Elul: Los 4 “NO” para un cambio duradero
Me dijo que, el año pasado, a medida que se acercaba Rosh HaShaná, decidió que todos los viernes, durante el año siguiente, le escribiría a su esposa una pequeña nota agradeciéndole por algunas de las cosas que había hecho por él en la semana anterior. Luego la pondría debajo de la almohada de ella, para que la encontrara el viernes por la noche.
Antes de comprometerse a hacerlo, le mencionó la idea a su esposa. Ella pensó que era una idea tan buena que decidió sumarse al proyecto. Me dijo que este pequeño gesto tuvo un gran impacto en su relación, no sólo en los días viernes y en Shabat, sino durante toda la semana también.
También me dijo que esta fue la primera resolución en su vida que realmente mantuvo durante todo el año. El secreto de su éxito: fue la primera resolución que no hizo solo. Se asoció a su esposa.
La experiencia de David me abrió los ojos, e ilustró la primera y quizás más importante herramienta de lo que llamo: Los 4 ‘NO’ del cambio duradero.
1. No lo hagas solo
Uno de los principios fundamentales del programa de 12 pasos, que ayudó a millones de personas en todo el mundo a recuperarse de las más oscuras adicciones, es que, en nuestra condición humana, no podemos estar solos en la vida. Para alcanzar el éxito, tenemos que inspirarnos en la ayuda y el apoyo de los demás.
Involucra a un amigo o a un mentor en tu resolución. Demasiadas resoluciones se van por el desagüe porque no tenemos a nadie que nos aliente y nos mantenga fuertes. Cuando la vida se pone difícil y deseamos darnos por vencidos, es absolutamente esencial tener un hombro sobre el cual apoyarnos.
Mejor aún, asóciate a un amigo en un proyecto para crecer juntos y ser responsables el uno por el otro. La responsabilidad, aparejada al deseo de no desilusionar a nuestro socio, es una potente fuerza que nos dará mayores probabilidades de mantener nuestras resoluciones.
2. No te comprometas a demasiado
Demasiado a menudo nos inspiramos a cambiar y decidimos hacer grandes mejoras en nuestra vida. El problema es que, si bien nuestras almas desean crecer, nuestros cuerpos se resisten a los grandes cambios.
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Nuestros cuerpos sólo se adaptan a cambios pequeños, un paso a la vez.
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Entonces, lo que sea que decidas, haz la mitad. El crecimiento gradual real es mejor que grandes aspiraciones que no se logran.
3. No te olvides de rezar
Hasta las más grandes ambiciones fracasarán sin la ayuda de Dios. Rézale y pídele claridad en lo que debes mejorar, y que te dé el enfoque y la sabiduría necesaria para encontrar el curso de acción exitoso para lograr un cambio. Recurre a Él en tus proyectos y tendrás una probabilidad infinitamente mayor de alcanzar ese éxito.
4. No temas al fracaso
Debemos dejar de temerle al fracaso. El fracaso es una parte integral e inevitable del crecimiento. Así como un niño se cae constantemente cuando aprende a caminar, así también nosotros caemos y fallamos mientras tratamos de alcanzar un objetivo. Necesitamos utilizar nuestros fracasos para aprender cosas nuevas sobre nosotros mismos y, luego, debemos levantarnos y volver a intentarlo.
La única forma de evitar el fracaso (y la crítica) es no haciendo ni diciendo nada.
Necesitamos aprender a digerir la amargura del fracaso, o seguiremos siendo pequeños y sintiendo frustración.
Este año, mientras nos adentramos en el mes hebreo de elul, el mes de preparación antes de Rosh HaShaná, seamos astutos para reencender nuestra voluntad interior y decidir cambiar.
Encuentra un socio para crecer, disminuye tu resolución a la mitad, acuérdate de rezar y no temas al fracaso. Tendrás un elul que te inspirará y te permitirá tener un año lleno de crecimiento duradero.
Fuente: Aish Latino
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