Argentina: bajaron las denuncias por antisemitismo pero son más violentas y con un fuerte contenido nazi
La organización representativa política de la comunidad judía argentina registró durante el año pasado un total de 351 denuncias por hechos antisemitas, un descenso frente a las 478 enumeradas en 2015. Desde que se realiza la recopilación en 1998, el año que más hechos hubo fue 2006 cuando se listaron 586, motivados especialmente por el conflicto armado entre Israel y Hezbollah.
La reivindicación del nazismo, la expresión más repetida
Un 32 por ciento de las denuncias recibidas en 2016 fueron por actos o discursos favorables al nazismo. “La no presencia de conflicto en Medio Oriente vinculado a Israel mostró que en ausencia del mismo el discurso antisemita se nutre, mayoritariamente para su manifestación, de expresiones reivindicadoras del nazismo, sus prácticas y discursos”, explicó el trabajo.
En ese marco, uno de los hechos mencionados fue el ataque que realizó la agrupación Vanguardia Nacionalista contra la Unidad Básica Liliana Barbieri de la agrupación La Cámpora en La Plata, con pintadas e insignias a favor del nacionalsocialismo. También se menciona la venta de réplicas de material nazi, incluyendo cruces esvásticas, que se encontró en puestos presentes en la Feria internacional de caza, pesca y armas que se realizó en el predio porteño de La Rural.
Otros núcleos duros de discursos antisemitas son las expresiones xenófobas tradicionales (agresiones basadas únicamente en términos de construir y diferenciarse de “una otredad”); las religiosas/teológicas; las apelaciones a referirse a los judíos como avaros o explotadores; las nacionalistas (en el cual “lo judío” se opone a “lo nacional”); el negacionismo del Holocausto; y aquellas vinculadas con la existencia o las acciones del Estado de Israel, entre otras.
“La muerte del Fiscal Federal Alberto Nisman, quien estaba a cargo de la investigación del atentado a la sede de la AMIA-DAIA en 1994, sigue desencadenando, en la medida en que el tema retoma exposición pública, expresiones de alto impacto antijudías ligadas, sobre todo, a ideas conspirativas, una de las tipologías habituales en la construcción de la otredad negativa hacia la comunidad judía”, explicó Marisa Braylan, directora del Centro de Estudios Sociales de la DAIA.
Internet, el terreno anónimo y desregulado más fértil para el discurso antisemita
Cerca del 64% de los hechos denunciados durante 2016 fueron manifestaciones expresadas en Internet. De esa cifra, el 69% fue realizada en los espacios de opiniones y participación que brindan los medios de comunicación en sus portales y aquellos sitios que se constituyen en redes sociales como Taringa: un 26% a través de redes sociales como Facebook y Twitter, un 4% en sitios webs o blogs y el 1% restante distribuido a través de correo electrónico.
El año pasado la DAIA denunció cuentas de Twitter que bregaban por la creación de un partido nazi en Argentina y América, páginas de Facebook con contenido judeofóbico y sitios donde se generaban y reproducían discursos antisemitismas.
“La democratización de la tecnología, la ausencia de legislación a nivel local y el anonimato posibilita que quienes presentan actitudes violentas encuentren en la red el terreno propicio para la manifestación de las mismas”, manifestó el informe que insta a discutir y generar regulaciones que sancionen la propagación del odio virtual a cualquier colectivo.
“El espacio virtual es el que hoy ofrece la `mejor` y más `fácil` opción para esgrimir comentarios antisemitas. Una vez más se comprueba que en la impunidad de una pantalla, incluso con la utilización de identidades falsas, se exacerban y masifican discursos violentos”, completó Braylan.
Octubre, el mes con más denuncias
Durante 2016 hubo una distribución proporcionada de los hechos denunciados, con excepción de octubre que acaparó el 22%, situación que la DAIA lo atribuyó a tres hechos.
El primero fue la destitución del defensor del Pueblo de la localidad salteña de Cerrillos, Carlos Paz, acusado de realizar comentarios contra la comunidad judía en su página de Facebook. El funcionario negó ser el autor y radicó una denuncia penal por el supuesto hackeo, pero tras la repercusiòn en los medios de comunicación nacionales se le inició una causa por la posible comisión del delito “alentar o animar a la persecución o el odio”.
El segundo fue la aparición de las fotos del empresario judío Matías Garfunkel cazando animales en un safari, lo que generó un repudio generalizado en las redes sociales que en algunos casos trascendieron los discursos proteccionistas de animales o aquellos vinculados a las investigaciones judiciales por contrabando y las denuncias por el vaciamiento del Grupo 23.
Otro de los hechos es que en octubre tuvieron lugar las denominadas Altas Fiestas Judías (Rosh Hashanah y Yom Kippur) “época en la que la exposición pública de la comunidad siempre se incrementa, incidiendo esto último en un aumento de las manifestaciones antijudías”, manifestó la DAIA.
Violación sistemática de la ley antidiscriminatoria
Los hechos recopilados en el libro de la DAIA constituyen distintas violaciones de las leyes que existen en Argentina: injurias, daños, amenazas y lesiones agravadas, de acuerdo a la naturaleza de la denuncia. El 72% recaen en lo tipificado por la Ley 23593 (antidiscriminatoria) que establece la pena para aquellos que “realizaren propaganda basados en ideas o teorías de superioridad de una raza o de un grupo de personas de determinada religión, origen étnico o color, que tengan por objeto la justificación o promoción de la discriminación racial o religiosa en cualquier forma”.
“En igual pena incurrirán quienes por cualquier medio alentaren o iniciaren a la persecución o el odio contra una persona o grupos de personas a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideas políticasâ€, explicita la normativa.
A modo de conclusión, la DAIA explicó que la vigencia de hechos discriminadores “precisa de políticas educativas y culturales tendientes a visibilizar aquellas imágenes construidas y normalizadas respecto de los judíos y otros colectivos vulnerables”. “Sólo ello permitirá desaprenderlas y evitar actitudes violentas frente a la diversidad de aspectos identitarios que conforman al ser humano”, añadió.
Además, ante la prevalencia que tienen estos actos en el espacio virtual, la entidad instó a “pensar y diseñar políticas y leyes acordes a los nuevos tiempos, donde las manifestaciones de odio, que eligen este medio que garantiza masividad en el mensaje; inmediatez en la recepción del mismo y cierto anonimato, no queden amparadas en un terreno signado por lo transnacional y la ausencia de legislación”.
“El nuestro no es un país antisemita, pero lamentablemente se siguen produciendo hechos que agravian a nuestra comunidad y a toda la sociedad argentina. Nuestra misión institucional es denunciarlos con firmeza en los ámbitos que corresponde”, afirmó el presidente de la DAIA, Ariel Cohen Sabban, en la presentación del informe.
“No puede ni debe haber tolerancia alguna para quienes incitan al odio, desprecian la democracia, los valores que compartimos, la libertad y la diversidad. La sociedad en su conjunto, y sobre todo la dirigencia política y social deben permanecer alertas frente al riesgo que significan los difusores del odio y la discriminación”, agregó.
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