AMIA: lo sucedido tiene vigencia porque la Argentina está fuera de la Ley
Creo yo que después de 24 años, lo que debió haber sido un duelo -es decir, un padecimiento inscrito en el tiempo, que a través del cumplimiento de la justicia pudiera ser atenuado mediante la clarificación de lo sucedido, lo que podría haber sido un duelo-, se ha convertido en un hecho crónico y, por lo tanto, de detenimiento, de empantanamiento, de imposibilidad de inscribir en el pasado. Porque lo sucedido sigue teniendo vigencia como evidencia de que la Argentina es un país fuera de la Ley.
Nosotros no tendremos porvenir, ningún porvenir, mientras la justicia siga siendo una ausencia en la organización social y en la organización judicial de la Argentina. Tenemos que tener esto muy claro. Cuando hablamos de transitar al futuro, cuando hablamos de progreso, es necesario que las quejas no tengan la última palabra, lo que debe tener la última palabra es la ética. La ética acaso no pueda terminar de cumplirse nunca, pero es imprescindible advertir que se brea para que estemos cada día más cerca de la reconciliación posible entre ética y política. Esto es lo que esencialmente creo que no debemos olvidar.
No puede ser que los Gobiernos se sucedan, evidenciando la impotencia que tienen para generar República. Y República quiere decir justicia, y todo lo demás viene después. Mientras esto no suceda, esto que llamamos Argentina es un conglomerado, no es una Nación. Mientras los crímenes sigan impunes, lo que habrá desaparecido, sumándose a los desaparecidos, es la justicia y el porvenir. Eso es lo que esencialmente debemos recordar hoy y siempre. Porque la deuda con la justicia es hoy y siempre, hasta que la Argentina tenga algo fundamental, que es el honor de ser lo que es.
Creo que Nisman es el corolario del atentado que ocurrió en la AMIA. Porque Nisman representa la tentativa de introducir lo sucedido en el campo de la transparencia jurídica. Su asesinato es el asesinato de la justicia. Esto tampoco termina de aclararse. En consecuencia, sobre aquello que fue en principio un atentado criminal contra la República Argentina y no sólo contra una comunidad -aunque haya tratado de ser presentado contra una comunidad, aunque hoy tengamos que vivir la vergüenza de que los 18 de julio se reúne la comunidad judía, solamente la comunidad judía para sostener la memoria de lo incumplido, que es la justicia-, Nisman es precisamente la tentativa de sustraer al campo de la indiferencia nacional este problema de la reivindicación de la justicia. Su asesinato pone de manifiesto una vez más que el poder somete a la Ley. Y mientras no revirtamos esto, si no logramos que la Ley domine al poder, pues otra vez volveremos a ser pasado. Un país que camina hacia su pasado.
Fuente: Radio Mitre – En diálogo con Pablo Rossi.
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