El final de Nisman: detalles que apuntalan la tesis del homicidio
El fiscal Alberto Nisman fue ultimado apoyándole el arma en la cabeza. Su cuerpo fue acomodado por los dos asesinos, que lo estiraron luego de dispararle en un estado de “sumisión química”.
Y la escena del crimen no sólo se alteró, sino que una de las médicas que estuvo en el baño encontró un objeto, lo manipuló y lo volvió a colocar bajo la cabeza de la víctima, sin que quedaran registros.
Éstos son los nuevos hallazgos que arroja la lectura integral de las 300 páginas del informe de la Gendarmería sobre la muerte del fiscal, al que accedió LA NACION. En ese trabajo se hace un relato, como si fuera un guión de cine, desarrollado en cuatro tiempos de cómo fue asesinado Nisman.
Allí identifican a los tres personajes como Victimario 1, Victimario 2 y Nisman. Hasta ahora se creía que el cañón de la pistola Bersa calibre 22 estaba apenas separado de la cabeza de Nisman cuando ocurrió el disparo, pero los expertos dijeron que el arma estaba a una “distancia cero”, sobre la base de la presencia del signo de Benassi y del informe histopatológico.
Los expertos señalaron, además, que el cuerpo, que estaba estirado sobre el piso del baño, fue acomodado.
Los gendarmes afirmaron que el arma, que fue hallada debajo del omóplato izquierdo de Nisman, fue colocada allí adrede. “Las terceras personas, a nuestro entender, colocaron el arma en esa posición para simular una hipotética situación suicida”, señaló el informe.
En uno de los apartados, el escrito afirmó que, en la escena de la muerte, los protocolos de seguridad no fueron respetados ni por la fiscal Viviana Fein, ni por las autoridades allí presentes, como el entonces secretario de Seguridad, Sergio Berni. Hay fotos de personas sin vestimenta apropiada y con zapatos pisoteando manchas de sangre.
Lo más evidente es una escena en la que una médica de la Policía Federal toma un elemento del piso, en medio de un charco de sangre, lo manipula con dos dedos y lo vuelve a colocar, pero detrás de la cabeza del fiscal.
No se sabe qué es, aunque los investigadores sospechan que pudo haber sido un lente de contacto de color celeste verdoso que usaba Nisman por coquetería.
Con respecto a la ketamina hallada en su cuerpo, el informe señaló que fue usada para provocarle “sumisión química” a Nisman y afirmó que habitualmente esa droga es administrada en unión con una benzodiacepina, para reducir la incidencia de las reacciones del delirio. En el cuerpo fueron encontradas, justamente, trazas de clonazepam.
Tras este análisis, los expertos escribieron un guión de cómo fue el crimen y lo dividieron en cuatro momentos.
“El deceso de Nisman fue provocado por la acción de un proyectil de arma de fuego calibre 22 LR, disparado por la pistola Bersa modelo 62 número 35 0 99 en forma apoyada y con ángulos, y da la trayectoria interna en la zona craneal. El orificio de entrada se encuentra ubicado a 3 centímetros por encima de la implantación del pabellón auricular derecho y a 0,7 centímetros por delante en la región parieto temporal”, se describe en el estudio. Y se señala que “la muerte fue producida por la destrucción masiva de masa encefálica con hemorragia externa exanguinante”.
Al adentrarse en la toxicología los peritos informaron: “Del análisis del pool de vísceras se detectaron cafeína, alprazolam, 7 amino clonazepam y ketamina”. Al analizar la implicancia de la ketamina, señalaron: “Nisman se hallaba con anestesia disociativa, siendo su voluntad abolida, pero con conservación de su tono muscular, lo cual habría facilitado el posicionamiento de la víctima dentro del baño para una posterior maniobra homicida”.
Los peritos dijeron que los informes en las manos de Nisman arrojaron un resultado negativo para la presencia de restos de fulminante. De ello infirieron que el fiscal de la UFI AMIA no utilizó las manos para efectuar el disparo que le causó la muerte violenta.
Los peritos analizaron la “dinámica más probable del hecho”. Sostuvieron que “habría sido en el interior del baño con tres personas: una víctima y dos victimarios. El Victimario 1 es quien manipula el arma y el Victimario 2, quien asiste y manipula el cuerpo. El Victimario 2 se ubica junto al cuerpo con vida de la víctima, lo posiciona con la pierna derecha, apoyada en el piso y la pierna izquierda flexionada ubicado frente a la bañera. Al mismo tiempo, el Victimario 2 se ubica en cuclillas sobre el lateral izquierdo, sujetándolo por debajo de las axilas a modo de abrazo”.
El Victimario 1, que ofició de tirador, se ubicó parado y por detrás de Nisman. “Con su mano izquierda toma del cabello a la víctima y con la mano derecha apoya la boca del cañón en la zona parieto temporal derecha, efectuando el disparo”, describieron los expertos.
Y agregaron: “Luego de la acción realizada, el Victimario 1 se dirige a la puerta del baño y ubica el arma en el sector donde fuera hallado abandonando el recinto y cerrando la puerta”.
Salida
A continuación, explicaron que el Victimario 2 se posicionó por detrás de la víctima, sin soltarlo. “Producto de la manipulación se generan la caída de sangre sobre el borde de la mesada, la manija de las cajoneras, la pierna izquierda de la víctima y la alfombra”, dijeron.
“Seguidamente ubicando a la víctima de espalda a la puerta y frente al espejo, procede a lanzar hacia atrás el cuerpo. Durante la dinámica de la caída hacia atrás, la fuente sangrante generaría los patrones hemáticos hallados en la zona baja de la parte interna de la puerta de acceso, en el piso, en la base del bidet y en la zona circundante”.
En lo que llamaron “Tiempo 4”, los gendarmes dicen que el Victimario 2 procedió a la manipulación del cuerpo para colocarlo en la posición final, realizando diversas acciones entre las cuales tomó ambas manos de la víctima y finalmente (tomando los recaudos necesarios para evitar la alteración de las manchas de sangre) abandonó la zona del hecho.
Los peritos concluyeron que las lesiones observadas por la división médico legal en la cabeza, piernas, y el golpe en el hígado de Nisman podrían atribuirse a una “acción de reducción”. Los golpes se habrían producido en el interior del departamento no pudiendo lograrse determinar con exactitud el lugar. La ketamina podría decirse que fue suministrada luego de la reducción, aunque no pudieron precisar con exactitud la vía de administración.
Así, la conclusión de los peritos, escrita con asepsia forense, fue: “Conforme fuera preguntado por la fiscalía interviniente, los integrantes de esta junta interdisciplinaria de Gendarmería Nacional Argentina se encuentran en condiciones de concluir que la muerte violenta de Natalio Alberto Nisman se trató de un homicidio”.
Hernán Capielo
La Nación.
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