El relativismo moral de Alberto Fernández y otros
Uno de los males de nuestro tiempo es el relativismo, esa construcción inconsciente o premeditada que no distingue con contundencia y claridad, lo que está bien y lo que está mal.
El presidente argentino dijo no conocer exactamente lo que pasa en Cuba.
Es el mismo presidente que dijo conocer perfectamente lo que pasa en Gaza, Colombia, Venezuela, Brasil e incluso en Bolivia, donde hace pocos días sin ninguna investigación profunda culpó de manera inmediata a su antecesor gobierno, presidido por Mauricio Macri, de ser partícipe de un golpe militar contra su amigo y ex presidente Evo Morales.
Sería bueno pedir honestidad intelectual y sacarse las anteojeras ideológicas para mirar la realidad.
No hay derechos humanos de Izquierdas y derechos humanos de derechas. ¡Hay derechos humanos!!
No hay dictaduras buenas y dictaduras malas. ¡Hay dictaduras!!
El relativismo es la falta de coherencia y el intento de acomodar la realidad de acuerdo a mis simpatías, intereses o compromisos.
El comandante Fidel Castro, al igual que el comandante Hugo Chávez, impusieron una dictadura tan feroz como la que impusieron Videla, Pinochet y otros. No hay diferencia más allá de la retórica, el discurso y la narrativa.
Políticos argentinos y otros, tienen una tradición de enamorarse de dictadores y militares que se disfrazan de estadistas. No podemos olvidar la fascinación que sentía el General Perón por el fascismo y el Nazismo. No podemos olvidar la hipocresía de que sólo cuando el Nazismo ya estaba derrotado, el país le declaró la guerra, mientras veía llegar a sus costas Marplatenses submarinos del Tercer Reich que traían quien sabe qué y a quienes. De paso nuestra hospitalidad y vocación pacifista aparecía en su esplendor.
En el relativismo moral los crímenes del Nazismo son condenables, pero no los atroces crímenes y matanzas del Stalinismo.
Las dictaduras auspiciadas, financiadas y articuladas por los Estados Unidos son malas y las auspiciadas, financiadas y articuladas por la ex Unión Soviética son buenas.
Sería bueno que aquellos que quedaron contaminados del romanticismo y los traumas de los años 70 del siglo pasado pudieran salir de sus ombligos vivenciales y comprender que lo que está mal, está mal!. No importa si proviene de una derecha muy diestra o de una Izquierda muy siniestra. En realidad, ambos extremos se parecen mucho más de lo que una lectura superficial permite ver en lo que hace a su profanación de los derechos humanos y sus características dictatoriales.
Los Castro, como los Chávez, como los Ayatolas, como los Hamás, como los autócratas chinos, los de Corea del Norte y tantos más, violan los Derechos Humanos y una de las diferencias fundamentales con las imperfectas democracias es que en esos regímenes manifestarse en contra conlleva generalmente a una sentencia de muerte y en el mejor de los casos un exilio obligado.
El relativismo moral, una de las tragedias de nuestros tiempos.
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