Las protestas en Irán alcanzan el centenar de muertos
El reciente aumento del precio de los combustibles dispuesto por el régimen clerical de Irán una vez más ha encendido protestas entre los ciudadanos de ese país, que han reaccionado ante esa medida, que limita notoriamente las posibilidades de la clase media local de continuar utilizando sus vehículos, a lo que están acostumbrados por una política tradicional de bajos precios domésticos de los combustibles, propia de uno de los productores de petróleo crudo más importantes del mundo.
La suba de precios en los surtidores ha sido del 50% para los primeros 60 litros y del 300% una vez superado ese umbral.
Esas protestas incluyen ahora reacciones violentas, lo que inquieta al régimen clerical chiita que se ha apoderado del país.
Las penurias cotidianas de los iraníes son grandes y constantes, como consecuencia de las duras sanciones económicas impuestas por los Estados Unidos contra ese país, que este año generarán una fuerte contracción de su economía, de alrededor del 9% del PBI.
El descontento popular crece rápidamente, en medio de tensiones claramente perceptibles.
A las protestas se suman, por lo demás, constantes bloqueos de rutas y de accesos a las ciudades, que se realizan en todos los rincones del país de los persas, así como ataques reiterados a las estaciones de servicio, que están siendo frecuentemente objeto de incendios por parte de los revoltosos.
Como generalmente suele suceder en estos difíciles casos, el contrabando de combustibles, ante la crítica situación en el abastecimiento local, ha crecido mucho. Particularmente, a lo largo de la porosa frontera con Paquistán.
El valor del rial, la moneda local, se está depreciando aceleradamente, a lo que se suma que la inflación trepa de manera vertiginosa y ya está por encima del 40% anual. La recesión, el estancamiento y las desconfianzas así generados han paralizado el crecimiento de la economía iraní.
Para el Gobierno iraní no hay duda: las protestas juveniles son producto de una conspiración extranjera.Según Amnistía Internacional, hay más de 100 muertos. Mientras tanto, el régimen trata de difundir la imagen de que las protestas han disminuido.
En respuesta al nerviosismo popular, el régimen clerical ha paralizado el funcionamiento de internet e interrumpido por más de 24 horas el sistema de telefonía celular, lo que demuestra su profunda preocupación por las crecientes tensiones entre la población.
Para tratar de compensar en parte el daño generado a los consumidores por el incremento del precio de los combustibles, el gobierno ha decidido pagar pequeños subsidios a las personas de más bajos ingresos, incluyendo a la clase media baja. Por el momento, esta medida no ha disminuido la ansiedad de aquellos más afectados por el alza del precio de los combustibles, cuyos efectos, cabe suponer, se trasladarán a la economía y alimentarán la ya veloz espiral inflacionaria.
A todo ello hay que sumar la absoluta falta de libertades que enfrentan día tras día a los iraníes, situación que inquieta a la comunidad internacional.
Con información de La Nación.
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