IKIGAI, la transformación de los escombros en belleza

“Yo era jefa de tesorería, estaba a cargo de los valores, custodiando ese tema y estaba en el segundo piso al momento del atentado. Algunas oficinas quedaron y esa sigue estando”, comenzó contando Mirta.

“Yo estaba sola en la oficina, y es sorprendente como el ser humano tiene sentimientos paralelos mientras algo limite te sucede, vas pensando muchas cosas en ese momento, huyendo, escapando de la destrucción, tengo muchos recuerdos, pero tengo también olvidos”, describe la artista, intentando explicar lo sucedido al momento de la explosión.

“No me acuerdo el sonido, pero si de la magnitud enorme del silencio. Siempre trato de escapar de este relato porque no me gusta el cliché y siento que a veces el dolor es algo sagrado que uno teme manosear, y cuando uno hace este tipo de relatos y se vuelve automático, sufro con el manoseo del tema y temo dejar atrás otras cosas importantes”, agrega.

La artista plástica tiene pasión por el arte desde muy pequeña, y recibir una nueva oportunidad de vida hizo que se dedicara en un 100% a su vocación: “Esa tarea artística me acompaña desde la infancia, que es el escribir, componer canciones y dibujar. Me fueron rescatando de diferentes situaciones de la vida. El arte siempre estuvo ahí para darme la voz, la mano, el canto para poder expresarme. En AMIA trabajé 18 años y siempre me sostuvo bien económicamente para poder desarrollar ese arte”.

Con respecto a lo sucedido después, Mirta contó que trabajó un año más en la mutual, “para colaborar en la reconstrucción. Después me retiré, eso me permitió crecer, reafirmarme como persona, como mujer y paralelamente a eso, esa expresión, se fue haciendo compromiso, porque cuando recibís esta carta de vida, decidís que debes transitar por el camino verdadero tuyo y quizás “Ikigai” es una palabra que tiene un componente acerca de la misión de uno en la vida, y creo que elegí la mía”.

“Ikigai”, es el nombre de la película que protagoniza Satz, en donde se narra el proceso de pasaje de la gran herida del atentado a la realización del mural “La sonrisa de Gardel”: la transformación de los escombros en belleza.

“Tuve la idea de realizar un mural, en la fachada de mi centro cultural, que se llama Arte Inclán, y este mural nació con la idea de muchas cosas, por un lado de homenajear a las victimas del atentado, a quienes recuerdo y veo constantemente”.

IKIGAI, la sonrisa de Gardel, dirigida por Ricardo Piterbarg, indaga en los deseos, temores, fortalezas y debilidades de Mirta, y la acompaña a partir de un registro poético y pudoroso por el difícil pero necesario camino de transformar la oscuridad en luz, la muerte en vida.

Ikigai es un término de origen japonés que no tiene una traducción exacta al español, aunque se le atribuye un significado sumamente especial: “Tener una razón para vivir”.

Se estrena el próximo jueves 19 de julio.