“Los poderes ejecutivos odian a las dos instancias que les ponen freno: la justicia y la prensa libre”
El periodista y docente Mario Wainstein estuvo en el estudio de Radio Jai y compartió sus opiniones acerca de la sociedad israelí. “Israel es un país cimentado en instituciones de altísimo valor moral y puso por ejemplo que el jefe de la policía que Netanyahu nombró así como el procurador general que fue secretario de gobierno suyo, investigaron y pasaron a juicio las causas que lo acosan actualmente a pesar de `deberles´ al primer ministro sus cargos, y eso se debe a que “las instituciones no están corruptas y vigilan que el estado siga funcionando como se debe”.
Mario Wainstein llegó a Israel a los 17 años. Solo aunque su familia lo acompañaría al poco tiempo, se integró a una sociedad en formación que ya contaba con 3 millones de habitantes que transcurrían un tiempo que se dio en llamar “de la austeridad”, buscando el orden económico para el joven país.
“Hay un aspecto del Olé (aquel que se va a vivir a Israel), y un aspecto del inmigrante. La crisis del inmigrante es dura y la experiencia del olé es un desafío, y en ese momento era un desafío hermoso que es formar parte de un sueño hermoso” explicó Wainstein. Y agregó: “La posibilidad de no quedarme en Israel no existía. Yo tenía un sionismo ardiente que me quemaba las entrañas”.
El exdirector del diario israelí Aurora en idioma español reflexionó acerca de la profesión: “Creo que nunca fui periodista, creo que fui un poco docente y ejercí la docencia muchos años. Los acontecimientos que me llevaron al periodismo comenzaron aquí en Argentina durante el tiempo de la última dictadura militar en la que trabajé como shelíaj (enviado) del departamento de educación y cultura de la Agencia Judía. Como sentía la enorme necesidad de actuar de alguna manera comencé a hacer periodismo al lado del que fue luego mi gran maestro, Herman Schiller, que tenía un periódico que se atrevía a decir todas las cosas”.
Respecto de la situación actual de Israel Mario Wainstein explicó que a su entender los problemas económicos, políticos o sociales tienen solución, y los que no tienen retorno o son muy difíciles de revertir son los morales. “En esa época en Israel también había funcionarios corruptos, lo que no había eran políticos de vocación que `metieran la mano en la lata´ y poco a poco eso fue sucediendo”.
“Por suerte Israel no es o no era, y discúlpame que no sepa decir el tiempo exacto de verbo, un país corrupto. Por lo tanto cada vez que apareció alguna sospecha sobre un político por encumbrado que estuviera, la ley fue inflexible ya sea el presidente, un ministro o un primer ministro ya que todos son iguales ante la ley” dijo Wainstein.
Acerca del rol de los medios en Israel, Wainstein sentenció: “En todas las democracias que medianamente conozco, el poder ejecutivo odia entrañablemente a dos instancias: A la justicia y a la prensa libre, porque son aquellas instancias que le ponen un freno. No se espera en una democracia que se lancen campañas de desprestigio hacia la justicia y la prensa libre tildándola de traidora”, dijo.
Y concluyó: “Cuando eso sucede, y aquí sucede mucho y en Israel está comenzando a suceder en forma parcial, se pone en peligro el juego de la democracia”.
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