Lo que Roger Waters no dirá y lo que quizás no oirá
Qué le dirán y qué no a Roger Waters en su visita a Uruguay.
El famoso ex Pink Floyd llega a Montevideo precedido por una tormenta que nada tiene que ver con su música. Todo indica que también en Uruguay mostrará su agenda de odio contra Israel, por más que la disfrace de preocupación por los palestinos. De lo contrario, no se habría encargado de organizar un evento del BDS, la campaña de boicot contra Israel, aunque no ayuda a los palestinos sino que los perjudica. Este viernes Waters dará una conferencia en la sede del PIT-CNT sobre “Palestina y los DDHH hoy”. Algo me dice que Roger Waters no piensa hablar del reciente informe de la organización de DDHH Human Rights Watch que condenó duramente la práctica de la tortura tanto en las cárceles de la Autoridad Palestina en Cisjordania como en Hamas en la Franja de Gaza. HRW aseguró que la AP y Hamas utilizan de manera “rutinaria” la violencia, las amenazas y las detenciones arbitrarias contra manifestantes, disidentes, periodistas o blogueros.
Tampoco parece probable que Waters vaya hablar del puño de hierro con que la organización terrorista Hamas controla la Franja de Gaza desde junio del 2007.
Ni cómo se atreve a usar sus recursos para su infraestructura armada, en lugar de dedicarlos a mejorar la situación de la población que tiene bajo su responsabilidad. Por ejemplo, por qué no usó para construir escuelas y hospitales, el dinero que gastó en el último año en cavar hacia Israel túneles para hacer atentados.
Cada uno costó US$ 3 millones y sólo desde octubre de 2017 Israel descubrió 17.
El problema es que el viernes, en su “conferencia” en la central obrera, se juntarán al parecer el hambre y las ganas de comer. Roger Waters no dirá lo que no le sirve a su agenda de odio y sus anfitriones no le contarán lo que vieron en el terreno. O sea…así nos aventuramos a vaticinar, juzgando de acuerdo a lo que pasó hace algo más de un año a raíz de la entrevista que representantes del PIT-CNT que visitaron Israel. Invitados por la Histadrut, la Confederación General de Trabajadores de Israel -no por el gobierno- visitaron Israel el presidente Fernando Pereira, el responsable de Relaciones Internacionales Fernando “Manso” Gambera, el presidente de Fuecys Favio Riveron y la representante juvenil Mariana Antúnez,y contaron lo que vieron. Sus compañeros saltaron airados cuando leyeron nuestra entrevista.
O sea: quienes no vieron la situación en el terreno, no querían ni escuchar lo que los cuatro que sí la habían visto, tenían para contar.
Es que los sacaba de su esquema prejuicioso oír la verdad, aún contada por sus propios compañeros. No querían leer a Fernando Gambera rechazando las comparaciones que algunos hacen entre Israel y un régimen de apartheid, asegurando que “es una comparación que desde el punto de partida es equivocada”. Y no querían escuchar a Fernando Pereira hablar sobre los derechos de los trabajadores en Israel, de lo potente de la central obrera israelí y su trabajo: “Yo parto de la base que donde hay sindicatos potentes hay derechos laborales, a la seguridad social, de los jóvenes, hay derechos humanos”. Ni de sus ejemplos concretos: “vimos una buena práctica , una normativa que castiga, incluso con prisión, a aquellos empresarios que evitan construir sindicatos, y de hecho en Uruguay asistimos más de una vez a personas que se presentan, incluso ante el Ministerio de Trabajo, diciendo que han despedido a trabajadores precisamente porque no quieren que haya sindicato. Si eso pasara en Israel, si ese empresario se animara a presentarse y decir eso, podría ir preso o pagar una multa alta”.
A Favio Riveron le preguntamos sobre el Israel que vio, comparado con el que se podía imaginar desde Uruguay. “Lo primero que descubrí es que llega información carente de muchos datos de los que te enterás acá, sobre todo de cómo viven algunos de los países vecinos de Israel. A veces uno dice: Israel está en guerra en la Franja de Gaza. Está bien, ¿pero qué hay en la Franja de Gaza?”.
Lo que hay es ese Hamas que antes mencionábamos, pero ni a los compañeros ni a Roger Waters, al parecer, les cambia nada. Pero ellos lo vieron. Por eso así describió Gambera su impresión sobre el tema de la convivencia judeo-árabe: “ver en Israel cómo culturas tan diversas pueden estar y convivir en una misma central sindical, pueden dirimir democráticamente y que, por ejemplo, visitemos al presidente de un distrito en el sur y que es candidato a reelegirse y reeditar un período en la dirección de la Histadrut junto con los otros trabajadores judíos y árabes…Ese objetivo final llevado a una sociedad y a un Estado y un país como este, en donde empieza a darse esa convivencia, de alguna manera se está encaminando a ese objetivo final. Seas de la religión que seas, de la pertenencia política que puedas tener, sos trabajador”.
Y como Roger Waters quiere promover el boicot de Israel, vale la pena recordar lo que nos dijo Favio Riveron de Fuecys, cuyo sindicato tiempo antes había emitido un llamado a boicotear a Israel, del cual se desdijo luego la central obrera. “En una de las jornadas que tuvimos nos hablaban de que 4.000 trabajadores de Palestina pasan diariamente para trabajar en Israel, entonces uno se pregunta: ¿si yo genero una situación de boicot, a quién favorezco, a quién perjudico? El boicot, termina siendo injusto”. ¿Se lo dirán a Roger? Todavía están a tiempo de pensarlo.
*Fuente: El Observador de Uruguay
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