El hogar de Burzaco- La decadencia estructural de la comunidad judía

Corría el año 1946 cuando en abril decidieron inaugurar el “Asilo Israelita Argentino para Ancianos y Huérfanos” en Burzaco, provincia de Buenos Aires, el cual servia de alojamiento tanto para ancianos judíos como para niños que no tenían familia. En aquellos años, era muy común encontrarse con este tipo de imágenes con aquellos que venían de la Europa destruida por la segunda guerra mundial. José Iturriat, un hombre preocupado por este calvario del cual diariamente era testigo, toco su corazón para donar sus tierras y dinero, para el pueblo judío, a pesar de su origen católico.

Pero no solo servia de alojamiento.

Templos, enfermería, escuela y otros cuatro pabellones, formaban parte de este predio que junto al hogar, daban asilo y un entorno judío a una gran cantidad de personas.

Para 1960, al trasladar a los niños a Capital Federal, el asilo quedo repleto de ancianos cambiando su nombre a “Hogar Israelita Argentino para Ancianos”. El lugar alguna vez llegó a albergar a unos 450 mayores.

Adentrándonos en tiempos modernos, las imágenes hablan por si solas. Gran parte del predio fue demolido o destruido por el mismo paso de los años. La misma municipalidad lo utiliza como deposito de autos y motos y las montañas de basura se acumulan por todas partes.

Lo poco que queda en pie, seguramente correrá la misma suerte que el resto de las estructuras. Mas doloroso es ver la placas de la sinagoga con recordatorios de aquellos que ya han fallecido y que si vieran su nombre tirado en el piso, con el marmol quebrado como si fuera una pieza de rompecabezas, se sorprenderían de haber pasado de formar parte de una sinagoga, a formar parte de una ruina.