La madre judía, símbolo de la familia

“Está instalado en el mundo que cuando se quiere nombrar una imagen de madre, se habla de la idishe mame. Está un poco desvirtuado, un poco como burla, pero que nosotros mismos lo hacemos también”, comenzó contando Miriam.

“La mujer tiene un rol esencial, porque hay patriarcas y matriarcas. La esencia de la madre judía viene de Sara, la primera matriarca judía. Todo lo que tiene que ver con el legado del judaísmo lo aporta la madre”.

La integrante del equipo de dirección de Beit Jana, aceptó que las madres son seres humanos que no son perfectas: “A veces se puede ir un poco la mano en la sobreprotección. Pero tanto la madre como el padre judío buscan el progreso y la educación, que es trascendental para nuestros hijos”.

“Quizás es una desviación el hecho de remarcar los estudios de los hijos para hablar de la importancia de la educación en ellos. También viene de nuestra tradición, que quizás antes la madre estaba más tiempo en la casa, hoy trabaja igual que el padre, pero siempre sigue siendo la mujer la que esta más metida con los hijos, más enganchada”, agregó Kapelushnik.

Con respecto al amor sobre los hijos, y consultada por si existe una diferenciación con el primer hijo que con el resto, Miriam aseguró que “a medida que se van teniendo hijos, la capacidad de amor se multiplica. El rol del padre y de la madre se multiplica. Cuando tenés más experiencia, podes reconocer a que corresponde cada llanto o cada gesto”.

A su vez, Kapelushnik habló también de la importancia de los abuelos: “La familia está basada en muchas cosas, madres, padres y también abuelos. La Bobe y el Zeide son una institución. Además, los padres nunca terminan la relación de crianza. Se dice que cuando nace un bebé se lo cría para Torá, Jupá y Maasim tobim. Torá por la enseñanza, Jupá para llevarlos al momento del casamiento y también en los maasim tobim, las buenas acciones, uno sigue actuando como una madre siempre”.

Por último, explicó lo que significa el día de la madre en el judaísmo:
“El día de la madre, del padre, de la abuela, no son días diferentes a los de todo el año. Para la Torá, es un mandamiento, respetar al padre y a la madre, es nuestra obligación. El cariño es para todos los días. Es muy lindo el día de la madre, está bien una comida o una reunión especial, pero el día de la madre es todos los días”.