Hombres Notables. Hermann Cohen

A partir de la filosofía neokantiana, Cohen desarrolla su labor de investigación sobre el rol de la religión, y en especial refiere a la religión judía. Afirma que a través de la filosofía el hombre puede conocerse como parte de la humanidad y la religión le posibilita conocer su singularidad dentro de esa humanidad. El pararse frente a Dios como individuo le da al hombre la posibilidad de saber quién es, y por lo tanto saber sobre sus obligaciones. A la exposición de estas ideas las plasmó en dos obras: el “Concepto de la religión en el sistema de la filosofía”, y la “Religión de la razón de las fuentes del judaísmo”

Cohen fue un gran luchador contra el antisemitismo germano. Cuando el historiador antisemita Treitschke definió al judaísmo como la “religión nacional de una raza ajena” afirmando que “los judíos nunca podrán ser verdaderos alemanes”. Cohen contraatacó con un ensayo “Confesiones sobre la Cuestión Judía” en donde defiende la integración de la comunidad judía a la sociedad germana. Los judíos como herederos de grandes valores tradicionales, representan lo más valioso de la cultura germana, argumenta Cohen en su escrito.

Cuando tiene que defender el Talmud ante el ataque de pensadores alemanes, lo hace a través de un artículo titulado: “Amor de Hermanos en el Talmud” en donde se refiere a la concepción de pueblo elegido y establece que los judíos tienen la responsabilidad de luchar para lograr una fraternidad universal que permita la materialización del ideal mesiánico.

En diferentes trabajos Hermann Cohen describe el Shabat, día de descanso, como una institución social original y como la esencia del monoteísmo ético. Según él, constituye el guardián más efectivo del pueblo hebreo. Durante la Edad Media los judíos vivieron como esclavos en guetos, pero al prender las velas que simbolizan la llegada del Shabat, olvidaban sus penas. La existencia de un día de descanso representa la más auténtica e íntima ejemplificación de la legislación judía, que afirma la igualdad de todos los hombres independientemente de su posición social.

Hermann Cohen se oponía enfáticamente al sionismo. Sostenía que el movimiento nacional judío empequeñecía la gran misión del judaísmo. Consideraba que el sionismo trataba de devolver el judaísmo a la historia; para él, el judaísmo es a-histórico. Cuando a comienzos del siglo XX, el filósofo judío Martin Buber lo quiso convencer a que se integre al sionismo, H. Cohen rechazó la propuesta, con duros sarcasmos: ¿“Es verdad que los judíos quieren ser felices como todos los demás pueblos”?, ¿“para establecer otra pequeña Albania nacionalista en el Medio Oriente, tuvimos que soportar el enorme sufrimiento a través de la larga historia judía? ¿No es traicionar la gran misión que se autoimpuso el pueblo judío de ser la luz moral y espiritual para los pueblos de la humanidad por unos juegos de banderas y desfiles?”
Hermann Cohen murió en Berlín en 1918, es considerado como uno de los grandes exponentes del pensamiento judío moderno. Su obra revela una profundidad reflexiva que fluye de las fuentes judías. Pero también, su trayectoria intelectual ejemplifica los cuestionamientos y los conflictos que acosaron a la vida judía de la época, respecto: de la ilusión de una simbiosis judeo germana, sobre la misión superior del judaísmo, y la desvalorización de la solución nacional de los judíos para algunos. Todas estas dudas existenciales y cuestionamientos harán eclosión con la Shoá.