“El 7 de octubre nos recordó lo que es vivir en constante amenaza” Mario Sinay

Mario Sinay, reconocido docente, especialista y gran difusor de la Shoah, se encontraba en Bélgica cuando se desataba el feroz ataque de Hamás el 7 de octubre del año pasado. Su propio hogar fue víctima de un cohete que cayó donde estaba su mujer, y gracias a Dios, solo produjo algunos daños en su living. Su hija estaba en su casa, un moshav que está pegado a la frontera norte de Gaza, con sus niños, en donde ingresaron los terroristas en parapentes, que dejaron 21 muertos.

Después de un año de la tragedia, el académico revive el infierno vivido por su familia y su deseo, como saludo es el de “un año mejor”.

Se habla del 7 de octubre cono “un poco de lo que fue la Shoá”, pero para Sinay esto no es comparable. aunque en su dimensión haya líneas paralelas, como por ejemplo la intención genocida de ambos eventos, pero no se compara con un evento tan dramático como ocurrió en la Shoá, donde seis millones de judíos fueron exterminados en un plan sistemático ratificado por un gobierno.
Indicó que, durante todo este año, estuvieron discutiendo entonces si lo era o no, y que, entonces se preguntaron qué era. Luego intentaron definirlo como “pogromo”, pero el problema es que los pogromos ocurrieron en Europa, no en Israel, en la Rusia zarista, no en Israel, entonces no entraba a pesar de que lo fue porque tenía todas las características. Cree que la palabra que más o menos arribaron en consenso a la de “masacre”, la más grande que ocurrió, hasta hoy, porque 1.165 israelíes fueron asesinados en un solo día.

Mario, que dijo que fueron muy afortunados por estar vivos y poder contarlo, relató lo que vivió su casa. A las 10 y 20 de la mañana de ese día, hubo un impacto directo en su apartamento que destruyó todo el salón y todos los vidrios de toda la casa, Marta su esposa estaba en el cuarto de seguridad, así que no le pasó nada y reconoce ahora en perspectiva que los daños físicos son lo de menos, y que de hecho eso ya fue resuelto.

Lo de su hija fue algo totalmente distinto, ella vivía en un moshav, de casas unas juntas a otras pegado en la frontera de la franja de Gaza, que estaban con muros que los protegían de ataques terrestres, para prevenirse de disparos directos, construidos de cemento armado muy potentes por lo tanto ese fue uno de los pocos lugares en el cual no se penetró por tierra sino por parapentes.
Su hija estuvo sola durante casi ocho horas acostada sobre sus dos hijos, uno que entonces tenía 3 años y el otro 21 días de vida.
Explica Sinay que lo corriente frente a un atentado, es que el Ejército tarde cinco minutos en llegar, a lo sumo diez y que su hija pasó 8 horas, encerrada, sin electricidad, sin agua, con sus dos nietos, sin ningún tipo de ayuda, con los terroristas en la puerta de la casa gritando en árabe. “Por más que la he escuchado ya mi hija 3 o 4 veces dando testimonio, reconozco que no lo puedo entender; no sé cómo estuvo y cómo pasó esas horas, la angustia y el no saber si dirían a salir vivos ella y sus hijos”.
Su yerno, que estaba de trabajando en el aeropuerto, sale para su casa cuando se enteraba que se estaban disparando misiles , aunque no imaginaba lo que realmente ocurría, a un kilómetro de la casa lo balearon a quemarropa, veinte motociclistas de Hamás. El coche quedó totalmente destruido, nuevamente el coche, él salió con heridas leves, milagrosamente, los expertos no pueden explicarse cómo se salvó.

Explica Sinay que su familia hoy está en una situación de post-trauma que todavía no superaron, y que, en realidad nadie supera.

Lamenta que su hija, en estos momentos, junto a su familia esté pensando en dejar el país, y afirma que no son los únicos. Están buscando alternativas, y considera que esa es una decisión que nadie puede juzgar. Espero sea algo transitorio, señala.  Volver a su casa en Netiv Haasará es algo inaccesible, inadmisible, que tampoco yo los podría llegar a aceptar.

Mario y su hija estuvieron en el acto de recordación en Netiv Haasará, el que definió como “digno, serio, doloroso”.

Sobre cómo pudo haber pasado, qué fue lo que falló, después de un año, aún se lo siguen preguntando. Aunque conocen la respuesta genérica, lo grande de lo que pasó, definitivamente opina que fueron rehenes de esa concepción estratégica de que Hamás no nos iba a atacar: “Nos vendimos al sueño de la tranquilidad, y no nos dimos cuenta de cómo este monstruo iba creciendo frente a nuestros ojos”.
Consideró que, de alguna u otra manera deben reconocerlo, que todos los israelíes son culpables: “Todos pecamos de soberbia y de arrogancia, nos creímos invencibles y desestimamos a nuestros enemigos. El colapso fue total, el 7 de octubre el gobierno, el Ejército, los servicios de inteligencia, todos fallaron en su misión de otorgar seguridad y protección. Fue un fracaso colosal, militar, de inteligencia, de tecnología y de la concepción de la disuasión israelí, todo falló”.

Opina que los kibutzim, los moshavim fueron desprotegidos, abandonados a su propia suerte, no supimos y que no pudieron, no supieron protegerlos.

Mirando en perspectiva, después de un año, puede ver que las fuerzas que tenían que defender la Franja de Gaza, un 40% de ellos el jueves anterior al ataque fueron enviadas a Judea y Samaria. Si la concepción era que Hamás estaba disuadido y no que va a atacar, el peligro no existía, y que estaban en plena fiesta de Sucot. Consideraban que el peligro venía de Judea y Samaria, por tanto el 40% de los sodados que debían proteger la frontera con Gaza estaban allí. Por otro lado, era sábado 6.30 de la mañana, con esa idea de que Hamás no va a atacar, se pregunta cuántos de los soldados de las diferentes unidades estaban de guardia y cuántos estaban durmiendo. Y las fuerzas que estaban , que deberían haber protegido a su hija, estuvieron ellos mismos atacados, y estaban en combate, luchando por su propia vida. La baja fue de 42 caídos en un solo día de las tropas de golani, es una cifra mayor que la que cayeron de esa unidad durante la guerra de Iom Kipur.
Y agregó: 3.200 terroristas que entraron al territorio israelí y otros 2.200 civiles que sumaron horas después. Hubo 70 focos de combate. Ellos burlaron la muralla en la frontera en 86 puntos distintos. Hubo 70 focos de combate distintos.

Respecto de la rememoración a un año comparte la mirada de Itzik Horn padre de Yair y Eitan dos secuestrados en la franja de Gaza en que lo que correspondía era debería declarar día de duelo nacional, hacer sonar la sirena como en los días de recordación, un minuto de silencio, escuchar una disculpa pública de los responsables y su renuncia.