“La diplomacia se salvó de la vocación argentina de destruir”

“La venta de los inmuebles es un problema, en 2 o 3 años cuando lo necesitemos, ¿cuánto saldrá recomprarlo? Hay un ingreso profesionalizado, reducido, conocido por el mundo, que es el área de la diplomacia. Queremos meter el cuchillo para el recorte, pero hay áreas más aptas para esto, desconozco la trastienda de estas operaciones mediáticas”, comenzó explicando Calle.

A su vez, el Licenciado agregó que “más allá de impacto que puedan tener, no tiene ningún sustento ni sentido común. Siempre han convivido estos temas. Los embajadores son representantes del poder ejecutivo. Han asignado cuotas estables a lo largo de tiempo de embajadores políticos. Eran hombres de negocios, de la política, de la ciencia, del riñón personal del presidente. Los embajadores políticos tienen una estructura diplomática profesional debajo que no tiene que ver con la política.
Cuando son personas inteligentes, saben que la forma más fácil de gestionar una embajada es apoyarse en quien se preparó para eso”.

Con respecto a los embajadores designados que no son diplomáticos, Calle añadió: “Usualmente no terminan bien las gestiones, el mundo de la diplomacia es muy sofisticado, muy complejo con cuestiones irrelevantes para la mayoría como el protocolo, pero el sistema internacional es así. Desde que se creó el cuerpo de diplomáticos profesionales, es una de las áreas del Estado que no ha sido destruida dentro de la vocación argentina de destruir”.

Por último, se refirió a la diplomacia en general: “Hay una gran vocación. Es una carrera muy prestigiosa, sacrificada pero con desafíos, hay una gran cantidad de jóvenes que año a año se presentan, pasan un filtro muy exigente y toda carrera que requiera exigencia fuerte, el ingreso no es elitista, sino meritocrático, si hay capacidad, no importa su origen social, ni de religión”.