La salida anticipada e inesperada de Shinzo Abe

Hoy ha presentado su renuncia el primer ministro japonés Shinzo Abe, que ha ocupado durante ocho años consecutivos el cargo como jefe de gobierno, siendo quien más ha permanecido en esa posición en los últimos siete decenios. Por motivos de salud, y anticipándose al final de su período que culmina en septiembre de 2021, dejará la función a otro miembro del Partido Demócrata Liberal.

Si bien lo usual en Japón era que los primeros ministros estuviesen pocos años en esa función, con una alta rotación en esa magistratura, la salida de Abe en esta época de pandemia y de creciente tensión entre Estados Unidos y la República Popular China, abre una señal de interrogación. Aun cuando habrá continuidad del partido gobernante –lo viene haciendo en modo casi ininterrumpido desde la posguerra, salvo dos breves períodos- y que el cuerpo de funcionarios es estable, lo cierto es que Shinzo Abe supo tejer algunas políticas de largo alcance para Japón en la región del Indo-Pacífico.

A pesar de que no pudo reformar el artículo 9 de la Constitución japonesa, que pone límites a la formación del ejército, Shinzo Abe estiró la interpretación para poder desarrollar la Armada y realizar ejercicios navales conjuntos con Estados Unidos, Australia e India, en la alianza que se conoce como Quad, frente a la expansión marítima de la República Popular China. Supo manejarse con el presidente Donald Trump, quien ha puesto a la situación de Corea del Norte y su plan nuclear entre las prioridades de su administración, y que es una cuestión regional de enorme trascendencia para la región de Asia Oriental.

La pandemia ha golpeado a la economía japonesa, con lo cual retrocedió en el crecimiento que había tenido en los últimos años, y el primer ministro es muy cuestionado por su manejo de la crisis sanitaria. Los juegos olímpicos que se habían programado para este año, se postergaron para el 2021, por lo que Shinzo Abe no podrá estar en la primera fila de la inauguración.

Habrá continuidad de las grandes líneas de la política exterior japonesa, manteniendo su esquema de alianzas, pero ¿habrá tanta fortaleza y empeño para mantener a Japón como uno de los grandes actores globales?

Por Ricardo López Göttig.

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