“Las lecciones del Holocausto no fueron aprendidas”
Con emoción, pero a la vez señalando su falta de merecimientos, Mario Kreutzberger, Don Francisco, recibió hace algunos días la distinción Javer Olam, con la cual el Círculo Israelita reconoce la labor de las personas que han hecho un aporte relevante para la construcción de un mundo mejor.
Este reconocimiento se desarrolló en el contexto del Acto Central de Iom Hashoá, tras lo cual el animador dio una entrevista exclusiva a La Palabra Israelita.
-¿Qué significa para usted haber recibido la distinción Javer Olam?
-Bueno como lo dije durante la ceremonia, me parece inmerecida, porque no creo que tenga todas las características y condiciones que mencionaron en el momento que me nominaron.
-Durante ese acto usted mencionó que su padre había sido sobreviviente del Holocausto pero que muy poco de esta experiencia le había contado. ¿Por qué cree que se da esta situación en el caso de su padre y tal vez de muchos sobrevivientes?
-Yo creo que hay dos razones que me imagino son las mismas que habría vivido mi padre. Primero, no llenar de odio el alma de las generaciones futuras y al mismo tiempo decirles que no olviden, porque es duro recordar aquellos momentos que inexplicablemente los ubicaron en una situación que no les correspondía, porque los judíos caían en un campo de concentración y se preguntaban cuál era la razón. Tal vez porque pensaban distinto, porque tenían otra religión, porque tenían un apellido semita… En realidad no había una explicación que lo justificara…
-Pese a esa poca información que hubo sobre la experiencia de su padre, ¿de todas formas el tema del Holocausto marco a la familia en términos valóricos, en términos de cómo enfocar los proyectos de vida?
-Por supuesto, y especialmente en las primeras etapas luego de la Guerra, cuando Chile no era igual que ahora. En ese momento éramos hijos de unos gringos que habían llegado acá, que ni siquiera hablábamos bien el español. Y además Chile estaba dividido entre las dos posiciones que se vieron en la Guerra. Además, cada cierto tiempo escuchábamos que algún familiar, algún tío estaba desaparecido, y se suponía que había ingresado a algún campo de concentración. Entonces todas las cosas eran muy poco claras.
-Mirando en perspectiva y a la distancia, ¿usted piensa que las lecciones del Holocausto han sido aprendidas o la memoria de la gente es muy corta?
-Para nada, no fueron aprendidas. Porque hay un pequeño discriminador dentro de todos y cada uno de nosotros, por diferentes razones, en lo económico, en lo político y hemos visto niveles de brutalidad del ser humano que nos muestran que no hay gran diferencia entre lo que hacían los cavernícolas y lo que hace la gente hoy en día. Y me refiero a toda la gente, por diversas razones, porque no se salva nadie, ninguno de nosotros.
-¿Y en Chile cómo percibe usted la situación de discriminación?
-Por supuesto en la sociedad chilena también se discrimina, como en todas las sociedades del mundo. Lo que pasa es que hay que luchar para que esa discriminación sea al mínimo y convencer a través de la cultura y la educación de que esto no corresponde. Por eso se habla tanto de inclusión, porque la no inclusión es una suerte de discriminación.
-Y usted que está en el mundo de las comunicaciones, ¿qué rol le asigna precisamente a los medios de comunicación en el combate a la discriminación?
-Es muy importante. Lamentablemente todo esto se confunde con las situaciones políticas más extremas, pero yo creo que el entendimiento y el diálogo entre los seres humanos es fundamental y lo más importante en todos los lugares del mundo es la búsqueda de la paz. Pero hay que entender que eso no es sencillo, que los acuerdos de paz siempre son traumáticos, porque todas las partes pierden algo, pero finalmente el acuerdo gana.
-¿Usted se ha sentido discriminado en Chile?
-Por supuesto que sí, más de una vez. Y mucha gente ha sentido otro tipo de discriminación, porque no podemos focalizar solamente la discriminación en el antisemitismo. Hay discriminación racial, por color, por etnia, económica, por posiciones sociales. Y tal vez dentro de la propia comunidad hay grupos que discriminan a otros grupos. Obviamente con mucho menos fuerza que lo que ocurrió en el Holocausto, esta palabra que viene del griego y qué significa todo quemado, todo destruido. Es que el Holocausto ha sido una las catástrofes más salvajes de la humanidad.
-Por último, usted mencionó el tema de la inclusión y a través de la Teletón se ha trabajado precisamente en este tema. Entonces la pregunta es ¿cómo se logró integrar a la sociedad a este grupo de gente con discapacidad?
-Bueno, con el tiempo, con la educación, porque todos nos hemos educado y hemos aprendido sobre las oportunidades y posibilidades y las falencias que la gente tiene. Yo creo que para cualquier grupo humano es lo mismo. Cada grupo tiene que estar constantemente explicando qué hace, por qué lo hace, cuáles son sus sentimientos, cuál es su situación, de tal forma que el resto de la sociedad lo comprenda y de esta forma bajen los niveles de discriminación y aumente la inclusión.
Por LPI.
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