El principal asistente de Netanyahu dice que la sociedad tiene la culpa del rebrote

Mientras aumentan las críticas sobre cómo el gobierno israelí manejó la pandemia de coronavirus, un hombre muy cercano al primer ministro Benjamín Netanyahu, atribuyó la culpa del segundo brote a la sociedad.

Los nuevos casos diarios de COVID-19, que habían caído a dos dígitos durante la mayor parte de mayo, se han disparado a más de mil por día. El aumento actual de infecciones semanales en Israel es uno de los más altos del mundo, según publicó el Ministerio de Salud.

Natan Eshel, uno de los principales ayudantes del primer ministro, escribió en un comunicado que “la culpa de la situación recae en un alto porcentaje del público que no cumple con las instrucciones, no lleva máscaras, está de fiesta en clubes y en techos, en la playa y en otros lugares públicos”.

En mayo, el gobierno abrió todos esos lugares al público y ha sido ampliamente acusado de no tomar medidas suficientes para hacer cumplir las reglas de distanciamiento y castigar a los delincuentes, y de no actuar durante semanas mientras aumentaban las infecciones.

Finalmente, luego de varias discusiones se aprobó una serie de restricciones para contener el brote renovado, incluida la limitación de restaurantes y sinagogas, la reducción del número de pasajeros en el transporte público, multas por no usar máscaras faciales y cerrar salas de eventos, lugares culturales, piscinas, gimnasios, bares y discotecas.

Israel está “a un paso de un cierre total”, dijo el primer ministro Benjamín Netanyahu a los miembros del gabinete durante una reunión especial. Si bien se detiene antes de cerrar el país como a principios de este año, las nuevas medidas son un paso significativo desde la reapertura de la economía en mayo.
La crisis del coronavirus provocó que el desempleo se disparara en Israel y Netanyahu ha sido objeto de crecientes críticas por parte de los dueños de negocios y miembros del sector cultural por su manejo de los problemas económicos en curso.

El desempleo alcanzó más del 25%, con un millón de israelíes sin trabajo; más de 800 mil personas siguen desempleadas. Ha habido una ira generalizada de innumerables sectores que dicen que el gobierno no está haciendo lo suficiente para ayudarlos a superar los tiempos difíciles, con indignación por la presunta mala dirección de la ayuda financiera y las complejidades burocráticas de obtener asistencia.
Eshel emitió una acusación general hacia todos los dueños de negocios: “El gobierno quería ayudar, pero no se apegaron a las reglas, y ahora todos pagaremos el precio financiero y personal”.

Eshel, ex jefe de gabinete de Netanyahu que renunció en 2012 en medio de acusaciones de que usó una cámara colocada subrepticiamente para filmar bajo la falda de una colega, continúa trabajando con el primer ministro, liderando las negociaciones de coalición que siguieron a las tres elecciones de la Knéset desde abril 2019. El funcionario, ha sido sorprendido haciendo comentarios vergonzosos que menosprecian a los israelíes sefardíes y faltan al respeto a un importante rabino sionista religioso.

En una encuesta realizada a los israelíes, solo el 46% de los que participaron dijeron estar satisfechos con la forma en que el primer ministro está liderando el país a través de la crisis del coronavirus, mientras que el 49% dijo estar descontento con su desempeño.

Eso se compara con una encuesta a principios del mes que le dio a Netanyahu un 56% de apoyo con un 36% insatisfecho. A principios de mayo, antes de que comenzara un aumento reciente en las infecciones por virus, una encuesta mostró que el 74% de las personas respaldaron el manejo del brote por parte del primer ministro y solo el 23% dijo lo contrario.

La encuesta encontró que solo el 33% piensa que Netanyahu estaba manejando la situación financiera satisfactoriamente; a principios de mayo era del 53%. Por el contrario, el 62% ahora dice que no está satisfecho con la forma en que maneja la crisis, en comparación con el 43% a principios de mayo.

Reproducción autorizada por Radio Jai citando la fuente