Lagomarsino reitera en Radio Jai que Nisman se suicidó

Diego Lagomarsino, procesado como partícipe necesario del homicidio del ex fiscal Alberto Nisman por ser el propietario del arma que le quitó la vida, explica a los oyentes de Radio Jai por qué intentó evitar que la justicia llevara a cabo pericias informáticas sobre los dispositivos que le habían sido secuestrados.

El 9 de septiembre, la Corte Suprema de Justicia rechazó los reclamos de la defensa de Lagomarsino, la cual, alegando por su privacidad, impedían que se realizaran pericias sobre las computadoras y teléfonos incautados. A pesar de que hace más de un año, él área de Ciber Delincuencia de la Gendarmería Nacional terminó de extraer la información de más de 200 dispositivos, tras una tarea de dos años de duración, esa información no pudo ser procesada, analizada y entrecruzada como se precisa debido a las apelaciones de la defensa del procesado. Además, es importante remarcar, que tales apelaciones fueron rechazadas en múltiples instancias antes de la definición en la Corte Suprema de Justicia. Primero el juez Ercolini, luego la Cámara Federal Porteña y después la Cámara de Casación; en un proceso en el cual intervinieron un total de 12 jueces.

Intentando explicar por qué a pesar de declararse inocente, se negó a permitir que la justicia investigara sus dispositivos facilitando todos los recursos necesarios, Lagomarsino aclara que los elementos en cuestión fueron entregados a la justicia en noviembre del 2017. En aquel momento explica: “me allanan mi casa por orden del juez Julián Ercolini, y me secuestran mi teléfono”, el mismo habría sido comprado un año después de la muerte de Nisman y en él, según Lagomarsino “existen comunicaciones entre abogado y defensa […] es una información confidencial”.

Agrega también que aquel no fue el primer teléfono que se le secuestró por la causa para su peritaje: “El 19 de enero del 2015, cuando yo voy a declarar ante la fiscal Fein, en ese momento me piden mi celular, el cual yo entrego”.

Según Lagomarsino, sus apelaciones no estarían en contra de peritaje de los dispositivos en sí mismos, sino del peritaje de información que según el es irrelevante: “Pedimos que sea el juez el que discrimine la información que se va a peritar” para asegurarse de “que toda la información que no sea relativa a la causa se descartada”.

Por otro lado, el imputado defiende su postura de que la muerte de Nisman es un suicidio, haciendo referencia principalmente a las pericias. Explica que el cuerpo forense no habría encontrado signos de acción de terceros en el cuerpo y que la pericia de la Policía Federal sobre las manchas de sangre “habla de que Alberto estaba parado frente al espejo, con la mano derecha en el arma y la mano izquierda sobreempuñando el arma, y ahí ejecuta el disparo”.

Nada dice respecto que en las manos del fiscal no se encontraron rastros de deflagración que deja el disparo de un arma y que luego peritada la misma en 4 oportunidades, se comprobó que al ser disparada la misma el arma deja rastros que no aparecieron en las manos del fiscal, lo que supone la intervención de una tercera persona.

Lagomarsino, desestima los reclamos acerca de irregularidades en el proceso de pericias, como la falta de perito por parte de los familiares y la deficiencia en la preservación de la escena del crimen. Así mismo, también rechaza la pericia llevada a cabo por gendarmería, que concluyó que Nisman había sido asesinado. Señala que, en lo que respecta a las manchas de sangre, utilizan como bibliografía de referencia a Juan Santos Lovatón, un perito peruano especialista en el tema,  que dice que  “gendarmería se equivocó en la clasificación de manchas”.

Lagomarsino insistió que pasáramos un audio donde aparece una diferencia entre la Dra. Arroyo Salgado ex mujer del fiscal y el abogado Romero Victorica que la patrocinó respecto al lugar exacto por donde habría penetrado la bala en el craneo de Nisman. Arriba de la oreja o en la patilla como si ese elemento cambiara en algo lo afirmado por la justicia que determinó que a Nisman lo mataron por su denuncia que resulta verosímil y plausible.

Redacción gentileza de Tomás Polakoff