La oportuna, trágica y misteriosa muerte de Natacha Jaitt

La vida y muerte de Natacha Jaitt no pasarán rápidamente al olvido. Vivió, conoció y denunció submundos por los cuales transitó y que muchos prefieren mantener ocultos.

Las drogas, la prostitución, la noche, las perversiones sexuales, los famosos, la pedofilia y toda una serie de excesos, que ocurren con mayor frecuencia de lo que se puede imaginar.

Se podría denominar la “crónica de una muerte anunciada”más allá que el dicho popular dice que “nadie se muere en las vísperas”.

La información policial y la autopsia dan cuenta de una muerte por falla multiorgánica producto del consumo de drogas, alcohol y estupefacientes en una “reunión de trabajo”. Las circunstancias son extrañas, pero difícilmente en un país donde “suicidan” fiscales que denuncian al poder, se podrá saber con certeza que pasó y como fueron los hechos que terminaron con la vida de esta joven de 41 años.

Sea cual fuere el motivo de la muerte, está clara la responsabilidad de un estado ausente que no protege a sus ciudadanos, que no contiene a los adictos y permite , cuando no promueve, paradigmas falsos de éxito y felicidad. Este mundo de drogas y prostitución no sólo no son para una chica Judía, sino para ninguna persona.

En el caso de Jaitt será fácil endilgarle la muerte a su vida promiscua y rápidamente sus graves denuncias pasarán a un conveniente olvido.

Más allá del trágico final, un repaso por sus denuncias y escándalos, nos sumerge en un submundo de droga, prostitución, excesos y corrupción cada vez más presentes y que deberían ser investigados para intentar poner luz en a esta noche oscura que parece haberse instalado en muchos ámbitos de nuestra república argentina.