Charla con Jorge Klainman, un sobreviviente del Holocausto

Acabo de regresar de la Facultad de Derecho después de haber estado en el Aula Magna Azul de esa alta casa de estudios jurídicos.
Trataré de ser fiel a lo vivido. Y lo vivido es la esperanza de un mundo mejor ya que casi todos los asistentes eran estudiantes que fueron a escuchar el testimonio de un hombre de 90 años que contó su historia cronológicamente: desde haber sido un niño judío con familia hasta la llegada de la invasión nazi a Polonia. Y de ahí en más su soledad, separado de sus seres queridos y asesinados, toda la barbarie y extermino que padeció, los campos de concentración, la denigración humana, las terribles torturas psíquicas y físicas por el sólo hecho de haber sido judío y el fin de los alemanes de querer borrar de la tierra la existencia de su pueblo.

Jorge Klainman, que traducido del ídish, el idioma que los judíos de Europa del Este hablaban, quiere decir pequeño hombre. Pero la audiencia escuchó a un gran hombre no sólo por lo que padeció sino porque fue un elegido por el destino a sobrevivir para contar su historia. Un hombre que comenzó su vida de prisionero, esclavo, explotado al servicio del enriquecimiento y poder alemán, matado de hambre y rebajado a la máxima expresión de ser nada más que un objetivo de odio y muerte. Todo eso cuando apenas tenía 13 años allí en Polonia.
Jorge Klainman habló casi 160 minutos.

El tiempo no existió. No volaba una mosca. Los presentes respiraban porque es un acto mecánico pero lo contenían ante tanta franqueza poéticamente descrito tanto horror y el haber sido bendecido por la suerte de haber sobrevivido.

NO OLVIDAR Y NO PERDONAR tiene que ver con asumir la responsabilidad de haberse decidido después de 50 años de silencio a hablar. De hablar ante la locura del negacionismo de lo que fue la Shoá en estos últimos tiempos. Impactante, el mismo término que usó la Decana de esa Faculad, Dra. Mónica Pintos, y que reafirmó la Dra. Susana Albanese al haber sido parte de los estudios sobre el Holocausto en Iad Vashem, el Museo del Holocausto en Jerusalem y que terminó de elogiar el haber escrito el libro que se presento el Dr.Daniel Sabsay al dejar un documento escrito.

Jorge Klainman, también con una lucidez maravillosa, habló de la trama de suerte que lo protegió y del destino cruzado y búsqueda de sus familiares ante la dispersión y la eliminación de millones de judíos, entre ellos a su familia.

Al finalizar, los presentes -con lágrimas en los ojos- lo aplaudieron de pie. Estudiantes en su mayoría, y público en general, habían recibido una clase magistral de un protagonista que decidió a los 90 años seguir dando charlas donde los inviten sin distinción de religión ni ideas políticas para enseñar el Derecho a ser lo que se es. Por haber vivido la magia de esta noche y haber visto a los jóvenes haciendo cola para tener la firma del disertante pensé que si hubo 500 o más estudiantes seguramente después de lo escuchado no serán antisemitas.

Felicito a las autoridades de la Facultad haber organizado una vez más a través del Centro de Derechos Humanos y Cátedra Libre “Holocausto, Genocidio” y Lucha contra la Discriminación2 haber organizado esta master class y a la Lic. Graciela Jinich por haberme invitado.
Martha Wolff