El actor aclamado por los nazis que ocultaba su identidad judía
Kaspar Branhofer, el actor al que los nazis ensalzaban como el mejor actor alemán y un modelo del ideal ario, era en realidad un judío llamado Leon Moriz Reiss que se había inventado otra personalidad para poder actuar. Los críticos nazis del momento lo describían como «El mejor actor natural de su generación, un ejemplo de la superioridad de la sangre aria« En 1936, era la estrella del panorama escénico alemán. Se hacía llamar Kaspar Brandhofer y se suponía que era un actor tirolés de origen campesino y formación autodidacta y era muy elogiado y requerido por los mejores directores por ser considerado el mejor actor de Alemania. Pero un día hizo una impactante confesión: ni era de Tirol, ni aquel era su nombre, ni siquiera su aspecto. Había adoptado aquella personalidad para poder ejercer el oficio que amaba, dado que por su ascendencia judía se lo vetaban las Leyes de Núremberg. Cabe imaginar las proporciones que alcanzó el escándalo.
Su vida no había sido fácil, como no lo era para ningún judío de Europa central en aquellos tiempos. En realidad se llamaba Leon Moriz Reiss y nació fuera del mundo germánico propiamente dicho: en Dolyna, una ciudad que hoy está en el suroeste de Ucrania y que entonces formaba parte de Galicia, una provincia del Imperio Austro-Húngaro que contaba con una importante población judía. Tras la Primera Guerra Mundial, la región pasó a ser absorbida por Polonia. En 1913 ingresó en la Academia de Música y Artes Escénicas de Viena. Al estallar la Primera Guerra Mundial, se ofreció como voluntario para el ejército austrohúngaro y sirvió en la unidad Hoch- und Deutschmeistern No. 4. Entró en la guerra como soldado en 1914 y ascendió al rango de teniente al final de la guerra.
Herido varias veces, recibió una medalla por su valor.
Comenzo su carrera artística en 1919 bajo el nombre de Leo Reuss. Su primera aparición en el escenario fue como el duque de Albany en una producción del Rey Lear en el Komödienhaus de Viena. A partir de entonces protagonizó muchas obras exitosas con los mejores directores. Sin embargo, a medida que el régimen nazi ganó más y más poder en Alemania, se hizo cada vez más difícil para Reuss trabajar, debido a que era judío. La implementación de las Leyes de Nuremberg en 1935 fue la gota que colmó el vaso.
Huyendo de los nazis, regresó a Austria en 1936. Sin embargo, en Austria también le resultó difícil obtener trabajo debido a su herencia judía. Para poder actuar debió ocultar su origen judío y se creó la personalidad de Kaspar Brandhofer, un tiroliano campesino. Para ello se retiró a una cabaña en las montañas. Allí vivió y estudió los modales de los granjeros locales de Tirol, mientras se dejaba crecer el pelo y la barba.
Practicó la adaptación de sus formas de hablar y movimiento al estilo de la región. Para ocultar aún más su identidad, se decoloraba todo el cabello, la cabeza y el cuerpo, bañándose cada diez días con peróxido de hidrógeno diluido . También había obtenido documentos de uno de los campesinos que había estado observando en las montañas. Después de un año, apareció como una nueva persona. Armado con esta nueva identidad cristiana, comenzó a presentarse como un actor enseñado naturalmente. Habiendo trabajado con el director Max Reinhardt años antes, Reuss temía que el director lo reconociera, pero Reinhardt no lo reconoció. De hecho, su habilidad impresionó tanto al director, que lo recomendó a Ernst Lothar, en Viena. Lothar le dio un papel destacado en la adaptación teatral de la novela de Arthur Schnitzler, Fräulein Else . Muchos de los actores de la obra habían trabajado con Reuss a lo largo de los años, por lo que una vez más supo que no podía abandonar el personaje de Brandhofer ni por un segundo. La obra debutó el 2 de diciembre de 1936 en el Theater in der Josefstadt .
Su actuación fue aclamada como un gran éxito, y Brandhofer fue promocionado como una estrella en ascenso, un periódico lo llamó “la sensación de la noche”.
Otros elogios lo nombraron “el humilde campesino de los Alpes austríacos, el mejor actor natural de su generación”, mientras que los nazis lo elogiaron como prueba de la superioridad de la sangre aria. Lothar le dio un contrato de tres años. Sin embargo, en lugar de estar satisfecho con su éxito, sintió “vacío y soledad”, y que la necesidad de asumir la personalidad de Brandhofer era una indicación de que el poder del régimen nazi estaba creciendo a un nivel insostenible.
Finalmemente anunció públicamente el engaño lo que llevó a un gran escándalo en Alemania. Cuando admitió su artimaña, fue incluido en la lista negra en Austria y Alemania. Obligado a huir de Austria en 1937, Reuss emigró a los Estados Unidos gracias a la ayuda de Louis B. Meyer (MGM) quien lo había visto actuar y admiraba su trabajo. Comenzó su carrera cinematográfica estadounidense en 1938, con el nombre de Lionel Royce, con un pequeño papel en la épica, María Antonieta, protagonizada por Tyrone Power y Norma Shearer. Disfrutó de una productiva carrera cinematográfica durante los siguientes 8 años. Fuera de las películas, en 1939 Royce se unió a los Continental Players, un grupo de teatro compuesto por refugiados del régimen nazi en Europa. Después de alcanzar cierta notoriedad en los Estados Unidos, Royce fue abordado por la embajada alemana en Washington donde le ofrecieron volver a Alemania para dirigir la UFA (Universum Film AG), el estudio cinematográfico más importante del pais, del que salieron cineastas como Fritz Lang y estrellas de la talla de Marlene Dietrich o Leni Riefenstahl. Por supuesto, Leon no aceptó a pesar que le garantizaban ser declarado “ario honorario” y rechazó la propuesta categóricamente.
En su estadía en Estados Unidos tuvo roles centrales en cuarenta y dos películas, siendo la más importante Gilda, con Rita Hayworth y Glenn Ford en 1946. Ese mismo año se embarcó en una gira para entretener a las tropas norteamericanas destinadas en el Pacífico. Estando en Manila, falleció de un ataque al corazón.
Irónicamente, por su aspecto y su acento, la mayoría de los papeles que le tocó representar en Hollywood fueron de espías alemanes y oficiales nazis, los mismos de los que debió escapar para salvar su vida
Una historia realmente asombrosa!
Fuente: Personalidades Judías de Todos los Tiempos.
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