Israel y Hamas ¿al borde de la guerra?
Pero lo más increíble es que mientras Hamas presenta sus exigencias terminantes a Israel, en el terreno parece buscar guerra.
La interpretación alternativa a los últimos acontecimientos, es que intenta caminar sobre la cuerda floja para presionar a Israel…pero se arriesga a perder a lo grande. ¿No será que contrariamente a lo dicho durante meses, que “Hamas no tiene interés en una confrontación de gran envergadura”, sí la busca?
Hay dos videos circulando desde hace horas por las redes sociales. Se ven escenas en la ciudad de Sderot. Se ve lo que hay detrás de las palabras frías “no ha habido muertos” o “hay dos heridos leves”.Se ve la conmoción. Lo que vive la población cuando en medio de una tarde de verano comienzan a sonar las alarmas. Madres con hijos chicos saben que en menos de 15 segundos, puede caerles un cohete en la cabeza. O una pequeña esquirla. Alcanza con un pequeño trozo de metal para matar.
En uno de los videos casi no se ve gente. Pero se oye el espanto. En la pantalla enfocan hacia el cielo…se nota la cola de humo que va dejando el cohete en su camino.Y su súbito estallido cuando es interceptado por la Cúpula de Hierro. Evidentemente, la persona que filma-parecería que debe ser un inmigrante de la ex-URSS ya que nuestra impresión es que habla ruso seguramente con algún familiar- está intentando perpetuar la escena mientras él mismo busca refugio. Recién al final de esa filmación de unos 40 segundos, se ve como al pasar a la gente. Pero todo el tiempo se oye la conmoción. Se nota que hay muchos niños.
El segundo video, de algo más de dos minutos, es más impactante. Se ve a la gente. A los padres abrazando a los hijos, a la gente , también niños, tratando de entrar a un refugio. Una mujer, al parecer la que filma, exhorta a su madre y a los niños, a entrar a la estructura protectora. “Migunit, migunit”, se oye que dice. Es la palabra en hebreo que viene de la raíz del verbo ´proteger´, con la que se llama a las estructuras blindadas dispersas por todo el sur, por la zona adyacente a la Franja de Gaza, construidas para servir de refugio quienes están a la intemperie cuando súbitamente comienza a sonar una alarma. En general, están pintadas artísticamente, iniciativa de alcaldías y de habitantes locales, para dar a la población mejor sensación.
“Noam..¿dónde está Noam?”, pregunta la mujer y grita su nombre. “No encuentro a mi hijo”. Y se sigue viendo la imagen de todo ese parque que parece enorme, con la gente corriendo por todos lados. Niños que corren y resbalan. Gente mayor que evidentemente no logra realmente correr, pero igual tiene que tratar de resguardarse.
De fondo se oye hasta el ruido de un cohete en camino y un potente estallido que hace que la imagen se de vuelta, evidentemente por algún movimiento brusco de la mujer que filma. Llantos.
Pasaron hace rato los 15 segundos que tiene la población del sur para resguardarse desde que suena la alarma hasta que cae el cohete. Pero siguen corriendo. “No te preocupes dulce, no habrá más. Ya está. Te digo, no habrá más”, dice la mujer y se ve una mano abrazando a una niña que al parecer estaba llorando. Pero la gente sigue corriendo…porque todos saben que sí, que puede haber más.
Ya son 70 los cohetes disparados desde Gaza hacia Israel, 12 los heridos en Sderot. La mayoría cayó en zonas descampadas y 11 fueron interceptados por la Cúpula de Hierro, la batería antimisiles que salva vidas desde hace años.
Y siguen sonando las alarmas. El último comunicado me llega del Consejo Regional Eshkol, la zona que tiene más kilómetros de frontera con Gaza, en cuyos kibutzim-al igual que en los de la vecina Shaar Haneguev y muchos más- trabajaron durante años palestinos de Gaza, que con ello mantenían dignamente a sus familias. Hasta que el terrorismo obligó a cerrar fronteras.
