Tan lejos de Dios y tan inmerso en la violencia
El domingo pasado, 2 de junio se llevaron a cabo las elecciones en Méjico con un resultado histórico, Claudia Sheinbaum Pardo, de 61 años, ingeniera ambiental, con un doctorado en la UNAM, madre de dos hijos, jefa de gobierno del Distrito Federal desde diciembre del 2018 por el partido político MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional) movimiento creado por Andrés Manuel López Obrador, se ha convertido en la primera mujer y judía en acceder a la presidencia mejicana, con casi el 60% de los votos, superando así a Xóchiti Gálvez Ruiz del PAN (Partido Autonomista Nacional) y a Jorge Álvarez Máynez del MC (Movimiento Ciudadano).
Estas elecciones federales, que no contempla el ballotage, renuevan no sólo el cargo presidencial, sino también 128 senadurías y 500 diputaciones, por el período de 6 años a partir del 1 de octubre próximo, en el caso de los dos primeros cargos, y por 3 años para los diputados, y respecto al cargo de presidente, según la Constitución mejicana, puede ser ejercido por única vez por la persona elegida, es decir, no hay ni reelección, ni se puede postular nuevamente, Art. 83 de la citada Carta Magna, y además de los cargos señalados, también se eligieron gobernadores en los estados de Chiapas, Jalisco, Tabasco, Morelos, Puebla, Guanajuato, Yucatán y Veracruz.
Dicho esto, los comicios mejicanos se han caracterizado por estar atravesados por una violencia sin precedentes en la historia de aquel país, 321 casos de amenazas, agresiones, incluidos 38 homicidios de candidatos a distintos cargos públicos, y sin distinguir militancia política, pues las víctimas pertenecían al PRI (Partido Revolucionario Institucional), al PRD (Partido Revolucionario Democrático), y a los citados PAN y MORENA, este último el más afectado por los ataques.
Ahora bien, esta violencia sin cuartel tiene como actor principal al Crimen Organizado, es decir, a los Cárteles de las Drogas, que han invertido en el financiamiento ilegal en las campañas políticas, según coincidieran o chocaran los intereses de los Cárteles con las propuestas de cada candidato o de cada agrupación política, lo que configura la “narcopolítica”, caracterizada por esta espiral de violencia.
El objetivo de los Cárteles es, incrementar su poder y expandir sus actividades territorialmente, para lo cual utilizan dos caminos, uno es el ya mencionado financiamiento ilegal, es decir, dinero del Crimen Organizado para proyectos políticos, y el otro, son los ataques contra los candidatos, incluso sus familiares, cuando no hay acuerdo entre los grupos criminales y el candidato o con un partido político, y esto ha provocado, que muchos candidatos se hayan bajado de sus campañas e incluso, algunos partidos políticos se retiraron en algunas localidades, por no encontrar postulantes que los representen.
Por otra parte, los Cárteles han sembrado el miedo a medida que han extendido sus acciones, a través del tráfico de migrantes, en el aumento de las extorsiones y en la producción de alimentos, sin olvidar, que la gran cantidad de ataques o su aumento, es proporcional a la gran cantidad de cargos elegibles, en este que es el acto electoral más grande en la historia de Méjico.
Sin embargo, también hay que señalar que el incremento de las acciones violentas de los Cárteles, muestran que la estrategia “Anti-Crimen” llevada a cabo por el gobierno del presidente López Obrador ha fracasado, una prueba de esto es, que la violencia en el marco previo a las elecciones, se ha dado en regiones donde con anterioridad no existía o no hay antecedentes de esta clase sangrientos eventos, como ser en el estado más pobre de Méjico, Chiapas, donde al menos dos grupos criminales se disputan el control fronterizo con Guatemala, el ejemplo más reciente se produjo en mayo ppdo., cuando un grupo armado irrumpió en un acto público, matando a la candidata a una alcaidía y a siete personas, incluida una niña.
En este punto, concuerdo con la mayoría de los analistas en seguridad, que esta escalada de la violencia política, continuará durante el período de transición de gobierno y cargos elegidos, e incluso aún después de las asunciones, pues más allá de los ataques, existe una relación entre el Crimen Organizado y los partidos políticos y algunos miembros de los mismos, debido a una corrupción histórica y casi institucionalizada que hay en Méjico desde hace décadas.
