El contador de Auschwitz, responsable del asesinato de 300 mil judíos, apela su condena porque “viola su derecho a la vida”
Gröning, de 96 años y antiguo oficial de las SS, fue condenado en 2015 por un delito de complicidad en el asesinato masivo de judíos cometido en este campo de exterminio.
El de Gröning es uno de los últimos procesos llevados a cabo en Alemania contra un miembro de la maquinaria nazi, pero no ha llegado a entrar en prisión porque, tras la sentencia, entabló una batalla legal en torno a su estado de salud.
El abogado de Gröning, Hans Holtermann, ha explicado a la cadena de televisión alemana NTV que, con esta nueva apelación, se pide al Constitucional que determine si la condena violaría el derecho a la vida del condenado, dado su estado de salud. Según Holtermann, un experto ha determinado que no está en condiciones de entrar en prisión.
Gröning, antiguo voluntario de las Waffen-SS, fue condenado el 15 de julio de 2015 a cuatro años de prisión por la Audiencia de Luneburgo, una pequeña localidad del centro del país, que lo consideró culpable de colaborar en el asesinato de al menos 300.000 personas entre 1942 y 1944 en el campo de la Polonia ocupada por los nazis.
Durante el juicio, que se tuvo que suspender varios días por el débil estado de salud del acusado, este admitió haberse incautado del dinero de los judíos deportados al campo de concentración y exterminio de Auschwitz y de haber vigilado la llegada de los transportes al complejo. También confesó que era un nazi entusiasta cuando fue enviado a trabajar a Auschwitz en 1942, a la edad de 21 años.
“No tengo ninguna duda de que soy moralmente responsable de lo que hice. Muestro mi arrepentimiento y humildad ante las víctimasâ€, declaró el anciano en el proceso, lo que lo convirtió en el primer acusado de crímenes nacionalsocialistas en pedir públicamente perdón a sus víctimas. Hace 12 años, en una entrevista con la revista Der Spiegel, que fue la que lo bautizó como el contable de Auschwitz, se describía a sí mismo tan solo como “una pieza más del engranaje”. “Me siento culpable hacia el pueblo judío por haber formado parte de un grupo que cometió esos crímenes. Pero yo no los hice”, añadía entonces.
El abogado de Gröning apeló la sentencia y hace casi un mes, el 29 de noviembre, un tribunal determinó que es apto para ser encarcelado y rechazó su recurso para que la sentencia fuera suspendida. Este tribunal aseguró que el cumplimiento de la sentencia no violaría sus derechos fundamentales y que sus necesidades especiales, relacionadas con la edad, pueden abordarse en prisión.
El caso Gröning generó en Alemania un profundo debate sobre los límites de la responsabilidad, informa Luis Doncel. Durante décadas, las personas que colaboraron de forma indirecta en asesinatos masivos no eran sentadas ante la justicia. El cambio de enfoque judicial, que permitió llevar ante el juez a quienes cooperaron con la maquinaria de exterminio nazi, vino propiciado por la condena del ucranio John Demjanjuk a cinco años de prisión en 2011 por complicidad en 29.000 asesinatos en el campo de Sobibor. Tampoco quedó demostrado que Demjanjuk hubiera participado directamente en los asesinatos.
Hasta entonces las fiscalías alemanas solo presentaban demandas contra aquellos de los que podían demostrar una participación directa en los delitos, debido a una sentencia de 1969 del Tribunal Supremo de Alemania que sostenía que no todo aquel que estuvo involucrado en la maquinaria asesina de los campos de concentración podía ser responsabilizado por todo lo que ocurrió dentro.
El ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, dijo que el proceso contra Gröning contribuía a aliviar el “gran fracaso†del sistema judicial alemán, que solo llevó a los tribunales a medio centenar de los 6.500 miembros de las SS en Auschwitz que sobrevivieron a la guerra.
Fuente: El País
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