Éxodo en verano
Siempre me ha parecido un desperdicio (inevitable) que el libro de Éxodo, Shmot, sea leído, en el hemisferio sur, al principio de la temporada veraniega. Mientras que en el hemisferio norte generalmente ya han quedado atrás incluso las festividades “cristianas” y por lo tanto todos están asumidos en sus rutinas, en este extremo del mundo es tiempo de vacaciones, dispersión, y cierto grado de intrascendencia. Creo que no me equivoco si hablo específicamente del Río de la Plata.
El desperdicio es que nos perdemos tal vez el libro más importante y fundacional de los cinco libros del Pentateuco. Cuando hayamos regresado a nuestras rutinas en febrero o marzo ya estaremos recorriendo el libro de Levítico, donde básicamente la Historia se detiene para dar lugar a las leyes del sacerdocio y el servicio a Dios mediante los sacrificios. Textos áridos si los hay.
Por el contrario, Éxodo es la fascinante historia de nuestra liberación, de la lucha contra la opresión, de la omnipresencia divina en el destino de los hombres, y del surgimiento de no uno sino varios modelos de liderazgo. Punto culminante es el Pacto de Sinaí. Cuando vuelvo a leer el texto bíblico no puedo no maravillarme una vez más ante lo que fue la película “Los Diez Mandamientos” (1956) de Cesar B. de MIlle; creo que pocas veces un midrash resulta tan verosímil.
Es como si cada año el cine o ahora el streaming volvieran a pasar la película y nosotros no la viéramos porque estamos en la playa o tenemos reuniones y eventos sociales. Esto se subsana en tiempo de Pesaj, donde generalmente algún medio pasa la película una vez más, y nosotros los judíos relatamos la salida de Egipto, o al menos partes de la misma, en la Hagadá de Pesaj. Sería complicado que Pesaj fuera en verano, pero la sabiduría hizo que nuestras festividades centrales coincidieran con períodos de transición estacional.
Este año 2024 (5784) es más relevante que nunca leer, semana a semana, lo que nuestra tradición dispone. Porque hace ya un buen tiempo que se ha puesto en juego nuestro destino, nuestro liderazgo, y nuestros valores. Todos temas centrales en Éxodo. Ya entonces aparece el enemigo esencial, Amalec (Éxodo 17:8-13), en su intento de frustrar nuestro destino y enterrar nuestros valores. Hoy es Hamas quien nos ataca y pone a prueba nuestro liderazgo.
Estamos todos conminados a leer Éxodo, aunque sea bajo una sombrilla.
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