Y esa corrupción endémica, ha sido posible gracias a la poca alternancia en el poder, pues los sucesivos gobiernos mejicanos fueron acaparados por el PAN y por el PRI, en particular éste último, que ha estado 70 años ininterrumpidos hasta la llegada de López Obrador, y que ha tenido en el gobierno de su antecesor Enrique Peña Nieto, como el más corrupto en la historia mejicana, pero esto no quiere decir, que la actual administración, que obtuvo la mayoría tanto del Senado como en Diputados, lo que significa un enorme poder político, haya estado exenta de actos corruptos, pues Méjico es uno de los Estados más corruptos del decenio, ubicándose en el primer tercio del ranking, según el Foro Transparencia Internacional.
La corrupción en Méjico, está arraigada en todos los estamentos sociales, no sólo en la política, y conforma una verdadera “cultura de la corrupción”, que desde décadas se ha consolidado y no ha sido debidamente afrontada y combatida, y esto se debe a que la poca alternancia en el poder, posibilitaron armonizar los intereses comunes y el favoritismo mutuo, en una alianza tácita entre el PRI y el PAN, y esto ha resultado, en conferirle “normalidad” a la corrupción.
AMLO, en su campaña presidencial en noviembre del 2018, declaró que no iba a perseguir a los presuntos corruptos que no tuvieran procesos judiciales abiertos, algo como “borrón y cuenta nueva”, sin necesidad de amnistía o indultos, pues según él, no habría que quedarse empantanado en persecuciones a sospechosos de actos corruptos, con lo cual traicionó una de sus promesas de campaña, y tuvo que lidiar con el Instituto Nacional de Transparencia de Méjico, creada en el 2014, un órgano de control similar a nuestra Agencia Anticorrupción, por lo que AMLO intervino ese organismo, con el pretexto de una reforma administrativa, que incluía el recorte de la plantilla de personal de muchos organismos públicos.
Sin embargo, en la práctica el noble objetivo de control y reducción de la corrupción no se cumplió, valga como ejemplo, en el 2017 se realizaron más de 4.400 auditorías, y en los ya 5 años cumplidos del gobierno de AMLO, sólo han sido 2.200 por año, en otras palabras, a menos auditorías, menos transparencia y control, tal es el caso del llamado “Escándalo” de la Compañía Estatal de Seguridad Alimentaria o SEGALMEX, a mediados del año pasado, con la compra de bonos basura, que no es otra cosa, que la alianza entre banqueros y políticos, en un desfalco de algo más de los u$s.600 millones, en compras con sobreprecios, contratos leoninos, sobornos, etc., es decir, con dinero de empresas públicas se realizaron inversiones en negocios ilegales o poco transparentes, no obstante, AMLO está dejando el poder con alrededor del 60% de imagen positiva, y es por dos razones, una es que sigue echando la culpa a la “Mafia del Poder”, por impedir que él haya podido lograr la llamada “4ta. Transformación”, que consiste en reformular el sistema político-social mejicano, y la segunda, que para el electorado no hay otra alternativa real menos mala que MORENA.
Ahora bien, en el plano económico el gobierno de AMLO, declarado izquierdista, no ha podido mejorar el PBI per capita, que se mantiene por debajo del 2017, pero gracias a las IED, Méjico se ha ido recuperando económicamente.
Al respecto, la ganadora de las pasadas elecciones del 2 de junio, la también izquierdista Claudia Sheinbaum, en su campaña, en relación a tres sectores de la economía, el energético, el gasto público y el social, se ha manifestado de la siguiente manera, uno de los principales activos energéticos de Méjico es la petrolera PEMEX, que con AMLO volvió a tener el dominio estatal, que se había debilitado con las reformas de Peña Nieto, que permitía inversiones privadas. Es así, que construyó la refinería Dos Bocas en el Estado de Tabasco, un proyecto sobredimensionado que ha costado el doble del estimado, por otro lado, las seis refinerías de PEMEX, tienen una pérdida de aproximadamente u$s. 32/barril , lo que resulta en una pérdida de u$s. 48.000 millones en los cinco años de presidencia de AMLO, y esto se debe a una mala gestión pública y a la ya mencionada corrupción, sumado a una tecnología obsoleta para procesar un petróleo muy pesado, todo lo cual hace que hoy día, la empresa petrolera mejicana alcance un pasivo de u$s. 100 mil millones, el más alto a nivel global, lo que ha obligado al Estado mejicano a disponer una exención impositiva para PEMEX, por casi u$s. 6.000 millones, en otras palabras, con el dinero público salvar la deficiente empresa petrolera, subsidiándola, y este sentido, la presidente electa ha expresado seguir con esta política y reducir las importaciones de combustible, limitando de esta forma la competencia, algo netamente populista de izquierda, pese al fracaso de AMLO.
