“Como mujer, madre y abuela hay que luchar por ser reconocida”

“Es universal el sentimiento hasta los hijos, uno siempre los quiere cerca, quizás no con el cordón umbilical, pero siempre cerca. Cuando a veces el hijo no te llama, uno le manda un mensaje diciendo, estoy bien, si querés llamame”, comenzó relatando Wolff.

La periodista y escritora aseguró que, en la famila, “si te toca una nuera o un yerno macanudo, sos una madre más. Yo lo que pretendo es tener a la familia alrededor. Ningún hijo es igual al otro, cada uno tiene su historia en un momento diferente”.

Con respecto al ícono de la madre judía, Martha se preguntó: “¿Por qué se ríen de la madre judía con respecto a las comidas? Creo que viene de la supervivencia y del hambre. Como lo hizo cada madre en el holocausto para proteger a sus hijos. Yo no quiero ser la madre, ni la suegra, ni la abuela que molesta, hoy cambió el modelo, las abuelas van a hacer ejercicio, pero la alimentación de una mujer hoy no cambió, en la mesa somos todos iguales”.

Por último, habló de su persona, antes y después: “Yo siempre fui Martha Wolff, la escritora y periodista, y ahora me dicen que soy la mamá de Waldo, pero hay que separar los tantos. A mí me gusta compartir con mis hijos. Yo no heredé lujos, pero si la necesidad de proteger. Verlos crecer, disfrutarlos, es el milagro de los milagros.
Tengo 7 nietos, y me encanta que se preocupen por mí. Como madre, mujer y abuela hay que luchar por ser reconocida, y el día que no esté, que me recuerden como una mina macanuda”.