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La visita al colegio para evaluarlo

Profesor León Trahtemberg

Una de las decisiones más difíciles que deben tomar los padres que tienen hijos que se aproximan a la edad escolar es la elección del colegio. En el caso de la escuela pública, suelen haber pocas opciones accesibles que respondan a criterios que vayan más allá de saber si hay vacantes. En el caso de la escuela privada urbana, suelen haber más opciones, pero allí la pregunta a los padres/clientes es qué criterios usar para determinar cuál es el mejor colegio para sus hijos.

Las publicaciones que hace el Ministerio de Educación parecerían aludir a que una educación de calidad es aquella que se obtiene en colegios cuyos alumnos sacan puntajes superiores a los otros en matemáticas y comunicaciones. Por mucho tiempo publicaban resultados de las Evaluaciones Censales para que asuman que eso es lo decisivo. Lo mismo las universidades al definir a qué le llamaban pruebas de aptitud académica. Sumen a eso la publicidad global que se hace de los puntajes de los países en las pruebas PISA o TIMSS o las del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE). Siempre matemáticas y comunicaciones, a veces agregan las de ciencias.

El problema es que mientras más se acerque la evaluación de la calidad de un colegio a indicadores “promedio”, uniformes, universales, más se alejará de la experiencia de estudiante que pasa su vida escolar en esos colegios. Por ejemplo, ninguno de esos puntajes aludirá al nivel de bullying o violencia que hay en ese colegio, la calidad moral del profesorado, las oportunidades para el desarrollo integral del estudiante incluyendo las áreas de artes y deportes, la atención socioemocional de los estudiantes que requieren ese acompañamiento, el clima institucional, el nivel de autonomía o de creatividad o el estrés que produce la competencia o el volumen de tareas y exámenes que torturan a los alumnos, el dominio de una lengua extranjera, etc.

Pero aún si enfocamos el puntaje en matemáticas, ¿significa lo mismo para un colegio que dedica 5 horas a otro que dedica 8 o 10 horas semanales?

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Y si vamos a ratios como el del número de alumnos por profesor ¿es lo mismo estar en una clase que respeta la diversidad que en otra que es frontal y uniforme? ¿Es la misma vivencia la de estar en un colegio de 200 alumnos que en otro con 2,000 alumnos? ¿Es la misma experiencia de aprendizaje estudiar “de memoria” decenas de conceptos de ciencias versus construir el conocimiento mediante experiencias de laboratorio?

De allí que escoger un colegio sea un reto para los padres de familia que hacen un esfuerzo por anticipar cómo será la experiencia escolar de sus hijos y sobre todo, si ésta estará alineada con los valores y la imagen de desarrollo pleno que tienen los padres respecto a sus hijos que varía de colegio a colegio.

Es una decisión compleja parecida a la de escoger una pareja para matrimonio, que en este caso, puede ser un compromiso para 14 años si es que inicia su vida escolar a los 3 años, asumiendo que no tiene en mente uno o más divorcios en ese tiempo. Es parecida además porque lo que es compatible para una familia no necesariamente lo es para otras, que también es un elemento a considerar al confrontarse con los indicadores estandarizados… (Imagínense que diera lo mismo que una persona se casara con cualquier otra de las decenas que tienen el mismo perfil de indicadores….)

Esto me lleva a compartir con ustedes una anécdota que quizá sea útil para esclarecer esta dificultad de evaluar, y lo importante que pudiera ser buscar indicadores o criterios de evaluación menos convencionales y estandarizados, pero que pueden ser ilustrativos y premonitores de la experiencia escolar que vivirían sus hijos en tal o cual colegio

En una entrevista con un estudiante de educación, que sabía que yo había sido consultor para algunas directivas escolares, me planteó un reto interesante. Me pidió que me imaginara que me daban 30 minutos para una visita a un colegio, luego de lo cual tendría que dar una impresión sobre la gestión educativa de ese colegio.

