Fallecimiento de Jaime Halperin Z”L: “Fue una persona maravillosa”

Unas horas antes de Shabat, falleció el Jazán (cantante litúrgico) Jaime Halperin z”l.

Definido como “un gran hombre con una voz admirable”, deja en el Minián Tradicional del templo de la calle Libertad el recuerdo de su singular estilo para transmitir las plegarias.

“Uno de los últimos mohicanos de la pléyade de jazanim que tuvimos, sobre todo en Buenos Aires”, expresó el rabino Simón Moguilevsky; quien dijo que no solamente brillaba en el campo del ritual, sino también, que poseía amplios conocimientos de nuestras fuentes.

Asimismo, hablo del estilo particular que poseía, con lo que lograba transmitir una muy profunda espiritualidad; y que, por eso “llamaba tanto la atención”.

Destacó el rabino Mogilevsky que, de la mano de Halperín, y desde el templo de Libertad, se formaron los más grandes jazanim de la Argentina, como Jacobo Barsky, Leibele Swartz, entre otros.

“De Jaime Halperin, puedo decir que fue una persona maravillosa, de buen talante, de mucho respeto, y sobre todo, de conocimiento de su profesión”, resumió el rabino sobre el Jazán. Y comentó que no solo se desempeñaba como cantante litúrgico, sino que también daba muchos conciertos, algunos en Latinoamérica, y cree recordar actuaciones en el Teatro Colón.

Moguilevsky contó que Halperin nació en un hogar en donde la música estaba presente, que su padre dirigía un coro que intervenía en las “Altas Fiestas” en muchas sinagogas, y que eso “templó su espíritu para después poder transmitir lo que sentía”.

Cuando el rabino Moguilevsky define a Halperin como “el último de los mohicanos”, lo hace porque hoy ya ha cambiado la forma y el estilo de los cantantes litúrgicos. Y lo adjudica a la llegada de los movimientos Conservador y Reformista a la Argentina, lo que no ocurre en Estados Unidos e Israel, donde se mantiene el estilo del “oficiante tradicional”, cuyo rol es el de, con poder de su voz, despertar en el espíritu de la fe y de la religión, los sentimientos más profundos.

La voz de Jaime Halperin, el órgano de tubos y sus maravillosas oraciones de Slijot (plegarias previas a Rosh Hashaná), continuaran vivos en el recuerdo de quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo.

Halperin activó, además, por largos años en la DAIA. Su esposa Jaunita, con la que compartió toda la vida, falleció cuatro días antes.

Por CL/RJ

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