¿Socialistas, comunistas o nacional socialistas?
En febrero de este año 2024, y sin duda, muchos lo recordarán, el presidente de Brasil fue a una de esas Cumbres donde se habla mucho, en este caso en Adís Abeba, capital de Etiopía, y no se hizo problema alguno al hablar de varios temas, ya que de todas formas no va a ayudar a resolver ninguno. Entre otras cosas dijo textualmente:” Lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza no es una guerra, es un genocidio. Es una guerra entre un ejército muy preparado y mujeres y niños. Lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza con el pueblo palestino no ha tenido lugar en ningún otro momento de la historia. En realidad, sí ha sucedido: cuando Hitler decidió matar a los judíos”.
Como ya lo habíamos hecho anteriormente en esta columna y sobre este hecho, Lula mintió, ya que ni siquiera se precisa ser inteligente ni muy informado para saber que Irán a través de Hamas sí iniciaron una guerra con objetivos genocidas contra Israel hace 9 meses. No es un genocidio por más que intente instalar el relato de sus amigos de Hamas. No es un enfrentamiento con mujeres y niños sino contra un ejército terrorista equipado y respaldado por uno de los grandes socios de Lula, Irán. Y esa frase de comparar a los israelíes con los nazis, no sólo provocó una muy fuerte reacción de todo Israel y del pueblo judío, sino que demostró hasta dónde puede llegar alguien que dice ser demócrata pero quiere hacer compatible los principios de la democracia con el antisemitismo, la banalización de la Shoá, y tiene como socios hiper cercanos a Putin, Maduro, los Ayatolas, y cuanta dictadura aparezca. Lula no sólo no se retractó de haber profanado la memoria de los 6 millones de judíos asesinados por los nazis, sino que se jactó de no hacerlo.
El lunes de esta semana se reunió la Cumbre de presidentes del MERCOSUR. Un organismo con 30 años, donde se supone que lo esencial es la búsqueda de la integración para buscar mejores posibilidades económicas para los socios. Sin embargo, el Secretario General de ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración) y ex Canciller de Uruguay, Dr. Sergio Abreu dijo ese mismo día que en el MERCOSUR “…hemos ideologizado de un lado y del otro los procesos de integración, y vemos una integración fragmentada, ausente del sentido común donde es más importante un discurso que una realidad; donde hoy los presidentes -en general y no me refiero a ninguno- están acostumbrados a intervenir en los asuntos internos de otros estados y la diplomacia presidencial se realiza sobre adjetivos y no sobre sustantivos. Con esto tenemos la dificultad de estar recorriendo un camino que nos puede llevar a la irrelevancia”.
Se ve que Lula se tomó muy en consideración la tajante, cruda y dolorosa descripción del Dr. Abreu. En su discurso de 15 minutos, donde se debería esperar del país más poderoso económica y poblacionalmente del bloque una mirada pro positiva para no seguir transitando el camino del sinsentido y la politiquería, Lula encontró se espacio para decir:”… como señal de apoyo hemos confirmado un tratado de libre comercio con Palestina, hoy que los palestinos sufren una guerra disparatada…”.El Tratado del que habla Lula se firmó en 2011,y ahora parece que lo ratificaría Brasil por esta expresión política de hace tres días. Pero ningún otro socio del bloque comentó algo al respecto. Lula no dijo, por supuesto, que el tratado de libre comercio entre MERCOSUR e Israel se firmó en 2005, que Brasil lo ratificó en 2010 y que sí ha funcionado, con dificultades como sucede en general en estos contextos de negocios y acuerdos. Lo que sí dijo, y no mereció tampoco comentario ni dentro ni fuera de la reunión por parte de nadie fue esa expresión de que “los palestinos sufren una guerra disparatada”. Lula no va a decir de qué guerra habla, quien la comenzó, menos va a decir que la guerra es en Gaza y contra los terroristas de Hamas. Eso no le sirve a su dialéctica rabiosa contra Israel que nunca fue diferente, ni en 2004, ni en 2009, ni en 2014: ataques de Hamas a los civiles israelíes, y Hamas ya tenía un defensor en América del Sur: Lula, secundado por Chávez, luego Maduro y ahora por Bolivia, Colombia, Chile y todo lo que ya sabemos.
