Nexos de atentados en Panamá y Argentina
Tras 28 años de los atentados contra el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en Buenos Aires y contra el avión de la aerolínea panameña “Alas”, los investigadores de ambos países coinciden que se trató de una acción de la organización terrorista libanesa Hezbollah.
El 18 de julio de 1994, una camioneta Trafic Renault detonó su carga explosiva contra la AMIA, matando a 85 personas e hiriendo a otras 151. Al día siguiente, otro atentado derribó la aeronave HP 1202 Embraer EMB 110 en el trayecto Colón-Panamá. El hecho provocó el fallecimiento de las 21 personas que se encontraban a bordo.
La pista que une ambos casos sería el libanés Samuel Salman El Reda o Salman Raouf Salman, jefe de la Organización de Seguridad Exterior (OSE) del Hezbollah en América Latina, que vivía en la Triple Frontera y estuvo en Buenos Aires en julio de 1994 cuando ocurrió el atentado.
La Unidad Fiscal para la Investigación de la Causa AMIA reveló que se han profundizado los contactos con autoridades de los Ministerios Públicos de Brasil, Paraguay y Panamá, tendientes a agilizar y producir aquellas pruebas que deban realizarse en dichos países.
Ambos atentados, fueron asumidos por una misma organización mediante un comunicado publicado en el Líbano a los pocos días. A su vez, el intercambio de información que se viene realizando con la fiscalía de Panamá que sigue dicho atentado, determinó la existencia de contactos telefónicos en los días previos a los ataques, donde también resalta la persona de quien en Argentina era conocido como Samuel El Reda.
EEUU ofrece una recompensa de $7 millones por Samuel El Reda. En junio de 2017, fue detenido en Michigan, Samer El Debek, otro libanés nacionalizado estadounidense, a quien el Departamento de Justicia lo acusa de conspirar en nombre de Hezbollah contra objetivos estadounidenses, israelíes y panameños en la ciudad de Nueva York y Panamá.
El FBI alega que El Debek pertenecía a la Jihad Islámica de Hezbollah, responsable de la inteligencia y las actividades terroristas de esa organización proiraní fuera del Líbano. En el interrogatorio, El Debek admitió que “fue formado por El Reda y que seguía instrucciones” para tratar de organizar un atentado en EEUU o Panamá, informaron fuentes judiciales.
Debek supuestamente realizó misiones en Panamá para ubicar las embajadas de EEUU e Israel y evaluar las vulnerabilidades del Canal de Panamá y los barcos en el Canal.
Viajó por primera vez a Panamá para Hezbollah en 2011, donde sus tareas operativas incluyeron la ubicación de las embajadas de EE.UU. e Israel, el control de los procedimientos de seguridad en el Canal de Panamá y la embajada de Israel, y la ubicación de ferreterías donde se podían comprar precursores de explosivos.
A principios de 2012, Debek viajó nuevamente a Panamá y se le pidió que identificara áreas de debilidad y construcción en el Canal de Panamá, así como que brindara información sobre qué tan cerca podría llegar alguien a un barco pasando por el Canal.
El atentado del 19 de julio de 1994 en Panamá lo ejecutó Alí Hawa Jamal, un terrorista suicida que ocultó dos tipos de explosivos en un radio de comunicaciones portátil “P-5000 B4”, marca Motorola. Se sospecha que otras 8 personas pueden haber ayudado a Jamal en su operación en Panamá.
Alí Hawa Jamal tenía entre 25 y 28 años, pesaba 160 libras y estatura de 5’9, cejas pobladas, cabello negro y patillas cortas. Se cree que viajó a Líbano, Venezuela, Colombia y Panamá.
Según los informes, un sujeto del Medio Oriente usó el 27 de mayo de 1994 la tarjeta de crédito robada de un ciudadano estadounidense para alquilar un Mazda 4×4 en un Vantage Rent-a-Car, ubicado en la ciudad de Panamá. Al día siguiente, el mismo hombre llamó a la agencia de alquiler de automóviles y declaró que quería alquilar un segundo automóvil, un Jeep Cherokee 4×4, ya que su amigo estaba usando el vehículo inicial que se había alquilado. El individuo cargó ambos coches a la tarjeta de crédito robada. Ambos autos fueron encontrados luego abandonados, cerca del aeropuerto de Tocumen.
El 28 de mayo de 1994, se informó además que posiblemente el mismo hombre del Medio Oriente que utilizaba la misma tarjeta de crédito robada, compró un sistema telefónico de dos líneas de una empresa panameña. Alí Hawa Jamal tenía una radio Motorola P-500.
En el 2020, el FBI reveló fotos del paracaidista Hage Zaki Jalil, de 54 años, por tener información sobre el atentado.
Las investigaciones revelan que el 16 de junio de 1994, unos 33 días antes del bombazo, Ali Hage Zaki Jalil constituyó la sociedad Skydive Panamá. Allí aportó la cédula E-8-63061
Los trámites notariales para la citada sociedad los realizó en la Notaría Undécima de Panamá y puso como dirección inicial de la compañía: la Zona Libre de Colón.
Ali Hage alegó ser colombiano, soltero, comerciante y que residía en Fort de Lesseps, un área de Colón donde viven empresarios de la Zona Libre. Como directivos de la compañía había otro colombiano de nombre y apellidos árabe y una mujer libanesa. Todos aportaron la misma dirección de la zona residencial ubicada frente al Paseo Washington. El propósito de la compañía era la importación y exportación de mercadería.
El sujeto en mención constituyó al menos tres sociedades en Panamá. La última empresa la registró en junio de 2018. También estuvo ligado a federaciones de paracaidismo en Venezuela y a asociaciones internacionales de deportes aéreos.
El sujeto era propietario de bares en la Isla Margarita, Venezuela, en donde es posible que haya vivido. Nació el 25 de octubre de 1968.
Ali Hage Zaki Jalil fue detenido el 6 de octubre de 1994 en un operativo de la Fiscalía Auxiliar y la Policía Nacional, tras la incautación de 16 subametralladoras minimax y el tipo adujo una excusa poco creíble: las armas se las compró a un grupo de chicos al precio de 25 centésimos cada uno.
Para entonces en Panamá había reventado el escándalo de ese tipo de armas que eran fabricadas por la Corporación Istmeña de Ensamblaje, propiedad de un argentino ligado a figuras del Panameñismo.
Hasta ahora lo que se conoce del caso de las armas incautadas a Ali Hage Zaki Jalil, es que el proceso terminó en un caso administrativo. Cuando se allanó su apartamento, se ubicaron documentación sobre depósitos bancarios por $500 mil. El libanés hasta contrató a un abogado para interponer un Habeas Corpus por ese caso, pero luego fue desistido.
Fuente: Crítica.com.pa
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