Polémica en Gaza por la muerte de un bebe tras el cese de la cooperación entre palestinos e Israel
Omar Yaghi era un bebé gazatí de ocho meses, que tenía que ser trasladado a un hospital de Israel por sus problemas cardíacos. Sin embargo, por el cese de la cooperación decretado por los palestinos, la operación fue aplazada y Omar falleció.
Mientras la familia Yaghi se encuentra devastada por la muerte del pequeño, Omar se ha vuelto un símbolo de la primera víctima desde el cese de la cooperación de seguridad anunciado en mayo por el presidente palestino Mahmud Abas para protestar contra el proyecto israelí de anexión de zonas de Judea y Samaria.
“Somos las víctimas de este desacuerdo”, se lamentó Mohamed, el tío del bebé.
Omar, que nació en octubre con problemas cardíacos, tenía que ser operado el 24 de mayo, cuatro días después del decreto del presidente Abas que ponía fin a la cooperación con el Estado hebreo.
Pero la operación de Omar estaba prevista en Israel, donde los hospitales están muy bien equipados.
Los heridos y los enfermos graves de Gaza y Judea y Samaria pueden ser trasladados a los hospitales de Israel, pero su paso de un territorio a otro exige una coordinación entre las administraciones.
Aunque Gaza está bajo el control del movimiento islamista Hamás, la regulación para entrar y salir se efectúa entre Israel y la Autoridad Palestina de Mahmud Abas.
Tras la suspensión a finales de mayo, varias oenegés se movilizaron para intentar encontrar un solución.
Pero Omar sucumbió tres días antes de la nueva fecha para la operación en un hospital cerca de Tel Aviv, a unos 60 km al norte de la Franja de Gaza.
“La ocupación (término que utilizan muchos palestinos para denominar a Israel) es responsable del acceso desde Gaza”, afirma Mohamed, el tío de Omar, acusando al país de ser el asesino de su hijo.
La unidad del gobierno israelí a cargo de la coordinación con los Territorios Palestinos, el COGAT, afirma que sigue acordando el acceso “a residentes de la Franja de Gaza para tratamientos vitales u otras necesidades humanitarias”. Cuando Omar tenía un mes, fue trasladado al hospital Tel Hashomer.
El miércoles pasado, poco antes de medianoche, los padres de Omar lo llevaron a un hospital de Gaza, “donde recibió reanimación cardíaca y respiración asistida”, explica su tío. Pero su estado se deterioró rápidamente.
Su familia intentó obtener un traslado urgente a Israel. “Pero a las 10 de la mañana (jueves), la administración del hospital se puso en contacto con Ahmed, el padre de Omar, para informarle de la muerte de su hijo”, relata el tío.
Responsabilidades compartidas
En un comunicado, la oenegé israelí “Doctores para los derechos humanos”, que había ayudado a la familia a encontrar otra fecha para la operación, atribuyó la muerte de Omar a Israel y a los responsables palestinos.
“Israel es el primer responsable, pero la Autoridad Palestina no dio alternativas” para tratar a Omar, denuncia Ghada Majadle, directora general de esta organización, para quien el sistema de permisos israelí es “burocrático y arbitrario”, lo que niega Israel.
Desde el lado palestino, el director de traslado médicos en el ministerio de Salud, el doctor Haitham Al Hadra, rechaza la idea de que no había una alternativa palestina.
“95% de las condiciones médicas pueden ser tratadas en los hospitales palestinos, ya sean gubernamentales o privados”, dice.
También afirma que, desde el decreto del presidente Abas, los pacientes que necesitan ir a Israel efectúan “por su cuenta” la coordinación, sin pasar por su ministerio.
Pero el de Omar no es el único caso.
Hala Al Johari, una mujer de 58 años con leucemia “aguda”, residente en Naplusa, en el norte de Cisjordania, tiene que ir cada semana al hospital Hadassa Ein Kerem de Jerusalem, para recibir un tratamiento de plaquetas que refuerza su sangre.
Las autoridades palestinas pagaban su tratamiento en Jerusalem y los medicamentos y facilitaban el transporte. Pero desde el final de la cooperación, todo cambió para Hala.
“Estoy ante lo desconocido”, se lamenta esta mujer.
El miércoles, pacientes palestinos de cáncer se manifestaron en Ramalá, la sede de la Autoridad Palestina. Unos días más tarde, Hala tuvo buenas noticias.
“Me acaban de llamar para decirme que tendré suficientes medicinas para el próximo mes”, dice con cierto alivio. “No quiero morir”.
Reproducción autorizada por Radio Jai citando la fuente.
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