Hezbollah convirtió las aldeas del sur del Líbano en bases militares

Las dimensiones de la aldea son de 3,5 kilómetros de largo por 1,5 de ancho. Tiene cerca de diez mil habitantes, en su mayoría chiís, casi todos agricultores. Pero por debajo de la apariencia pastoral se esconde una base militar de Hezbollah, que cuenta con veinte depósitos de armas, posiciones de combate tanto a nivel del terreno como subterráneas, puestos de observación y un aparato de inteligencia avanzado.

Al sur de la aldea hay una carretera, que recorre a lo largo la frontera libanesa-israelí. Los puestos de observación sobre esta carretera también son usados para provocar disturbios.

Mezclados con la población civil de la aldea viven miembros de Hezbollah. En caso de guerra, recibirán refuerzos de las fuerzas especiales de Hezbollah, la unidad Radwan, cuyos combatientes están regresando tras seis años de combates en la guerra civil siria, donde han acumulado una enorme experiencia.

Kafr Kila no es la única aldea que ha sido convertida en una base militar de Hezbollah. Cuando llegue el momento, los combatientes del grupo pro-iraní desplegados en las aldeas del sur libanés lanzarán un ataque contra las comunidades israelíes del otro lado de la frontera. Cada base tiene su comandante y su comandancia (o cuartel general).

El túnel que comienza en Kafr Kila fue construido para permitir a una fuerza de vanguardia de decenas de combatientes de Hezbollah infiltrarse en el área de Metula, apoderarse de la carretera principal y cortar a la localidad israelí de toda ayuda exterior, mientras las fuerzas terrestres del grupo terrorista cruzarían la frontera hacia Israel.

El rotativo destaca que a pesar de la importancia táctica de los túneles, existe solamente un pequeño número; y que Hezbollah tiene un plan para atacar cada comunidad israelí a lo largo de la frontera, que puede ejecutarse sin el elemento subterráneo.

El plan de ataque de Hezbollah desde Kafr Kila incluye el disparo de cohetes, proyectiles de mortero y misiles antitanque contra Metula, y por supuesto una ofensiva terrestre.

El cabecilla de Hezbollah, jeque Hassan Nasrallah, ha estado hablando de su plan para conquistar la Galilea desde 2011 y las Fuerzas de Defensa de Israel se han estado preparando, recolectando inteligencia, construyendo obstáculos, incluyendo un muro defensivo y usando en varias zonas los acantilados naturales, para obstaculizar el avance de las tropas de Hezbollah mientras la Fuerza Aérea israelí las bombardea.

“Hezbollah ha reforzado sus planes ofensivos y aún los está desarrollando”, aseveró el teniente coronel Yiftach Norkin, oficial de operaciones de la División de Galilea. “Ya no estamos hablando de compañías, sino de batallones con miles de combatientes entrenados que se preparan para infiltrarse en nuestro territorio bajo un comando y un control organizado, bajo fuego y con la ayuda de puestos de observación”.

“Nos estamos preparando con un plan defensivo sólido, que aprovechará el hecho de que se trata de grandes fuerzas que avanzan hacia nosotros”, apuntó Norkin a Yediot Aharonot. “También queremos atacar los cohetes pesados de corto alcance antes de que sea lanzados”.