y dejado centenares de heridos graves, se debe a un tema judicial en un barrio de Jerusalem, Sheikh Jarrah y que Israel ha impedido que los musulmanes llegaran a la plaza de las mezquitas. Falso. Simplemente falso. El litigio judicial en Jerusalem lleva años, un tribunal falló contra los ocupantes árabes de unas viviendas y la Corte Suprema ha prorrogado el fallo final. Y en cuanto a la explanada, las fotos son documentales. Extremistas árabes llevaron toneladas de piedras para crear disturbios al finalizar el Ramadan. Más: para evitar choques, Israel se privó de celebrar este lunes el Día de Jerusalem, ni más ni menos.
Hamas necesitaba esta narrativa y varios la compraron. Medios de prensa americanos y europeos como siempre y sin rubor. Hamas tenía (y tiene) otros objetivos: furioso con la nueva suspensión de las elecciones que hizo Mahmoud Abbas (como lo comentamos la semana anterior) y al verse privado así de llegar al poder por la vía electoral, decidió que atacar a Israel iba a mostrar quien es el fuerte en el campo palestino. La narrativa quedaba, como se demostró después, para varios medios y para los manejos de Naciones Unidas.
Pero como señaló el Primer Ministro de Israel, lanzar cohetes contra Jerusalem en medio de un día festivo, con árabes y judíos en las calles, fue cruzar líneas rojas. A Hamas no le importó porque los terroristas tienen su programa, su adoctrinamiento, y la vida de los seres humanos es lo último que les interesa. Y así llegaron los cohetes por centenas el lunes y días siguientes.
Hamas no necesita excusa alguna para lanzar cohetes contra civiles israelíes. De hecho, lo hace habitualmente, porque además sabe que tiene la complicidad no sólo de la mayoría del Consejo de Seguridad sino también del Consejo de DDHH. Pero esta vez fabricó antes una narrativa porque lanzó un ataque masivo y recibió una respuesta masiva, y en medio, necesita posicionarse en un mundo árabe que lo ve en gran parte como lo que es: terroristas apoyados por Irán. Hamas cree que tiró el tablero. Allá ellos y la cantidad de muertos que provocaron entre su gente incluso asesinando niños con sus propios cohetes lanzados sin precisión. Hamas no va a contar sus bajas, no le importa, sino que intentará mantener la narrativa sobre Jerusalem que muchos querrán seguir comprando, y demostrarle a Mahmoud Abbas y su entorno que no tienen fuerza efectiva en el campo palestino.
De las aristas que mencionamos al comienzo, debemos mencionar que el Consejo de Seguridad hizo lo que se esperaba. Además de las cinco potencias con veto, los otros diez miembros son: Estonia, India, Irlanda, Kenia, México, Nigeria, Noruega, San Vicente y las Granadinas, Túnez, Vietnam. El lunes se convocó al cuerpo y no hubo acuerdo para una declaración. Estados Unidos la vetó. 48 horas después, ayer, se volvieron a reunir y pasó lo mismo. El borrador aceptaba la narrativa de Hamas sobre el conflicto judicial en Sheikh Jarrah, pedía que Israel respetara los lugares santos, y sólo Estados Unidos y Gran Bretaña exigían que se condenara el ataque de Hamas contra Israel. O sea, los miembros del Consejo aún sabiendo que la narrativa es falsa, estaban y están dispuestos a seguir el flujo de agresiones antisemitas contra Israel. ¿Qué haría Putin si los chechenos le lanzan mil quinientos cohetes sobre Moscú? ¿Qué está haciendo hoy China con dos millones de iugures musulmanes en campos de concentración? ¿Francia le cree a Hamas como si hoy fuera 1939 y estuviera Daladier en el poder? Esta se ha convertido en una oportunidad propicia para confirmar otra vez que Hamas tiene estos apoyos.
Dos reflexiones más. Una, sobre qué pasó en América Latina en estos días en los cuales Israel era agredido por terroristas. Tres gobiernos condenaron a Israel: Cuba, Venezuela y Argentina. Nicaragua, Chile y México (miembro del Consejo de Seguridad) se cuidaron de parecer neutros mostrando preocupación. Honduras, Guatemala, Panamá y Uruguay condenaron el terrorismo. Uruguay, además, a través de su Presidente, manifestó solidaridad con el pueblo de Israel.
¿Qué podían decir Cuba y Venezuela atrapados en dictaduras asociadas a Irán y por ende soporte incondicional del terrorismo? ¿Qué puede imaginarse del Sr. López Obrador o de un gobierno como el de Chile que mira a su comunidad palestina y no al escenario de los hechos? El apoyo de Honduras, Guatemala, Panamá y Uruguay es muy alentador. Esta semana no se está discutiendo el enfrentamiento político entre la Autoridad Palestina e Israel. Estamos frente a un ataque terrorista contra un Estado democrático. Por qué Argentina eligió el camino de condenar a Israel por “uso desproporcionado de la fuerza” en el momento que millones de israelíes dormían en los refugios, lo tendrá que explicar, si puede, quien hizo la declaración. Nosotros simplemente mencionamos el párrafo final de una carta abierta al Presidente de Argentina de los padres de una víctima del atentado a la AMIA donde se señala: ”Con el terrorismo no se debe ser ambiguo ni se lo debe omitir de mencionar por su nombre cuando corresponde hacerlo”. La segunda reflexión la hacemos desde el dolor. A los extremistas no se les puede permitir en ningún momento ni en ninguna circunstancia ni un centímetro de movilidad. Deben ser detenidos de inmediato y con todo el peso de la ley. Israel es una democracia y tiene poderes bien separados e independientes para proteger a todos los habitantes del país, sean judíos, árabes, o de cualquier origen que decidieron vivir y trabajar allí. Las bestialidades cometidas estos días en Acre, Lod, Haifa, no tienen razón de ser. Y no deben suceder jamás. Punto. El terrorismo de Hamas no distingue: quiere matar a todos los judíos y también a todos los que viven en Israel. Sus cohetes sobre Jerusalem son prueba suficiente. Entonces, a enfrentar al terrorismo porque esa es la lucha. Y a denunciar sin temores ni desmayos a los que apoyan al terrorismo. ¿Quieren apoyar a Hamas? Aténganse a las consecuencias.
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