Vivir más Feliz avanza con proyecto TROI Araucanía
El TROI Santiago, que funciona en el Hospital Calvo Mackenna, ha sido un ejemplo emblemático de cómo tratar en forma amigable y digna a los pacientes pediátricos afectados por cáncer o convalecientes de trasplantes de médula ósea. Ahora, las miradas se dirigen a Temuco.
TROI (Trasplante y Oncología Integral) es un centro médico pediátrico de 1.300m2 para el tratamiento ambulatorio de cáncer y trasplante de médula ósea para niños. Está operativo desde el 2013 en las dependencias del Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna, gracias a un proyecto solidario desarrollado por la Fundación Vivir + Feliz, que preside Arie Rezepka.
Se trata de un proyecto paradigmático, que ha sido un referente y ejemplo para diversos centros pediátricos que se han desarrollado con posterioridad en nuestro país.
A cinco años de su puesta en marcha, la Fundación Vivir + Feliz está abocada a un nuevo gran desafío: TROI Araucanía, en la ciudad de Temuco.
Para conocer el pasado, presente y futuro de TROI, conversamos con Arie Rezepka.
-¿De dónde proviene tu interés por el voluntariado, la actividad solidaria, etc?
-Mi interés por el voluntariado y las actividades de impacto social siempre ha existido y creo que básicamente proviene de la formación que he tenido y del ejemplo de mi familia. La vida me ha ido guiado para estar siempre presente en distintos proyectos de impacto social que permiten darle aún más sentido a la vida, junto a la familia y los amigos, alcanzando así la plenitud.
-¿Cómo fue tu acercamiento inicial a TROI?
-El acercamiento a la gestación del TROI nació circunstancialmente, producto de una enfermedad que tuvo mi sobrina. Cuando ella recibió el alta médica, buscamos una forma de agradecer su regreso y recuperación, y para mí la canalización de esto fue a través del Calvo Mackenna. Me pidieron colaborar para levantar un centro ambulatorio para niños trasplantados y oncológicos, para lo cual creamos la Fundación Vivir + Feliz, sumando profesionales de excelencia para lograr materializar la construcción de este centro que colinda con el Hospital.
-¿Qué importancia tiene para ti como judío estar vinculado con una causa?
-Para mí es de tremenda relevancia como judío estar vinculado a este tipo de proyectos y creo que es el deber de todo judío, no solamente destinar recursos, sino algunas horas de tiempo para aportar a proyectos de este tipo, como una forma de aportar al Tikún Olam (reparación del mundo) y agradecer la acogida que Chile dio a nuestros padres y abuelos cuando llegaron al país.
-Ultimamente se han visibilizado muchas iniciativas solidarias de parte de la comunidad judía, pero también de personas individuales que forman parte de la comunidad. ¿Qué te parece esto?
-Efectivamente hay varios proyectos de personas de la comunidad que se han vinculado a necesidades sociales y eso me parece extraordinario. Es muy importante trabajar en los proyectos en favor de nuestra propia comunidad, pero sin duda también tenemos que ocuparnos de las necesidades y carencias en nuestra sociedad y de los sectores más vulnerables.
-En la comunidad judía se ha instalado la sensación de que en Chile hay mucho antisemitismo. ¿De qué forma estas iniciativas sociales y humanitarias contrarrestan ese fenómeno?
-Proyectos como este sin duda alguna ayudan. No sé si el concepto es minimizar el antisemitismo, o tal vez clarificar lo que somos, porque hay mucho desconocimiento, y en este tipo de proyectos la gente comienza a entender y compartir lo que los judíos hacemos por los demás. En mi caso puntual, tuve un par de situaciones bien complejas dentro del Hospital, pero el acercamiento que tuve con mucha gente y donde siempre llevé en alto la bandera del judaísmo y la comunidad, permitió controlar y revertir estas situaciones.
-¿En qué etapa se encuentra TROI Santiago en estos momentos?
-TROI Santiago lleva ya cinco años en operación y ha sido un fenómeno espectacular, que se refleja en los testimonios de los niños y sus padres. Es un proyecto que no sólo ha generado impacto positivo para los beneficiarios directos, sino que se ha transformado en un modelo de medicina a nivel nacional, y hoy cualquier proyecto pediátrico revisa lo que se ha hecho en TROI, lo que es muy alentador, porque finalmente se está nivelando hacia arriba.
