“Se estima unas 500 familias judías en Bahía Blanca” – Bernardo Constantinovsky

La ciudad de Bahía Blanca sufrió una inundación sin precedentes, con calles convertidas en ríos y barrios enteros devastados por el agua y el barro. Según Bernardo Constantinovsky, referente de la comunidad judía local, la catástrofe sorprendió a los vecinos el viernes por la mañana, y muchos tardaron horas en comprender la magnitud del desastre debido a los cortes de luz y comunicación. “Al principio, cada uno pensaba que era solo su casa, pero cuando recuperamos contacto, vimos que toda la ciudad estaba afectada”, relató.

El 85% de la población sufrió algún grado de daño, y cientos de familias lo perdieron todo. La comunidad judía de Bahía Blanca, compuesta por unas 500 familias, no fue la excepción. Instituciones como la Asociación Israelita, Jabad, entre otros, activaron redes de ayuda para asistir a los más afectados. “Estamos recibiendo apoyo de AMIA, que duplica las donaciones, y también de fundaciones de Buenos Aires”, explicó Constantinovsky.

Las dificultades logísticas han complicado la llegada de ayuda, ya que muchas rutas están destruidas y el combustible escasea. A pesar de ello, la solidaridad se hizo presente con envíos desde distintos puntos del país y del exterior. “Hay trenes, camiones y aviones solidarios en camino, pero la reconstrucción llevará mucho tiempo”, advirtió. Las sinagogas y espacios comunitarios sufrieron daños, aunque no estructurales, y ya se están organizando para servir como centros de acopio.

En medio de la tragedia, la comunidad judía de Bahía Blanca demuestra su resiliencia, canalizando la ayuda y manteniendo vivo el espíritu de tikún olam. “Es un dolor de todos, no solo de la comunidad judía. Pero como siempre, estamos juntos para salir adelante”, concluyó Constantinovsky, destacando que la fe y la acción solidaria serán clave en la recuperación.