Por otro lado, la presidente electa, como ingeniera ambiental, ha expresado que llevará a cabo un proyecto ecologista, con la instalación masiva de paneles solares en las viviendas, lo que significa un cambio en la estructura energética a gran escala, pero que necesita de la inversión privada, algo que va contra la política de nacionalización del sector de la industria eléctrica preconizada por AMLO.
En cuanto al Gasto Público, Sheinbaum no ha manifestado cambios o proyectos distintos a las políticas populistas de su mentor AMLO, aunque no olvidemos, como el “cuento de la sabana corta”, los megaproyectos del hasta el presente 1er. Mandatario mejicano, como el ya citado refinería Dos Bocas o el Tren Maya o la remodelación del aeropuerto internacional del Distrito Federal, han costado más u$s. 800 millones, y se han realizado, por ejemplo, reduciendo las partidas de mantenimiento de la red vial mejicana, incluidas rutas y autopistas, por lo tanto, para poder mantener las cuentas públicas lo mejor posible, la salida es un aumento impositivo, algo poco populista, por lo cual la presidente electa continuará con la suba regulada del Gasto Público, tal como lo ha venido haciendo AMLO.
Sin embargo, en la actual disputa comercial entre China y los EE.UU., y con el retiro de empresas estadounidenses del gigante asiático, se abre la posibilitad de instalar sus fábricas más cerca, lo que le brinda a Méjico una oportunidad inmejorable, que traería aparejada fuentes laborales como impositivas.
Ahora bien, en cuanto al tercer sector, el Social, el triunfo de Sheinbaum se explica por mantener el modelo económico-social, y tal como lo propone, aumentar el programa de bienestar e incentivar otras estrategias para el desarrollo nacional, comprometiéndose a ampliar a un millón de personas beneficiadas con planes sociales en el 2025, en particular a las mujeres, algo poco igualitario sin se deja lado a los hombres, y ha reiterado, que el modelo neoliberal ha fracasado, y que continuará con la 2da. etapa de lo que AMLO definió como la 4ta. Transformación de Méjico, lo que me plantea, si quienes votaron por Sheinbaum, ¿en realidad votaron la continuación de la política asistencialista de AMLO?
Finalizando la columna de hoy, mis reflexiones y más que nada mis interrogantes son los siguientes: 1) la electa presidente Claudia Sheinbaum, ¿será un instrumento de Andrés Manuel López Obrador detrás de bambalinas o imprimirá sus propias decisiones?,2) uno de los problemas más grave que acucia a Méjico es el Crimen Organizado, en particular los Cárteles de la Droga, que como se ha señalado ha conformado una Narcopolítica, a través de la corrupción “institucionalizada”, al respecto, ¿implementará una estrategia anti-crimen multidimensional, que no sólo se limite al accionar de las FF.SS. y FF.AA., sino también al Judicial y al Financiero?, eso sí, no podrá echarle la culpa a AMLO, 3) en el plano interamericano, AMLO en el 2019 instaló el Grupo de Puebla, el foro político y académico que reúne a la izquierda latinoamericana y de España, continuador del Foro de San Pablo, fundado por Fidel Castro y Luis Lula Da Silva en 1990, y que alinea a gobiernos y dictaduras, como Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, y en su momento al Ecuador de Rafael Correa y a la Argentina kirchnerista, por lo cual no habría variantes en la postura de Méjico en la región con la asunción de Sheinbaum, 4) un tema que pondrá a prueba a la presidente elegida, será la relación con los EE.UU., en particular el tema migratorio, y donde será un factor importante el resultado de las elecciones estadounidenses en noviembre, más aún en caso que cambie el inquilino de la Casa Blanca y Donald Trump se consagre presidente, con visiones ideológicas diametralmente opuestas, aunque para Méjico los EE.UU. es su mayor socio comercial, y teniendo en cuenta el ayornado Tratado de Libre Comercio de América del Norte, anteriormente conocido por el NAFTA, y 5) El Progresismo o Izquierda Global ha asumido una posición crítica y acusatoria hacia Israel a partir de la respuesta armada israelí tras la barbarie del 7 de octubre del 2023, al respecto, la presidente electa Claudia Sheinbaum, una judía laica, ¿cuál será su posición y la de Méjico bajo su presidencia respecto al conflicto en Medio Oriente, y en particular con Israel, la ANP y las organizaciones terroristas yihadistas palestinas?, lo cierto es, que Claudia Sheinbaum tiene como mayor desafío, es ser la presidente de Méjico y no sólo la sucesora de AMLO, y como ven son muchos los interrogantes planteados, por eso la frase para terminar, parafraseando al escritor y diputado mejicano Nemesio García Naranjo, que épocas del dictador Porfirio Díaz dijo, “Pobre Méjico tan lejos de Dios y tan… inmerso en la violencia”.-
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