Irán se prepara para un boicot del pueblo a sus elecciones

Mientras Irán se prepara para las elecciones parlamentarias del próximo viernes 21 de febrero, se respira una atmósfera de decepción que vislumbra que serán unas elecciones con mucho menor interés por parte de los ciudadanos, fundamentado en la falta de libertades y problemas económicos en los que están sumidos.

Muy lejos quedará la vibrante de participación que caracterizó las dos últimas elecciones presidenciales, con el triunfo de Hassan Rohani y sus promesas de apertura al mundo y de liberalización interna.

Casi dos años después del anuncio de Washington del restablecimiento de las sanciones económicas, la esperanza de que el acuerdo nuclear de 2015 negociado por la administración del presidente Hasan Rohani mejorara la situación se evaporó y el país se hunde en la recesión.

Mientras, los iraníes continúan enfrentando las dificultades de la vida cotidiana, con el peso de las sanciones estadounidenses y con un sistema aparentemente impermeable a las reformas.

Una prueba es el proceso de selección de candidatos, con el Consejo de Guardianes, órgano dominado por los conservadores, que ha rechazado 7.296 nombres de un total de 16.033. Entre ellos, muchos conocidos reformistas o partidarios independientes de Rohani, incluidos 75 diputados salientes. Los reformistas lamentan haber quedado sin candidatos de peso en diferentes ciudades.

Mientras, entre los admitidos la mayoría pertenece a fundamentalistas y a opositores del pacto nuclear, que afirman no temer un choque con Estados Unidos después del asesinato del general Qassem Soleimani en un bombardeo estadounidense, el pasado 3 de enero en Bagdad.

El líder supremo Ali Jamenei ha pedido a los iraníes que asistan masivamente a las urnas para mostrar firmeza frente al enemigo estadounidense, como en ocasión del gigantesco funeral de Soleimani.

También Rohani también hizo el mismo llamamiento, y admitió la necesidad de “reconciliación nacional” tras las protestas por el derribo por error por parte de un avión antiaéreo de Teherán a un Boeing ucraniano con 176 personas a bordo, incluidos 145 iraníes, poco después de la represalia con un bombardeo de misiles en una base en Irak con soldados estadounidenses. Pero muchos parecen decididos a desoír tal invitación.

Cualquiera sea el resultado de la votación, las fuertes sanciones estadounidenses continuarán haciendo la vida extremadamente difícil de millones de iraníes. Por ese motivo, en noviembre pasado salieron a la calles, en protesta por el aumento precios de la gasolina.

Las movilizaciones fueron reprimidas, con un saldo de cientos de muertos.

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