El juicio por terrorismo reabre las heridas de los judíos de Francia
En el banquillo de los acusados se sientan el hermano y un presunto cómplice de Mohamed Merah, el terrorista islámico que entre el 11 y el 22 de marzo de 2012, en plena campaña electoral de las presidenciales, sembró el pánico en la región de Toulouse, en el sur del país.
Dos soldados de origen musulmán -un tercero está paralítico- y cinco personas en una escuela judía de Toulouse, cuatro de ellos niños, cayeron a manos de Merah, que filmó con una cámara instalada en su casco cada una de sus acciones, antes de ser abatido por la policía en su casa tras un largo tiroteo con agentes del orden.
La justicia sospecha que el jihadista se benefició de la complicidad de su hermano Abdelkader, de 35 años, conocida figura del extremismo musulmán de la región, y de Fettah Malki, de 34, que le vendió una metralleta, municiones y un chaleco antibalas.
Ambos se sentaron en el banquillo de los acusados ante un tribunal compuesto de siete magistrados y frente a 232 acusaciones particulares, formadas por familiares de las víctimas, sobrevivientes de sus actos terroristas y diversas asociaciones.
El proceso tratará de determinar si, como creen los investigadores, Abdelkader, conocido desde 2008 por su radicalización islámica, influyó en su hermano e, incluso, le ayudó a preparar los atentados o los ordenó.
El acusado, que puede ser condenado a cadena perpetua, reconoció que le ayudó a robar la moto con la que Mohamed Merah se desplazó en sus acciones mortales, pero rechazó ser el instigador de los atentados, al tiempo que negó conocer sus intenciones terroristas.
Sin embargo, según la acusación, pese a que en los últimos meses se habían distanciado, los dos hermanos se vieron varias veces durante los días en los que Mohamed cometió los crímenes.
Además, la acusación destaca el carácter violento de Abdelkader, que le llevó a atacar con un cuchillo a otro de sus hermanos, Abdelghani, por haberse casado con una francesa de origen judío, una agresión que le valió una condena a dos años de cárcel.
Malki, por su parte, también reconoce haber vendido las armas a Mohamed Merah, aunque niega que conociera sus intenciones.
Los delitos que se le imputan pueden valerle una condena de hasta 20 años de cárcel.
Para los familiares de las víctimas, el juicio tiene importancia ante la imposibilidad de juzgar al autor material de los hechos.
Los investigadores han determinado que Mohamed Merah estuvo en contacto durante años con los medios jihadistas de Toulouse, algunos de sus componentes huidos hoy a zonas controladas por el Estado Islámico.
Los atentados cometidos por Mohamed Merah, reivindicados por un grupo afín a Al Qaeda, abrieron una oleada en Francia, seguida, sobre todo, por los cometidos contra el semanario satírico “Chalie Hebdoâ€, un supermercado judío de París, el Bataclán, el Estadio de Francia y varias terrazas de la capital y Niza.
El último de ellos, reivindicado por el Estado Islámico, tuvo lugar ayer en la estación central de ferrocarriles de Marsella, donde un individuo mató a dos jóvenes con un arma blanca antes de ser abatido por militares del dispositivo antiterrorista desplegado en el país.
En el atentado de 2012, Mohamed Merah dio muerte a tres soldados antes de atacar a la escuela judía de Toulouse, asesinando a un maestro y tres niños de tres, cinco y ocho años.
La Federación Judía CRIF calcula que alrededor de 300 familias judías han abandonado Toulouse hacia Israel y otros países, en tanto que otros 20 mil hebreos han emigrado de Francia entre 2014 y 2015 a raíz de la ola de antisemitismo.
Fuente: Aurora
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio JaiAyuda a RadioJAI AHORA!
HAZ CLIC AQUÍ PARA HACER UNA DONACIÓN