También en estos días, se instaló en Irán alguien a quien llaman presidente y que según la dictadura iraní es una persona que surge de elecciones. Además, los medios de difusión de varias partes del mundo también señalan que la elección presidencial en Irán fue entre un moderado y un radical, y que el vencedor Massoud Pezeshkian es un moderado. Es un médico de 70 años, obviamente chiita y profesor del Corán. Aunque alguien crea que decir que Pezeshkian es moderado, que es algo nuevo y que tenga algún parentesco remoto con un hilito de libertad, nadie es moderado o lo que fuere en Irán: el poder está en manos del líder supremo, las decisiones políticas, sociales y de guerra está en manos de los Ayatolas y la guardia pretoriana y a nadie le importa si al presidente quizás le disguste que en su país exista una “policía de la moral” dedicada a apresar gente común y corriente y torturarla hasta matarla porque a algún miembro de esa policía le pareció que a quien atrapó se le puede acusar de usar el velo cinco milímetros menos de lo permitido. El presidente de Irán hace hasta que el líder supremo lo mira. Y sobre Hamas, este nuevo presidente que surge de ese juego que allí llaman elecciones dijo enseguida para mostrar hasta dónde llega su cuota de permisos:” La República Islámica siempre ha apoyado a los movimientos de la resistencia contra el ilegitimo régimen sionista” No precisaba decirlo, pero obligaciones impuestas por Ayatolas no se discuten. Apoyan, entrenan, pagan y planifican el terrorismo y que quede claro.
Irán no sólo tiene socios (esbirros o como quieran llamarlos) en América Latina como Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, sino que tiene admiradores y desde hace mucho tiempo. En 1979, Lula era un líder sindical que luchaba para liderar el PT y convertirse en líder de lo que él decía era la izquierda. Ese año le hicieron un reportaje, muy famoso, porque trascendió entonces en un mundo sin redes y se sepultó lo más rápido posible. Pero los archivos no se desvanecen. A Lula le resultó muy atractivo dar una nota en Playboy, famosa y legendaria revista norteamericana con abundante material erótico y también muy codiciadas secciones sobre política mundial. Y allí se despachó Lula. Elogió la disposición, fuerza y dedicación de Hitler, y remató diciendo que “Hitler, aún equivocado, tenía lo que yo admiro en el hombre: el fuego que hay que poseer para hacer una cosa, e intentar y lograr hacerlo”. Y en la misma nota, Lula dijo que “…no conozco mucho sobre Irán, pero la fuerza y determinación que mostró Khomenei para poner fin al régimen del Sha, ha sido algo muy serio”.
Para quienes buscan caprichos casuales a fin de explicar conductas políticas, la historia y el presente les demuestra que están equivocados. Las convicciones van primero. El afán cuasi enfermizo de Lula de ser el socio predilecto de Irán ya hace 20 años cuando llegó a la presidencia y recibió en Brasilia al bestial expresidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, era una política de convicción. Logró introducir en ella a Chávez y Evo Morales, y hoy Irán tiene tres grandes centros de poder en nuestra región, que, a pesar de estar a una semana de cumplirse los 30 años del atentado a la AMIA, no pareciera querer darse cuenta y asumir que el fanatismo ideológico pone a 600 millones de personas en peligro real y permanente. De la admiración por Hitler por parte de Lula, ¿qué se puede decir en 2024 que no se haya dicho antes sobre la maldición del nazismo y obviamente sus hordas de entonces y ahora?
Jean Luc Melenchón fue al final quien obtuvo más bancas en las elecciones legislativas del domingo pasado en Francia. Ha sido comunista, socialista, y ahora su partido se llama Francia Insumisa. Pero Melenchón es muy sumiso. Cree que por definirse de izquierda está en el lado opuesto a Jean Marie Le Pen o al Mariscal Pétain. Los une la misma fobia. El 10 de octubre pasado, tres días después del pogromo cometido por Hamas, Melenchón, el que se dice de izquierda (como Lula ¿no?) escribió en la red X, ex Twitter: “La ofensiva armada de las fuerzas palestinas llevada por Hamas interviene en un contexto de intensificación de la política de ocupación palestina”. Así definió el pogromo del 7 de octubre. Hasta Irán fue más explícito para ensalzar la masacre planificada por ellos.
Por todo lo que hemos compartido hoy con ustedes es que titulamos la columna con signo de interrogación. Cuando de odio antijudío se trata, ni los Petro o Lula de turno, ni los Melenchón de ocasión son comunistas o socialistas, el nacional socialismo los atrapó ya hace tiempo y no los ha soltado. Tanto que por eso corren detrás de Irán o Putin y mencionan las palabras democracia y libertad con el desprecio que sus dichos y hechos demuestran.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai
Ayuda a RadioJAI AHORA!
HAZ CLIC AQUÍ PARA HACER UNA DONACIÓN