Rehén liberado cuya esposa e hijas fueron asesinadas el 7 de octubre dice que “no está enojado”

Rehén liberado cuya esposa e hijas fueron asesinadas el 7 de octubre dice que “no está enojado”

Desgarrador testimonio de Eli Sharabi, quien fue liberado recientemente. Una de las cosas traumáticas que sufren los secuestrados es que una vez que los liberan comienzan a enterarse qué pasó ese 7 de octubre, y fue recién liberado que se enteró que su esposa y sus dos hijas, así como su hermano, murieron en el ataque de Hamas.

A pesar del dolor, dice que se siente afortunado de estar vivo y afortunado por el tiempo que pasó con su esposa Lianne y sus hijas, Noiya y Yahel.

“No estoy enfadado”, dice. “Tuve la suerte de tener a Lianne durante 30 años, tuve la suerte de tener a esas increíbles hijas durante años.  Tengo suerte de que no me mataran. Tengo suerte de que después de 16 meses pude volver con mi familia. Tengo suerte”.

Sharabi, de 53 años, le dice al programa de investigación “Uvda” de Channel 12. “Tenía las manos atadas a la espalda y las piernas atadas con cuerdas que te desgarran la carne.  Especialmente los primeros tres días.  Cada movimiento te hace querer gritar. Hay momentos en los que te desmayas, pierdes el conocimiento”.

Otro momento especial de la entrevista es cuando cuenta qué los sostenía: No soy una persona religiosa, pero allí, desde el primer día que me secuestraron, cada mañana digo “Shemá Israel”, algo que nunca he dicho en mi vida. El poder de la fe es una locura. La periodista le pregunta si hay un D-s en el túnel Eli: Sí, hay algo, hay algo cuidándote.

Durante su cautiverio estuvo con otros rehenes pero se acercó especialmente a Alon Ohel, de 24 años. “Lo adopté desde el primer minuto”, dice Sharabi. “juntos las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Sé todo sobre él y su familia”.

Sharabi dice que cuando fue liberado con Levy el 8 de febrero, Ohel lo agarró y se negó a soltarlo hasta que su guardia lo arrebató. Dice que hubo “momentos de histeria” y que le tomó unos 15 minutos calmarse.

“Fue un momento muy difícil”, dice. “Dijo que estaba feliz por mí. Le prometí que no lo dejaría allí. Lucharé por él”. Cohen fue liberado dos semanas después, dejando a Ohel solo.

Sharabi, que perdió más de 30 kilogramos en cautiverio, dice que los terroristas mantuvieron a los cuatro rehenes en cadenas , y a veces los golpearon o humillaron, y subsistieron durante meses con un solo plato de pasta cada día.

La periodista indaga sobre cómo es el dolor del hambre: Insoportable… Los dolores de hambre eran insoportables y que conseguir que sus captores les dieran una fruta seca o un cuarto de pan se sentía como una victoria.

“Podrías saber lo que sucedió en las noticias solo por su conducta”, dice Sharabi cuando se le pregunta si sus captores estuvieron expuestos a los medios israelíes, “y por lo tanto… los comentarios [de los líderes israelíes] en los medios de comunicación tienen mucho poder”.

“Cualquier comentario irresponsable, los primeras consecuencias las sufrimos nosotros”, continuó. “[Los captores] vienen a nosotros y dicen: ‘No están dando comida a nuestros prisioneros, tú no comerás. Están golpeando a nuestros prisioneros, nosotros te venceremos a ti. Ellos no se duchan, tú no te ducharás”. Está todo el tiempo allí”.