Alberto Gerchunoff: Los Gauchos Judíos
Hoy nos dedicaremos a un escritor judío nacido en Rusia que marcó una época en la literatura argentina, pues es mucho más que el autor de Los gauchos judíos.
Prolífico periodista y escritor inagotable, es difícil encontrar un diario o una revista de la primera mitad del siglo XIX en la que su nombre no aparezca. Amigo de Lugones, Quiroga y Borges, publicó 18 libros y le habló al planeta entero desde lugares de la cultura argentina tan centrales y diversos como la Biblioteca Socialista de la calle México, la redacción de La Nación –que trajinó por más de 30 años– o su despacho en el diario El Mundo” Nació en Proskurov, Imperio ruso, 1 de enero de 1883
Su padre fue asesinado por un gaucho, aunque la fecha exacta se desconoce. La tumba en el cementerio de Moisés Ville dice 12 de febrero de 1891, sin embargo el establece en su autobiografía la fecha antes de las pascuas Judías. Así como no hay una fecha ni un barco de llegada, tampoco hay una fecha certera de la muerte de Gershon Ben Abraham Gerchunoff.
Pertenecía a una familia de campesinos judíos que se trasladó siendo él niño a una colonia agrícola de Santa Fe y posteriormente a Colonia Rajil, en la provincia de Entre Ríos, en las cercanías de Villaguay, fundada por el filántropo Barón Moritz Hirsch como refugio para los judíos que huían de los pogroms europeos. Entre estas dos localidades Gerchunoff pasó su infancia, en la que trabajó como agricultor y boyero.
Sus experiencias las narró en su libro Los Gauchos judíos (1909), escrito en homenaje al centenario de la Revolución de Mayo, a los 24 años, el que fue incluido muy tempranamente, en 1910, en los textos escolares. Por ello, el resto de su obra no se leyó tanto y quedó muy encasillado en una obra juvenil.
También escribió La asamblea de la buhardilla (1925), El hombre que habló en la Sorbona (1926), Historias y proezas de amor (1926), La jofaina maravillosa (1927), La clínica del doctor Mefistófeles (1937) y Entre Ríos, mi país (1950). Se publicaron póstumamente Retorno a Don Quijote (1951) y Argentina, país de advenimiento (1952)
En la anteportada, de El Cristianismo Precristiano escribió: “Los escritores de todas las épocas, los artistas de todas las edades han discutido principios de escuela y han peleado por pequeñas cuestiones de procedimientos. Pero esa eterna polémica tendía siempre a explicar una nueva concepción de la vida que debía explicar la nueva concepción de su forma. Mientras discutían y peleaban, crecía su obra individual, se afirmaba su originalidad o su idea en la creación visible, pues el buen obrero ha de usar la herramienta en la tarea creadora y no perder las horas en disertar sobre su empleo. La polémica se ha renovado en el mundo y repercute entre nosotros –“piccolo mondo moderno-“con demasiado ruido. Y es una lástima. Las horas se van. Tratemos, más bien, de dejar, en la palabra, en el color, en la piedra, lo que tenemos en el espíritu: es en el espíritu y no en lo externo donde están las fuerzas de revolución, de renovación, de comunicación con los hombres.”
Tras el asesinato de su padre la familia se trasladó a Moises Ville y en 1895 a Buenos Aires. Su nombre inicialmente era Abraham, pero al acceder a la ciudadanía argentina lo modificó por Alberto.
Cuando llegaron a Buenos Aires, todos los miembros de la familia tuvieron que trabajar, inclusive él que tenía solamente 13 años. Tuvo la experiencia de ver una ciudad que crecía de un modo muy desordenado, donde trabajaban los niños y el trabajo no respetaba horarios. Según él, eso lo acercó a El Quijote y a la actividad política en el Partido Socialista primero, y luego en el Partido Demócrata progresista al que estuvo afiliado hasta su muerte. A los 16 años, Gerchunoff se nacionaliza argentino y continúa estudiando como autodidacta a la vez que comienza a escribir y se afilia al partido Socialista, en 1902.
Allí conoce a Roberto J. Payró, quien le abre las puertas del diario La Nación, donde empieza a colaborar en 1906 y dos años después es incorporado oficialmente a la redacción, que dirigía Emilio Mitre. Fue profesor universitario y editor de numerosos diarios y revistas.
De él dijo Borges:
“Fue un indiscutible escritor, pero el estilo de su fama trasciende la de un hombre de letras. Sin proponérselo y quizás sin saberlo, encarnó un tipo más antiguo: el de aquellos maestros que veían en la palabra escrita un mero sucedáneo de la oral, no un objeto sagrado”.
Si bien, como vimos, escribió mucho, pertenece al linaje de los escritores de un solo libro. Se trata de “Los gauchos judíos”, un texto publicado por primera vez en 1910, prologado por Martiniano Leguizamón y que mereció la aprobación de personajes tan diversos y contradictorios como Leopoldo Lugones, Rubén Darío, Miguel de Unamuno, Ricardo Rojas y Manuel Gálvez
La mayoría parte de su vida, Gerchunoff creyó en la asimilación de los Judíos de Argentina. Pero en sus últimos años, cambio de idea y hay rumores de que colaboró con Wilhelm Reich en una versión de un programa diseñado para la preservación de las memorias culturales del pueblo judío.
Alberto Gerchunoff falleció el 2 de marzo de 1950.
Su libro Los Gauchos Judíos dio origen a la película estrenada en 1975 con su mismo nombre.
Dr. Mario Burman para Radio Jai
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