Ese reto implicó hacer un rápido esfuerzo de pensamiento divergente para contestar y esto fue lo que se me ocurrió sugerir. 1) Visitar los baños de alumnos, profesores y trabajadores. 2) Ver la ubicación y accesibilidad de la oficina del director. 3) Observar el ánimo e interacción de los alumnos a la hora de la salida, al finalizar el día.

Los baños son el espacio con mayor necesidad de intimidad y privacidad tanto para alumnos como profesores y trabajadores. De la manera como el colegio diseñe y mantenga esos baños, estará transmitiendo su cultura de respeto y consideración por los demás. No pocas veces se encuentra baños descuidados y desagradables para el uso, o inclusive, colegios en el que los baños de alumnos están bien cuidados, pero no así los de los profesores o demás trabajadores.

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O en cambio, cuidados para los profesores, pero no para los alumnos evidenciando la falta de convicción respecto a la importancia colectiva de este servicio. Esto habla mucho de la cultura institucional…

La ubicación de la oficina del director define cuán alerta está de lo que pasa en el colegio y cuán accesible es especialmente para alumnos y profesores que quisieran conversar con él o ella. Una oficina alejada del centro de la acción escolar, que demanda muchas antesalas y secretarías, es señal de distancia, de una relación muy jerarquizada que se transmitirá en todas las instancias escolares. No es consistente tener una institución jerarquizada, vertical, autoritaria, y a la vez que en sus aulas se pretenda favorecer una cultura de convivencia y comunicación horizontal y democrática, y en la que la opinión de los alumnos se considere importante.

Finalmente observar alumnos tranquilos, alegres, con ánimo positivo a la salida del colegio, conversando relajadamente con compañeros o profesores, denota un clima escolar cálido, acogedor, en el que probablemente no haya excesivo estrés ni episodios violentos.

Como verán, son formas indirectas de calibrar esa vida escolar sin que medien los indicadores clásicos mencionados al principio. Y si los padres y sus hijos tuvieran la oportunidad de visitar el colegio, “sentirlo” en carne propia, conversar con alumnos, ex alumnos o padres de familia que actualmente son integrantes de ese colegio, les ayudaría mucho a conocer la institución desde quienes la viven cotidianamente, más que desde unos indicadores numéricos fríos,  impersonales y vacíos.

En una entrevista con un estudiante de educación, que sabía que yo había sido consultor para algunas directivas escolares, me hizo una pregunta interesante. Me pidió que me imaginara que me daban 30 minutos para una visita a un colegio, luego de lo cual tendría que dar una impresión sobre la gestión educativa de ese colegio.

Ese reto implicó hacer un rápido esfuerzo de pensamiento divergente para contestar y esto fue lo que se me ocurrió. 1) Visitar los baños de alumnos, profesores y trabajadores. 2) Ver la ubicación y accesibilidad de la oficina del director. 3) Observar el ánimo e interacción de los alumnos a la hora de la salida, al finalizar el día.

Los baños son el espacio con mayor necesidad de intimidad tanto para alumnos como profesores y trabajadores.

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De la manera como el colegio diseñe y mantenga esos baños, estará transmitiendo su cultura de respeto y consideración por los demás.

La ubicación de la oficina del director define cuán alerta está de lo que pasa en el colegio y cuán accesible es especialmente para alumnos y profesores que quisieran conversar con él o ella.

Una oficina alejada del centro de la acción escolar, que demanda muchas antesalas y secretarías, es señal de distancia, de una relación muy jerarquizada que se transmitirá en todas las instancias escolares.

Observar alumnos tranquilos, alegres, con ánimo positivo a la salida del colegio, conversando relajadamente con compañeros o profesores, denota un clima escolar cálido, acogedor, en el que probablemente no haya excesivo estrés ni episodios violentos.

Son formas indirectas de calibrar esa vida escolar.

León Trahtenberg

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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