La mujer israelí, muy relegada en el ámbito laboral
La Organización Mundial Sionista Femenina, WIZO, por sus siglas en inglés, recopiló datos de fuentes gubernamentales, institutos de investigación y estudios académicos sobre los logros de las mujeres y las desigualdades de género en una serie de campos.
Las mujeres israelíes están muy subrepresentadas en una serie de campos profesionales, y ocupan aproximadamente un tercio de los puestos de alto rango, según un informe de la Organización Sionista Internacional de Mujeres publicado en la previa del día de la mujer.
El primer índice “techo de cristal” reveló que las mujeres ganan un 35% menos que los hombres, y entre las mujeres con educación superior, la brecha es aún mayor.
Esto también se aplica al sector de alta tecnología, donde una joven académica gana en promedio un 7% menos que su contraparte masculina, mientras que las mujeres mayores de 40 ganan un 18% menos que sus homólogos masculinos.
Además, solo el 33% de los altos ejecutivos son mujeres, y solo el 15.5% de los directores ejecutivos son mujeres, según el informe.
El índice notó altas brechas salariales en el sector público. Por ejemplo, en 2016, hubo una brecha salarial anual promedio de 10.000 shekalim entre hombres y mujeres en el Ministerio de Seguridad Pública.
En las FDI, los investigadores encontraron que, a pesar de los esfuerzos para incorporar a las mujeres a funciones adicionales tradicionalmente reservadas para los hombres, incluidas las unidades de combate, persisten numerosos obstáculos a la igualdad de género. Las mujeres soldado aún sufren exclusión y discriminación.
Solo el 8% de los soldados de combate son mujeres, y solo dos mujeres han alcanzado el rango de general de división, el rango más alto del ejército.
Las FDI anunciaron que el 85% de sus profesiones están abiertas a las mujeres, pero hay alrededor de 100 puestos profesionales en el ejército que aún están cerrados para estas.
En política, la situación es similar. Mientras que en la Knesset actual, tiene la mayor cantidad de mujeres de la historia, siendo 33 bancas, todavía comprenden solo el 27.5% del congreso. Y solo el 17% de los ministros del gobierno son mujeres.
En el sistema judicial, solo el 26% de los jueces del Tribunal Supremo son mujeres.
En el mundo académico, las mujeres representan solo el 30% de este, y apenas el 17% de los profesores son mujeres. Entre las nueve universidades, solo una, la Universidad Ben-Gurion del Negev en Beersheba, tiene una presidenta.
“Los datos que recopilamos para el índice de techo de cristal, crean una imagen sombría que no es apropiada para el año 2018”, dijo la presidenta de WIZO, Rivka Lazovsky.
“No hay duda de que después de un trabajo intensivo, hemos logrado llevar el estado de las mujeres a la agenda pública. Pero el camino hacia la igualdad de género todavía es largo, y los hallazgos hablan por sí mismos”, agregó.
El índice fue lanzado como parte de una campaña más amplia de WIZO para aumentar la conciencia sobre la desigualdad de género y hacer un llamado al público para eliminar los obstáculos a la integración de las mujeres en las escalas profesionales y sociales.
WIZO presentará este jueves una pasarela de vidrio en el centro del boulevard Rothschild de Tel Aviv, obligando a cualquiera a caminar a agacharse para evitar golpearse con el techo de cristal.
Un techo de cristal es una metáfora que se usa para representar una barrera invisible que impide que un determinado grupo demográfico (típicamente aplicado a minorías) se eleve más allá de cierto nivel en una jerarquía.
La metáfora fue acuñada por primera vez por las feministas en 1978 en referencia a las barreras en las carreras de las mujeres de alto rendimiento. En los Estados Unidos, el concepto a veces se amplía para referirse a los obstáculos que no permiten el avance de las mujeres de las minorías, que suelen encontrar la mayor dificultad para “romper el techo de cristal”.
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