Y yo pienso que la población allí tendrá nuevamente una noche sin dormir. Y la alerta tiene rostros y nombres y apellidos, de los amigos uruguayos de Ein Hashlosha, Nir Itzjak, Mefalsim y otros poblados de la zona. Poblados civiles, cabe recalcar.Es que los civiles son el blanco preferido de Hamas.
Israel responde hacia blancos militares. Hamas busca a los civiles del lado israelí.
Y nos quedó trancado en el corazón el video de la mujer, a la que se ve, cuya voz se oye, buscando a su hijo. Nos recordó momentos duros que vivimos hace pocos años, cuando recibimos la noticia sobre la explosión en un ómnibus en Jerusalem y comenzó la corrida típica de teléfonos entre todos los familiares y mejores amigos en la ciudad, para cerciorarse todos de que todos estábamos bien. Pero a mi hijo menor no lo encontraba. Había salido ya del liceo, sabía que iría a una clase de cross-fit pero no tenía certeza de la hora…y no atendía el teléfono. Hasta que lo encontramos, no mucho rato después, sano y salvo-y ni se había enterado del atentado- pasó una eternidad.
“No hubo muertos, sólo 2 heridos leves”, puede resumir un comunicado lacónico lo que ocurrió este miércoles de tarde en la ciudad israelí de Sderot, en la primera tanda de cohetes a los que se sumaron en las horas posteriores muchos más. . Y en realidad, es tanto más que eso.
Entra otro comunicado del ejército a mi celular, confirmando que en respuesta a los cohetes disparados desde Gaza, las Fuerzas de Defensa de Israel atacaron 12 blancos militares de Hamas. Entre ellos, partes un túnel subterráneo cavado por Hamas hacia Israel, un túnel marítimo a lo largo de la costa y varias instalaciones militares de Hamas.
Nos comunicamos con algunos de los amigos uruguayos que viven a unos kilómetros de Gaza. Están en los refugios en sus casas. Alertas, como siempre, tratando de maniobrar entre la necesidad de normalidad y lo imperioso de no subestimar la amenaza.
“Las Fuerzas de Defensa de Israel están prontas para una amplia gama de escenarios”, dice el nuevo comunicado del ejército. Las opciones de fondo: calma o guerra.
Israel no quiere guerra, pero tampoco puede permitirse dejar a Hamas imponer el orden del día. El dilema eterno es que mientras no hay guerra, Israel tiene claro que Hamas continúa desarrollando su infraestructura militar. Y tiene claro también que es para eso que quiere que Israel levante el bloqueo a Gaza, un recurso amparado en el Derecho Internacional. No para mejorar la situación de la población, porque fue Hamas la que la sumió en crisis, no Israel.
No, no tiene aviones F-16, ni tanques que Israel sí tiene. Pero eso no significa que cuando estalla un choque abierto, la culpa la tiene el militarmente más fuerte, Israel. Porque lo que cuenta aquí seriamente, son las intenciones. Y hay un abismo de distancia entre las de Hamas y las de Israel.
Israel dedica sus recursos y sus esfuerzos a proteger a su población y tratar de garantizarle una vida normal. Con no pocos dilemas…ya que una crítica que se hace en el plano interno al gobierno, es que no ha actuado con suficiente firmeza en los últimos meses ante la ofensiva de globos y cometas incendiarias que ya han provocado unos 1200 incendios y quemado una superficie que hasta hace una quincena ya superaba los 30 kms2.
Del otro lado, Hamas dedica sus recursos a atacar a Israel, no en pro de la población de Gaza,a la que no dedica ningún esfuerzo.
Esta diferencia no va a cambiar. Mucho se podrá discutir sobre cuánto y cómo se ataca y contraataca, sobre las políticas de fondo y las tácticas a seguir. Pero hay algo que no cambiará. Es lo que dijo tiempo atrás Fathi Hamad, ex ministro del Interior en el gobierno de Hamas, hoy miembro de su Departamento “político”. “Nosotros adoramos la muerte, así como ellos (los judíos), adoran la vida”.
Eso no va a cambiar. Jamás.
Por Ana Jerozolimski
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