“Homicidios. El círculo íntimo de las víctimas”-Diana Cohen Agrest

La orfandad de los allegados de las víctimas por parte del Estado.

La Dra. Diana Cohen Agrest, titular de Usina de Justicia (quien perdió a su hijo Ezequiel en un homicidio hace casi doce años) relató en Radio Jai acerca de su experiencia y la de las víctimas en general, que tienen una absoluta orfandad por parte del Estado que los abandona. La filosofa realizó un reconto de la actividad que realiza Usina de justicia para intentar suplir en parte esa ausencia. 

A horas de la presentación del libro de la jurista francocanadiense, Catherine Rossi: “Homicidios. El círculo íntimo de las víctimas”, que estudia un tema poco abordado por la literatura académica de nuestro país: los derechos de las víctimas (“que ya no están”) y sus familiares. Se pregunta acerca de aquellos que quedan duelando al que se fue y también son víctimas.

Es pertinente al derecho argentino porque tanto Francia como Argentina se rigen por el sistema legal por Códigos en contraposición al sistema de precedentes de Canadá, EE.UU y los países anglosajones. En estos últimos el reconocimiento no es sólo económico, sino que lo que busca el familiar o allegado de una víctima por homicidio es el reconocimiento del Estado.

Comparativamente, especialmente en América Latina, donde se mata por un celular, el Estado es responsable de la muerte de una persona, porque no la protegió, no la cuidó. Se da la paradoja que el familiar de la víctima es revictimizado (porque además de su pérdida violenta, no se lo protege, no se le designa un abogado querellante) y el victimario, si no puede pagar un abogado, cuenta con un Defensor Oficial que sí lo paga el Estado.

Pensemos que en una escena habitual de un juicio: está el juez, el abogado defensor, el fiscal, que estudiaron para eso-todos muy bien rentados-y el único que está solo es el familiar de la víctima que no eligió estar ahí y lamentablemente tiene que estar.

Es decir que los familiares de las víctimas tienen que, por un lado, ocuparse de representar a la víctima en todo un proceso legal, y además hacer el duelo. Es una enorme carga emocional.

Precisamente por ése motivo en la Usina de Justicia se trabaja exclusivamente con los allegados de las víctimas de homicidios, realizando un trabajo espiritual muy importante. Hace un mes en la Iglesia San Cayetano (que gentilmente cedió sus instalaciones) todos los martes hay un grupo que se reúne con un abogado, un psicólogo y trabajan con la resiliencia; porque se mezcla la culpa, el dolor infinito, el abandono absoluto por parte del Estado.

La Editorial Tadea, publicó este libro que debe servir de referencia para repensar un tema que nos debe convocar a exigir cambios profundos en la asistencia que el Estado le debe brindar las víctimas.

Usina de Justicia está realizando un curso inédito en la Argentina, con más de mil operadores jurídicos, que toman clases en el marco de la victimología, estudian la ley de la Víctima de Argentina, sancionada en 2017, en un abordaje integral.

Cuantitativamente, en varios países de América Latina y el Caribe, donde viven el 8 por ciento de los habitantes del mundo y donde se cometen el 36 por ciento de los homicidios, casualmente ha impregnado la doctrina de Zaffaroni; quien invita a matar con la lapicera de los jueces. Esa política errática, que invierte el orden entre la víctima y el victimario, la estamos sufriendo en la región. 

Redacción: Dra. Jimena Schvindlerman

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