Netanyahu: “Tal vez haya que endurecer más las pautas”
A horas del inicio de un cierre general de tres semanas para combatir el coronavirus, el primer ministro de Israel advirtió que las medidas podrían ser aún más rígidas debido a los altos índices de contagio. Cambios de último momento, anuncios económicos y un diálogo que se hizo público.
El cierre general del país todavía no empezó, pero el gobierno de Israel ya analiza a corto plazo endurecer todavía más las restricciones debido a los fuertes aumentos en las tasas de morbilidad de COVID-19 que el martes superaron los 5 mil casos y alcanzó un récord de pacientes graves.
“Es posible que no tengamos más remedio”, declaró públicamente el primer ministro Benjamín Netanyahu, a horas de que empiece a regir un cierre general de tres semanas. La medida aprobada por el gobierno a comienzos de la semana establece límites de circulación de hasta 500 metros salvo para actividades esenciales, reuniones de hasta 10 personas en espacios cerrados y hasta 20 en áreas abiertas; entre otras pautas.
Si bien el primer ministro advirtió sobre la posibilidad de implementar pautas más estrictas, entre ellas el cierre de sinagogas durante Yom Kipur (Día del Perdón), en la práctica las tensiones políticas internas llevaron en las últimas horas a aliviar las restricciones: el límite de circulación de los ciudadanos durante las próximas tres semanas se extendió a mil metros.
Netanyahu, en aislamiento preventivo tras la firma de los Acuerdos de Abraham en la Casa Blanca, afirmó que “la segunda ola de coronavirus está golpeando a muchos países del mundo” y comparó la situación israelí a la de diversas naciones europeas: “Muchos que abrieron la economía registraron un aumento de morbilidad y están imponiendo cierres parciales, y seguramente la mayoría no tendrá más remedio que recurrir a un cierre general”.
“Mi responsabilidad como Primer Ministro es cuidar la salud y la vida de los ciudadanos. Espero que se entienda qué significa este aumento exponencial, que no implica solamente malestar y más cantidad de pacientes graves. Se trata de una situación en la que agregamos camas, respiradores artificiales y personal, pero aun así no se puede seguir el ritmo de los contagios”, explicó Netanyahu. “Reitero mi pedido de utilizar mascarillas y evitar las multitudes hasta que obtengamos una vacuna”, agregó.
Yuli Edelstein, ministro de Salud, apoyó los dichos de Netanyahu al señalar que las decisiones del principio de esta semana “no son suficientes” y que “los datos de morbilidad actuales nos obligan a dar nuevos pasos”. A modo de ejemplo, Edelstein contó que “desde el 1 de septiembre, cuando se inició el año escolar, se cerraron más de 700 jardines de infantes y 130 escuelas”.
Por su parte Israel Katz, ministro de Finanzas, anunció una serie de medidas que apuntan a reducir el costo económico del cierre general.
Las mismas incluyen beneficios para las empresas que no suspendan a empleados, subsidios para los rubros más afectados, ampliación de créditos con garantía estatal y una reducción de sueldos de altos funcionarios. “Porque todos tenemos que soportar el costo”, argumentó Netanyahu al respecto.
“Este cierre se está convirtiendo en un chiste”.
Antes de la declaración de Netanyahu se conoció una conversación que mantuvo el mandatario con el profesor Roni Gamzu, director del Proyecto Coronavirus. Ambos discutieron sobre algunos aspectos laxos de las restricciones que comenzarán a aplicarse el viernes, como el permiso para manifestaciones públicas, el rezo en lugares cerrados y el trabajo presencial en empresas privadas sin atención al público. El diálogo fue el siguiente:
Netanyahu: -¿Por qué estoy encerrando a la ciudadanía en sus casas si no traerá beneficios?
Gamzu: -El cierre de marzo y abril no es igual que el de septiembre, hay condicionantes psicológicos.
Netanyahu: -Entonces, ¿qué resultados lograremos en este proceso?
Gamzu: -El cierre de muchos negocios y una restricción de la circulación evitará que aumente la morbilidad. Creo que habrá cierta estabilización y declive. Podríamos bajar a 3.000-4.000 casos diarios, no más que eso.
Netanyahu: -Entiendo las dificultades, ¿pero qué pasará después? ¿Qué diremos cuando lleguemos a 3 mil pacientes diarios después de tres semanas de cierre?
Gamzu: -Las expectativas hay que coordinarlas con el público.
Netanyahu: -Este cierre se está convirtiendo en un chiste.
Con información de YNET.
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