Quemad la tierra en dos
Ni el sistema antimisiles más avanzado de la historia, ni los complejos dispositivos para detectar los túneles del terror de Hamas los han frenado. A pesar de que Israel ha desarrollado las más modernas plataformas tecnológicas con el fin de obstaculizar el terrorismo desde Gaza, no ha sido suficiente para detener los globos y cometas incendiarios. A pesar de que se llegó a un “cese al fuego”, ayer los terroristas de Hamas siguieron lanzando globos incendiarios para precisamente causar fuego.
Cientos de hectáreas en el sur de Israel arden en llamas debido a los globos incendiarios de Hamas. Por ejemplo, hace tres semanas incineraron las 6.
000 dunas de la Reserva Natural de Bitronot Be’eri. Hoy incendiario el campo de Shaar HaNegev etc. Aunque se llegó a un “cese al fuego” de los bombardeos, el fuego literalmente aún no ha cesado de quemar el sur de Israel.
Este terrorismo ecológico es un problema que pasa bajo nuestras narices y no estamos haciendo nada al respecto. El milagro que hizo famoso al Estado de Israel -florecer el desierto- se asfixia por el hambriento fuego que causan los globos incendiarios. Los bomberos israelíes llevan luchando contra las flamas desde hace semanas y los agricultores, que por años han amado esta tierra y la trabajan para alimentar a los que la habitan, ven como sus cultivos se reducen a cenizas.
Conocemos la historia del famoso Juicio Salomónico. Nos cuenta el libro de Reyes (3:16-28) sobre dos madres que vivían en la misma casa, cada una de ellas tenía un hijo.
Aconteció que uno de los dos bebés se sofocó y falleció. Las madres disputaron; cada una reclamaba ser la madre del bebé que seguía con vida. Se dirigieron al Rey Shlomó para que él dictaminara quién era la verdadera madre del bebé. El rey pidió que le trajeran una espada y dijo:
— Corten al bebé en dos y que cada madre reciba una mitad.
Una de las madres accedió al veredicto, pero la otra madre sobresaltó rogándole al rey:
— ¡Su majestad!¡Dale a esta señora el bebé vivo!¡No lo mates!
Y ante esa reacción el rey Shlomó respondió:
— Denle a esta última mujer el bebé vivo, ella es la verdadera madre.
Pregunto yo:
¿Será que esta tierra que los judíos hemos añorado por dos mil años tiene un dueño?¿Acaso pertenece al que está dispuesto a prenderla en llamas o al que la trabaja para verla prosperar?
Recordemos que esta tierra fue un desierto durante dos milenios, y que “casualmente” comenzó a florecer justo cuando las grandes migraciones de judíos retornaron a su tierra ancestral en el siglo XIX. Vemos una sincronía en donde el verdor de la tierra de Israel aumenta en función a la Aliá de las diásporas del pueblo judío.
También recordemos que el gobierno israelí tomó la difícil decisión de entregar hasta el último centímetro de Gaza en el 2005. El Estado de Israel evacuó a la población judía de Gaza. Sacó a sus niños, sacó a sus ancianos, sacó a sus familias… ¡Incluso sacó a los muertos de sus tumbas en Gaza!
Es decir, Israel estuvo dispuesto a entregar de su tierra con el fin de detener el conflicto. Lastimosamente la organización Hamas ha optado por el camino de la yihad. Su terrorismo ha fallado y se han reinventado innumerables veces con el único fin de intentar destruir a Israel. Pero gracias a nuestro ejército, a nuestra innovación y a Dios, ellos hasta ahora han fracasado y seguirán fracasando en ese ruin objetivo.
Con ayuda de Dios, que nuestra generación vea el día en que las únicas cometas y globos en los cielos de Gaza sean los de los niños jugado. Mientras tanto, nosotros seguiremos cultivando la tierra de Israel para que florezca y se desarrolle en todos los campos: en la agricultura, la tecnología, la Tora, la democracia, la sociedad, la ética, la justicia, etc. amén.
אין לי ארץ אחרת, גם אם אדמתי בוערת
Yaacov Amar Rothstein
Sivan 5781
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