“La dislexia es más común de lo que se cree”

“Es una dificultad de aprendizaje neurobiológico. Afecta a una población escolar bastante alta. Se cree que el 10% tiene dislexia.

Es un problema que hay que abordarlo, y cuanto antes mejor. Los chicos tienen que tener una escolaridad lo más llevadera posible y si no se aborda, se hace muy cuesta arriba”, empezó explicando la Licenciada Szenkman.

“Cuando los padres son disléxicos, los chicos tienen mayores posibilidades”, agregó.

“Cuando los profesionales hacen el diagnóstico, lo pueden hacer después de que el chico fue enseñado con la lectoescritura. Esto ocurre en primer grado. Hay muchos previsores, porque por lo general vienen de la educación inicial y se pueden ver estos previsores lingüísticos que son los principales”.

Consultada sobre las características de la dislexia, la Doctora en Ligüistica remarcó que se trata de “la capacidad que tenemos de reflexionar sobre nuestro lenguaje, que es el que nos permite descifrar y detectar si dos palabras empiezan igual o si riman.
Hay otros como el aprendizaje de vocabulario y la velocidad para ver palabras en imágenes. Cuando uno escribe puede haber consecuencias, pero la dislexia se enfoca en la problemática de la lectura, que es cuando no se pueden aplicar las reglas de la lectura, que se trata en no poder transformar esa letra en el sonido de la misma”.

Szenkman describió que “a veces en el aula hay muchos chicos y a un solo docente se le complica hacer un seguimiento. Van pasando de grado y cuando se da por sentado que deben comprender, allí se hace muy cuesta arriba. Hay que poner en funcionamiento un montón de otros recursos para activar la lectura. Si decodificar una palabra y poder leer una palabra de muchas letras es difícil, más aún lo es un texto. Un chico que tiene dificultad para realizar una tarea, o que parece revoltoso en clase, puede tener esta actitud como una respuesta conductual, porque no puede encontrar la resolución al problema de su dislexia”.

Por último, lamentó la detección tardía y recomendó “consultar a los indicados, buscar un plan de acción y acompañar lo más intensivamente posible en la escolaridad. Un chico grande que está por terminar la primaria, no tiene ganas de estar con un profesional que esté acompañándolo.

Hay un montón de cosas por hacer”.