Israel reduce su transporte público: ¿Esto ayuda a combatir el Coronavirus?
A medida que el Ministerio de Transporte de Israel anuncia cancelaciones y restricciones en el transporte público, los expertos advirtieron que las medidas podrían aumentar la probabilidad de infecciones por coronavirus, en lugar de disminuirla.
Muchos ciudadanos israelíes, especialmente aquellos que tienen problemas para viajar, como los ancianos, dependen del transporte público. La investigación llevada a cabo por el Banco de Israel en 2019 mostró que “los trabajadores de nivel de ingreso y aquellos con un nivel socioeconómico más bajo se caracterizan por un mayor uso de autobuses, y autobuses organizados por las empresas”.
La Oficina Central de Estadísticas de Israel informó que el 57.2% de las familias del estrato socioeconómico más bajo no poseía un vehículo privado en 2018. En el cuarto puesto, el 33.2% de las familias no poseía un vehículo privado.
El profesor Arel Avineri, jefe del programa de maestría en ingeniería y sistemas de infraestructura en Afeka College, dijo que aunque hay una disminución en el uso del transporte público debido al brote de coronavirus, puede que no sea deseable una reducción de la disponibilidad de transporte público.
“En una investigación realizada sobre el SARS, se demostró que cada vez que hablaban sobre el brote en los medios, había una disminución de 1.
200 usuarios de metro en Taiwán, aunque a cambio aumentó la frecuencia. Es decir, el público está en estado de shock en este momento, pero con el tiempo la gente tendrá que viajar nuevamente y el transporte público es necesario porque no todos tienen un automóvil”, dijo Avineri.
“Una decisión radical y unilateral de reducir (el transporte público) es problemática”, dijo Avineri. “Hay lugares de trabajo que permanecerán abiertos y servicios esenciales a los que acudirán los ciudadanos, de modo que, en general, el transporte público es una cosa esencial. Este es un período desafiante que exige más complejidad en cuanto a la toma de decisiones, por un lado conducir a una reducción proporcional (del transporte público) y, por otro lado, a no aumentar el hacinamiento en las líneas (de autobuses), lo que podría aumentar las infecciones. Los ancianos, por ejemplo, dependen del transporte público y sus tasas de mortalidad por el coronavirus son más altas. Por lo tanto, en ciertas áreas, incluso debería haber consideraciones para aumentar el transporte público “.
El analista de transporte Nachman Shelef explicó que hay líneas de autobuses que deberían reducirse, como las que van a instituciones educativas o zonas industriales, pero una reducción brusca podría aumentar el hacinamiento en las líneas concurridas.
“Espero que estén considerando este factor”, dijo Shelef, “especialmente cuando la mayoría de los que toman las decisiones usan un vehículo privado y, por lo tanto, no entienden lo que significa depender del transporte público, en lugar de un automóvil”.
La situación aún se está desarrollando, por lo que aún no está claro qué líneas deberían reducirse, según Shelef.
Shimrit Nutman, presidenta de la organización de la Alianza de Transporte Público “15 Minutos”, una ONG que aboga por un mejor transporte público, también advirtió contra una reducción generalizada del transporte público. Nutman enfatizó que, a menos que las empresas estén cerradas por completo, las personas deberán ir a trabajar, hacer compras y hacer recados y deberán usar el transporte público para hacerlo.
El número de viajeros en Israel Rail disminuyó al menos un 50% el lunes aunque las líneas de autobuses Egged no registraron ningún descenso en el número de pasajeros. Aunque el Primer ministro Benjamin Netanyahu ordenó la desinfección de autobuses y trenes la semana pasada, los operadores de transporte público y el ferrocarril de Israel no han recibido ninguna directiva oficial. Las empresas comenzaron las operaciones de desinfección por su cuenta.
En Argentina, donde el COVID-19 se encuentra en una etapa del desarrollo más temprana si se la compara con Israel, la medida de reducir la frecuencia del transporte público aún es analizada. El gobierno de Alberto Fernandez ha adoptado medidas para contener la crisis sanitaria y evitar que el sistema de salud colapse, y una de las políticas que podrían aplicar es la reducción de la frecuencia en el sistema de transporte público.
El recorte en la frecuencia del transporte puede ser un arma de doble filo para los países de las llamadas “economías emergentes”, pues una gran parte de los trabajadores desarrollan tareas que no pueden ser cumplidas desde el hogar y dependen totalmente de su trabajo dia a dia. Por otro lado, lo que algunos gobiernos estiman, es que reduciendo la cantidad de unidades de traslado por hora se dejará de alentar la asistencia al trabajo, favoreciendo el distanciamiento social y forzando a empleados, así como a los empleadores, a cesar las actividades presenciales.
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