Israel puede ganar un mundial de fútbol

La estrategia es la siguiente:
1- Hay que conseguir ser sede del mundial
No puede ser difícil, ya que los judíos dominamos el mundo, y poderes siniestros se mueven tras bambalinas para torcer la voluntad de los líderes. Bastará solo con mostrar la estrella de david y la FIFA otorgará lo que le pidamos.
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De esa manera, Israel ya estará clasificada.

2 – Fijar las sub sedes
Al momento de decidir en que ciudades jugarán los diferentes grupos, habrá estadios en Jerusalem tanto oriental como occidental, en Eilat, en el Golán, Yaffo, Metula, Sderot y en Ariel.
Muchos países decidirán directamente no participar, es muy probable que ni vengan Argelia, Angola, Benín, Burkina Faso, Chad, Comores, Costa de Marfil, Yibuti, Gambia, Guinea, Libia, Malí, Mauritania, Marruecos, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Túnez, Camerún, Gabón, Mozambique, Togo, Uganda, Albania, Azerbaiyán, Baréin, Bangladésh, Brunéi, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irán, Kazajistán, Kuwait, Kirguistán, Líbano, Malasia, Guinea Bissau, Maldivas, Omán, Pakistán, Qatar, Siria, Tayikistán, Palestina, Turkmenistán, Turquía, Uzbekistán, Yemen y Venezuela. La lista puede agrandarse o achicarse según el año en que se juegue …

Los que si tomen la decisión de jugar el mundial de Israel, tendrán serios conflictos con los estadios. Israel jugará todos sus partidos en la capital, por lo que Argentina, Irlanda, España, Inglaterra y varios más no se presentarán a la hora de jugar, perdiendo los puntos a favor de la selección local que pasará a la siguiente fase sin jugar ni un minuto.

Frescos y envalentonados, los jugadores de la selección israelí esperarán en octavos al rival de turno en el estadio de la meseta de Golán, por lo que los países que no reconocen las fronteras posteriores al ´67 no irán.
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En caso de que eso falle, se jugará allí contra el segundo de la zona que jugó en Eilat … 50 grados a la sombra en todos los partidos …

Todos los jugadores y cuerpos técnicos deberán pasar por revisiones de seguridad que les harán perder mucho tiempo, sin contar el que ya perdieron con el caos de tránsito en las autopistas. Contamos con que algunos , en sus ratos libres, coman en algún puesto callejero y pongan en su falafel la tan temida “salsa bordó”, que parece no picar al probarla pero te pone en el baño o en el hospital por el resto del torneo. Los fast foods allí no son para flojos.

En cuartos de final van quedando pocos … la comunidad islámica de Francia presiona para no jugar, lo mismo pasa con Suecia, Bélgica … No se olviden que las potencias ya están eliminadas por rehusarse a jugar en Yaffo por considerarla palestina, en Ariel por ser “territorio ocupado”, y en Metula por miedo a los misiles de Hezbollah.

Semifinal en Sderot, y si alguno aún se atrevió a llegar hasta esta instancia, no saldrá a la cancha por temor a los misiles y globos incendiarios de Hamas. No hay ninguna duda de que el grupo terrorista colaborará con actos violentos para permitir que Israel llegue a la ansiada final, que se jugará como corresponde en el estadio “Jerusalem no se divide” de la capital. Aclaro que cada estadio llevará un nombre que le haga imposible a los rivales jugar, como por ejemplo el “De aquí no nos movemos” de Ariel, el “Estado Judío” de Jerusalem Oriental, o el “Los túneles solo para el vestuario” de Sderot.

La fiesta no puede ser más imponente … Israel y las Islas Salomón se enfrentan por un lugar en la gloria. Rozagantes y descansados, los ágiles del estado judío salen al verde pasto para enfrentar a un equipo inteligente, pero partido al medio, y lo hacen con ropa fabricada en Judea y Samaria, por si acaso.

Se desata la locura, el milagro se produjo … El odio a Israel hizo ganar un campeonato mundial de fútbol, y la selección compuesta por árabes y judíos levantan la copa que se queda en el levante. Los demás campeonatos Israel ya los había ganado y al final, son los que valen.