Limud 2018: un desafío al pensamiento crítico

Con gran éxito se desarrolló en las instalaciones del Instituto Hebreo la cuarta versión de Limud Chile, que este año contó con más de 60 charlas de los más diversos temas, un segmento especial para los más pequeños, llamado Limud Kids, y con un programa Tnuatí, dirigido a los jóvenes que están marcando tendencias en sus movimientos y grupos.

Los invitados internacionales de esta versión de Limud fueron Marcelo Bronstein, Karina Zilberman y Karen Shawn, quien llegó a Chile invitada por Fundación Memoria Viva para participar en Limud y en un seminario que organizaron junto a la Universidad Católica, llamado “El futuro del pasado.

Memoria, artes y ciudadanía para el siglo XXI”.

Cabe recordar que Limud surge en Inglaterra en 1980 con la idea de generar un marco de estudio, encuentro y aprendizaje sobre judaísmo. Limud encarna y promueve la unidad judía, y ofrece un espacio comunitario inclusivo para personas de todas las edades y orígenes, para encontrarse, aprender, ser voluntario y construir comunidad.

Hoy en día más de 35.000 personas de todas las denominaciones religiosas y de todas las edades participan en las jornadas de Limud en más de 30 ciudades del mundo.

Respecto de esta versión de Limud, sus organizadores en Chile hicieron un balance muy positivo:

“El pasado domingo se desarrolló la cuarta versión de Limud Chile, festival de ideas y cultura que junta en más de 60 actividades ponencias de los más diversos temas enfocados desde una óptica judía. Limud entrega un espacio único en la comunidad, es una construcción colectiva realizada 100% por voluntarios de todos los rincones de la vida judía chilena, un lugar de encuentro donde expertos comparten su saber, aficionados sus pasiones y el público sus ganas de aprender.

Desde las 10 de la mañana personas de todas las edades se convocaron en las salas del Instituto Hebreo, para aprender sobre temas tan diversos como solidaridad, arte, política, negocios, judaísmo, medio oriente, superación personal, ciencias o en el caso de los niños arte, cocina y música. Cada sesión da un espacio único de compartir, aprender y reflexionar sobre una temática en particular.

Este año más de mil personas circularon por Limud: niños, jóvenes, adultos mayores, personas que viajaron desde las comunidades de Viña o Concepción, extranjeros, judíos de todo tipo fueron parte de un evento que se ganó el espacio de ser el lugar de encuentro del pensamiento y quehacer judío chileno”.