-¿Por qué se decidió levantar un nuevo TROI en Araucanía y cuáles son las etapas a cumplir para concretar ese proyecto?
-Dejando pasar un par de años, se decidió formar otro directorio con nuevas ideas, donde hay gente muy destacada y de primer nivel, especialmente en lo humano, como Alejandra Mustakis, Patricia Ready, Hans Eben, Leo Prieto, José Miguel Martabid, Viviana Rosenberg y Roberto Camhi, algunos de ellos vinculados a la comunidad palestina, lo que le da un sello especial. De hecho, los principales donantes del TROI Santiago fueron de la comunidad judía y la comunidad palestina, lo que demuestra que, más allá de las diferencias, hay una causa mucho más fuerte, que es la felicidad de los niños.
Además, incorporamos a Alan Weschler como gerente general, lo que ha permitido avanzar de muy buena forma. Analizamos varias alternativas y elegimos Temuco, porque es la región más pobre del país y queremos acercarnos a la gente más vulnerable. Además, en el Hospital Dr. Hernán Henríquez es muy necesario un espacio especial para pacientes ambulatorios oncológicos pediátricos, ya que hoy los niños con cáncer en su zona de espera se exponen a contagiarse en la interacción con adultos que padecen diversas patologías.
-¿Cómo pueden participar los miembros de la comunidad judía para hacer realidad este nuevo TROI?
-Hay muchas maneras de sumarse. Los recursos son pocos, pero esta es una causa que ennoblece a quien se suma, porque no sólo beneficiará a los niños, sino que a los más vulnerables del país. Entregar felicidad y sumar terapias complementarias, estar en un centro de primer nivel, es un privilegio para cualquiera que se pueda sumar. La forma de hacerlo es a través de aportes, como amigo de la Fundación con una donación mensual y otras formas de aportar que podrán ver en detalle en la página web de la Fundación.
Pero al igual que en el TROI Santiago, donde la presencia de personas y empresas de la comunidad, tales como Paz Corp, Inmobiliaria Magal, la Embajada de Israel y muchas mas, marcaron gran presencia estampando su nombre, ahora queremos invitar a otras que permitan mantener en alto los valores de nuestro judaísmo y así materializar este segundo gran sueño.
TuComunidad apoya al Hospital Exequiel González Cortés
Hace algunos años, las voluntarias de TuComunidad del Círculo Israelita entraron en contacto con la Fundación Nuestros Hijos, que asiste a niños con cáncer, iniciando así un proyecto que hasta hoy sigue vigente en el Hospital Dr. Exequiel González Cortés. Vivi Kremer, de TuComunidad, nos cuenta sobre esta experiencia.
“Ellos habían recibido la donación de un carrito, como el carrito que va al Calvo Mackenna de la Fundación Dulzura para el Alma, y a través de Dalia Rezepka, supimos que estarían felices de que un grupo de voluntarias lo trabajara. Lo primero fue armar el equipo, que se organizó en una noche gracias a Nicole Risnik y Jenny Levy. Ya han pasado de eso unos años, y hemos vivido el pasaje del viejo Hospital a la nueva construcción del Exequiel González Cortés. La tarea principal es acompañar a los que acompañan y endulzar ofreciendo un desayuno y una palabra, o simplemente la escucha a los que pasan horas y días allí”.
-¿Cómo ha sido la recepción de los pacientes, familiares y equipos de salud al trabajo realizado por ustedes?
-Nosotros vamos una vez a la semana, por lo que sentimos esta entrega como una pequeña caricia, en un momento de vulnerabilidad. Es mucho el agradecimiento, aunque sabemos que este aporte es realmente pequeño, para el desafió que les toca vivir a las familias y el tremendo trabajo que hace la Fundación y los profesionales.
-¿Cómo han vivenciado las voluntarias este espacio de trabajo social?
-Creo que, como todo trabajo solidario, el mayor impacto es para quien lo realiza, uno se transforma cuando entrega, te mejora como persona, y muchas veces, te permite reubicar prioridades. El mundo está un poquito mejor, simplemente, por el deseo de dar, escuchar y por un momento, aliviar el agotamiento, preocupación o tristeza de mamás y papas que están en el hospital.
-¿Hay otros proyectos presentes o futuros de TuComunidad en el sector salud?
