Hoy Ana Frank hubiera cumplido 90 años
Ana tenía una hermana, Margot, que era tres años mayor que ella. Vivían junto a sus padres, Otto y Edith, en Alemania, país del que debieron huir con el ascenso del nazismo. Allí la familia abre un pequeño negocio vinculado a la pectina, una sustancia para la prepación de mermelada.
Ana se adaptó rápidamente y se sintió a gusto en los Países Bajos. Aprendió el idioma, encontró amigas y fue a una escuela holandesa en el vecindario. Su padre trabaja arduamente en la compañía, pero no le es fácil comenzar una nueva vida.
Todo cambió el 1 de septiembre de 1939, cuando Alemania invadió Polonia. No mucho tiempo después, el 10 de mayo de 1940, los nazis también invaden los Países Bajos . El ejército holandés se rindió cinco días después. De a poco, pero seguros, los ocupantes introdujeron numerosas leyes y regulaciones que dificultan la vida de los judíos. Los parques, cines y tiendas, entre otras cosas, están prohibidos para los judíos. En ese marco, Otto perdió el control de su compañía, porque los judíos ya no podían ser propietarios.
Así los nazis avanzaron cada vez más. Los judíos debián usar una estrella de David. Cuando Margot recibe un aviso el 5 de julio, 1942 para presentarse a trabajar en la Alemania nazi, sus padres desconfían. No creían que se tratara de trabajo y decidieron esconderse al día siguiente. Pasaron a la clandestinidad para escapar de la persecución. En la primavera de 1942, en la Casa de atrás de su compañía en la calle Prinsengracht 263, el padre de Ana comenzó a acondicionar un escondite. No mucho tiempo después llegan cuatro personas más para esconderse en la Casa de atrás. El lugar es un poco apretado, Ana debe andar sigilosamente y, muchas veces, tiene miedo.
Para su decimotercer cumpleaños, Ana recibió un diario como regalo. Allí escribió todo lo que le ocurría mientras estaba encerrada. Además, escribió cuentos, comenzó una novela y escribió citas en su Cuaderno de frases buenas, que copiaba de los libros que leía. Así es como la escritura la ayudó a que el tiempo transcurra.
Cuando el ministro de educación del gobierno holandés desde Inglaterra, a través de Radio Orange, hizo un llamado a guardar diarios y documentos de guerra, a Ana se le ocurre la idea de reescribir sus diarios sueltos en una sola historia con el título Het Achterhuis (La Casa de atrás).
Así, la joven comenzó con la reescritura de su diario, pero antes de que termine, los oficiales de policía los descubrieron y arrestaron junto con los demás escondidos, el 4 de agosto de 1944. La policía también arrestó a dos de los protectores. Hasta el día de hoy, no se sabe cuál fue el motivo para la incursión policial.
Los escondidos estuvieron primero en la oficina de la policía de seguridad alemana (Sicherheitsdienst), de ahí pasaron a la prisión en Ámsterdam y el campo de tránsito Westerbork, hasta que los nazis los trasladaron al campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau. El viaje en tren duró tres días. Allí Ana se encuentra con más de otros mil prisioneros, en un vagón totalmente abarrotado, para transporte de animales. Hay poca comida y agua y solo un barril como retrete. A su llegada en Auschwitz, los médicos nazis realizan una selección y deciden quién puede realizar trabajos forzados. Aproximadamente unas 350 personas que fueron trasladadas con Ana fueron asesinadas, directamente a su llegada, en las cámaras de gas. Ana fue enviada al campo de trabajo para mujeres con su hermana y su madre. Otto, en cambio, va a un campamento de hombres.
A principios de noviembre de 1944, Ana fue trasladada nuevamente. Junto con su hermana, es deportada al campo de concentración de Bergen-Belsen. Sus padres permanecen en Auschwitz. Las condiciones en Bergen-Belsen también son miserables: casi no hay comida, hace mucho frío y Ana, al igual que su hermana, contrae fiebre tifoidea. En febrero de 1945, ambas fallecen a consecuencias de esa enfermedad, primero Margot, poco después Ana. De todos los escondidos, solamente Otto sobrevivió a la guerra. Es liberado de Auschwitz por los rusos y, durante su largo viaje de regreso a los Países Bajos, toma conocimiento que su esposa Edith ha fallecido. En los Países Bajos recibe la noticia que Ana y Margot tampoco sobrevivieron.
Papeles que se conservan del diario de Ana causaron una profunda impresión en Otto. Así lee que Ana quería convertirse en escritora o periodista y que tenía la intención de publicar las historias sobre la vida en la Casa de atrás. Los amigos convencieron a Otto para que publique el diario y, el 25 de junio de 1947, Het Achterhuis (conocido en español como El Diario de Ana Frank) es publicado en una edición de 3.000 ejemplares. Y desde entonces no se detiene: el libro se tradujo a cerca de 70 idiomas, se escribe una obra de teatro y una película. La gente de todo el mundo se familiariza con la historia de Ana y en 1960 el escondite se convierte en un museo: la Casa de Ana Frank.
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