“Palestina debe abandonar la fantasía de que Israel desaparecerá”

A pesar de los 23 años de negativa de sucesivos presidentes a implementar la Ley de la Embajada de Jerusalem de 1995, el 6 de diciembre, el presidente Trump anunció que Estados Unidos reconocía a Jerusalem como la capital de Israel y que el Departamento de Estado trasladaría su embajada.

La Autoridad Palestina canceló una reunión planificada entre el jefe de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas y el vicepresidente Mike Pence luego del anuncio de diciembre, y declaró que ya no considera a Estados Unidos como un intermediario viable para las conversaciones de paz.

El lunes, Estados Unidos develó su nueva embajada en Jerusalem, mientras los terroristas de Hamas atacaron a las fuerzas de las FDI en la frontera entre Israel y Gaza en un intento de infiltrarse en el territorio israelí.

Sesenta gazatíes, incluidos 24 terroristas de Hamás y 36 protestantes, murieron por los disturbios generados, cuando 50.000 manifestantes se congregaron en la frontera de Israel en el mayor intento de infiltración desde que comenzó la llamada “Marcha del Retorno” el 30 de marzo.

El martes, Netanyahu defendió el uso de la fuerza de Israel para defender su frontera de los intentos de infiltración masiva, y elogió la decisión del presidente Trump de mover la embajada, diciendo que era una condición previa necesaria para la paz.

“El presidente Trump hizo algo muy importante. No solo cumplió su promesa y las promesas de los sucesivos presidentes estadounidenses, también reconoció una simple realidad. El gobierno israelí está aquí en Jerusalem. Y ha sido la capital únicamente del pueblo judío durante 3.000 años. Esa es la clave, en última instancia, para la paz. Porque una paz basada en mentiras se estrellará contra las rocas de la realidad del Medio Oriente”.

La AP, afirmaba Netanyahu, había alimentado una “fantasía” de “conquistar” Jerusalem, una fantasía que, según dijo, “debería renunciar si se quería alcanzar la paz”.
“Es hora de decirle a los palestinos: “Abandonen su fantasía de destruir a Israel. Abandonen la fantasía de que conquistarán Jerusalem. Abandonen la fantasía de que Israel desaparecerá”.

“Trump quitó de la mesa al hecho de que Jerusalem es la capital de Israel. No definió exactamente dónde estaría el límite en Jerusalem. Pero está muy claro que esta parte, donde estamos ahora, es la capital de Israel”.