-El voluntariado TuComunidad nace en el Mercaz con el objetivo de fortalecer las redes comunitarias, y permitirnos como Comunidad estar cerca de las familias, en los momentos más alegres y en los momentos más difíciles; y ha sido el encuentro con los voluntarios, lo que ha marcado a nuestro voluntariado, haciendo que los proyectos tomen rumbos que yo misma no hubiera imaginado. Porque estar cerca de las personas es estar cerca de lo que les hace sentido, de lo que es significativo para cada voluntario. Así nació el Carrito del Exequiel, y así nació por ejemplo el equipo “Contigo”, que trabaja junto a nuestros vecinos. Y es en el marco de estos equipos que esperamos seguir trabajando y profundizando los proyectos.
Kira Huberman, solidaridad vía redes sociales
La modelo Kira Huberman Sepúlveda sorprendió hace algún tiempo con una campaña en redes sociales para posicionar las necesidades de los niños con labio fisurado, a partir de la experiencia que vivió con su propio hijo.
-¿Por qué tomaste esta iniciativa en favor de los niños con labio fisurado?
-La campaña que realicé surgió tras la preocupación que sentí al darme cuenta de la ignorancia y poca información que se maneja con respecto al tema de las personas que nacen con fisura de labio palatina, comúnmente llamado labio leporino. Mi propia experiencia al ser madre de un niño que nació con fisura, me hizo reaccionar ante esta realidad. Tomar cartas en el asunto era mi responsabilidad. Sobre todo, al tener influencia en redes sociales y medios de comunicación, que favorecerían la difusión de este mensaje de ayuda y orientación a estas familias.
“Cuatrocientos niños nacen fisurados en Chile y muchos de ellos no son atendidos por los profesionales adecuados, o su situación económica es precaria para el gasto que significan los tratamientos y operaciones”, dijo.
-¿En qué consistió la campaña?
-La campaña consta de una fotografía que me caracteriza a mí como fisurada y un vídeo que refleja la felicidad de estos pequeños, al darles la posibilidad de sonreír y poder comunicarse como todos acostumbramos. usamos el slogan “Yo no llevo la cicatriz en mi labio, pero la llevo en el corazón” y el hashtag #regalaunasonrisa. Así fue como se inició esta idea en conjunto con la clínica Orema, expertos en fisurados y rehabilitación maxilofacial, junto a la buena disposición del fotógrafo Fernando Stange y el camarógrafo Francisco Palacios Reyes.
-¿Cómo reaccionó la gente y qué cómo te sentiste con ese feedback?
-Nunca imaginé que la campaña tuviera el impacto que logró. Sólo tuve la intención de ayudar bajo mis posibilidades, recurriendo al aporte de otras personas con influencia en redes sociales para la difusión del mensaje. Las personas no dejaban de escribirme en son de agradecimiento y de tantas dudas que tenían al respecto de su propia situación o la de sus hijos. Me llena el corazón saber que logré informar a tanta gente y orientarlos en sus pasos a seguir. Ahora esta campaña seguirá y cada vez con más fuerza.
-¿Qué impacto tuvo la campaña, se generó un cambio significativo?
-La campaña tuvo un gran impacto, las personas se choqueaban al verme en una foto con la boca partida. Pienso que esta vez fue la forma adecuada para llegar potentemente al corazón de la gente. Gracias a esto, me entrevistaron de las Ultimas Noticias y en el matinal Mucho Gusto, junto a mi hermana Katyna Huberman, donde tuve la posibilidad de exponer detalladamente la intención que hubo detrás de esta iniciativa y como poder aportar a esta causa junto a la Fundación Orema.
-Finalmente, ¿qué piensas del nivel de compromiso que tiene la gente por ayudar al otro, especialmente cuando no tiene una cercanía vivencial con la necesidad en cuestión?
-Pienso que vivimos en una sociedad muy individualista, donde se les dedica poco tiempo e interés a los problemas o necesidades ajenas a las personales o que atañen al círculo cercano. No creo en las casualidades, por lo tanto, pienso que estas cosas suceden en la vida para tomar cartas en el asunto, dejar de pensar solo en nosotros mismos y hacer algo por las personas que nos rodean. Creo que es tiempo de tomar conciencia que no vivimos solos, nunca sabremos cuando la vida nos pone en la posición de ayudar o de ser ayudados. Por eso, invito a nuestra comunidad a cooperar con esta causa.
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