Reducción de la semana laboral en Israel
La prueba piloto de implementar una semana laboral de cuatro días llega a Israel.
Ya se han realizado pruebas iniciales muy satisfactorias en países como el Reino Unido, Nueva Zelanda e Islandia.
Dese el lado de los empleados se informa de una disminución en el estrés y un aumento en el nivel de felicidad, mientras que desde el lado de los empleadores se pone de manifiesto un aumento en la producción
Ahora que las empresas israelíes también se unen al piloto de este modelo innovador, los analistas se preguntan si ¿Se trata de una noticia revolucionaria que sacudirá la economía o se traducirá en un privilegio extra para los empleados?
En la OCDE (La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) Israel está clasificado en un puesto relativamente bajo en términos de productividad. Se estima que se trabaja de más y con una productividad que no está en línea. Y por lo tanto se pretende lograr un poco más de equilibrio para tener empleados más felices y mayor productividad.
Este octubre, se espera que varias empresas israelíes experimenten con el modelo, como parte de un programa piloto que está previsto que dure seis meses. Detrás de la iniciativa está el Movimiento mundial que brega por la reducción de la jornada laboral, fundado en Nueva Zelanda, que promueve iniciativas similares en muchos países.
Hasta la fecha, 12 empresas ya se han registrado para tomar parte en esta iniciativa, en los más diversos rubros, como el tecnológico, financieras, de alimentos, publicidad, consultoría, en energía, etc.
La tendencia no ha estado exenta de proyectos legislativos en la Knesset (Parlamento) israelí. En los últimos años han surgido bastantes proyectos de ley sobre el tema. La última propuesta legislativa corresponde a la diputada Naama Lazimi, del Partido Laborista, que propone reducir la semana laboral de un máximo actual de 45 horas a solo 36, es decir, cuatro días de 8 horas, y otra media jornada de 4 horas (frente a cinco días de 9 horas) El tiempo mínimo de descanso entre una semana laboral y la otra de 36 horas consecutivas pasaría a 60 horas consecutivas, para que la reducción de jornada diaria coincida con la reducción de la jornada semanal.
El fundamento de la propuesta de ley surge de los datos de la OCDE, según los cuales un empleado en Israel trabajaba en 2021 un promedio de 40,5 horas a la semana, frente a la media europea de 35-39 horas. Al mismo tiempo, la productividad por hora de un trabajador israelí era un 18% inferior a la de su homólogo de la OCDE.
DARIO SYKULER – ABOGADO MATRICULADO EN ARGENTINA E ISRAEL – DIRECTOR SECRETARIO DE LA CÁMARA DE COMERCIO ARGENTINO ISRAELÍ
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